El fortalecimiento del sistema de protección al ahorro bancario, así como acortar la brecha que existe entre las leyes y su cumplimiento por los proveedores de financiamiento, podría expandir las oportunidades de financiamiento, impulsando así el desarrollo económico de México, apunta la gestora PineBridge Investments en un informe sobre el sector crediticio mexicano, en el que además subraya que las leyes secundarias de la reforma financiera podrían corregir la poca penetración del crédito comercial en México.
“El crédito es uno de los pilares de una economía en expansión. Sin él, sectores y funciones clave tienen pocas posibilidades de alcanzar su potencial. Si los receptores de financiamiento no confían en que serán tratados de manera justa por los proveedores de los mismos, habrá poca demanda de financiamiento, lo que inhibe el crecimiento de la economía”, señaló Michael Kelly, director de Gestión de Activos de PineBridge Investments.
“Asimismo, si los proveedores de financiamiento perciben que el sistema y su legislación están demasiado inclinados hacia los receptores de financiamiento, entonces el crédito disponible se reduce y, de esta manera, la legislación daña precisamente a los individuos a los que busca proteger. Por lo anterior, se requiere un delicado equilibrio que aumente la confianza, tanto de receptores como de proveedores de financiamiento. Después de todo, la disposición de una sociedad a apegarse a las leyes es influenciada por la percepción general de que la ley es justa y equilibrada”, añadió.
Según el FMI, el porcentaje del PIB que representa el mercado crediticio comercial de México es uno de los más pequeños en América Latina. La penetración del crédito en la región latinoamericana está además por debajo de los niveles que se observan en la mayoría de las economías avanzadas. Al 17% del PIB, la penetración del crédito en México es menos de la mitad de la penetración del mercado de crédito comercial en Brasil, una economía similar en tamaño.
La investigación de PineBridge Investments concluye que uno de los factores que explican el pequeño mercado crediticio de México es el comportamiento conservador de sus instituciones bancarias. En ese sentido, el fortalecimiento de la situación financiera de las instituciones de crédito después de la crisis de mediados de los noventa resultó en beneficios inesperados.
Sin embargo, aunque la solidez de la situación financiera de las instituciones de crédito es un factor positivo, la regulación dirigida a alentar dicha solidez puede tener consecuencias imprevistas. No todo el rezago del crédito comercial de México respecto del crédito comercial de sus vecinos se explica en virtud de su banca conservadora. De acuerdo con PineBridge Investments, parece ser que la regulación también ha jugado un papel importante. Los resultados de su estudio indican que una consecuencia del objetivo de México de proteger a los pequeños deudores, y su tendencia a inclinar la balanza demasiado en esa dirección, ha sido negarles el crédito a esos mismos deudores, y encausarlo en cambio sólo a empresas grandes y establecidas. Esto ha tenido como consecuencia imprevista la limitación del acceso a capital para las pequeñas empresas y emprendedores.
“Las reformas lograron mucho, pero sigue habiendo más por hacer para impulsar la confianza de los proveedores de financiamiento y aumentar la disponibilidad del crédito para los pequeños deudores. Por ejemplo, se podría hacer más énfasis en respaldar las demandas de los proveedores de crédito en torno a las garantías convenidas en los financiamientos”, dijo Alejandro Rodríguez, director de PineBridge México.
De acuerdo con PineBridge, las leyes secundarias podrían hacer más para incentivar el uso de fideicomisos en un contexto de negocios, como cuando se transmiten garantías a un fideicomiso aislado del proceso de concurso mercantil o, como en el caso de la legislación brasileña, se establece el derecho de retención sobre las garantías, transfiriendo la propiedad directamente al proveedor de financiamiento hasta que el crédito sea liquidado. Se requerirá, desde luego, incluir términos y condiciones apropiadas, así como declaraciones precisas y detalladas. A pesar de que modificar las reglas para estimular las buenas prácticas crediticias supone riesgos tipo headline –riesgos de que la prensa perciba favoritismo hacia los bancos–, en los próximos años este riesgo se vería más que compensando por un mayor acceso al crédito comercial y las oportunidades que esto conlleva.
El estudio destaca además, que parte de la poca penetración del crédito comercial también se explica por los obstáculos existentes del lado de la demanda de crédito. “Aunque estos obstáculos podrían rebasar el alcance de las leyes secundarias –por requerir modificaciones al Código Fiscal y a los subsidios– recomendamos que también se consideren. Las mejoras al sistema de protección al ahorro bancario que ayudan a construir confianza, parecen una meta loable”, estimó José Aragón, portfolio manager, Gestión de Activos, PineBridge Investments.
PineBridge concluye que las reformas financieras introducidas a principios de este año son un paso necesario y positivo para reducir algunas de las barreras que han derivado en la poca penetración del crédito comercial en las pequeñas y medianas empresas de México.
Aunque tomará tiempo superar algunos de los factores culturales e históricos que han limitado el crédito, como el enorme sector informal y la falta de presencia rural de muchas instituciones financieras, se puede lograr progreso con las leyes secundarias. Fortalecer el sistema de protección al ahorro bancario, expandir el uso tanto de registros de garantías, como de fideicomisos a la par de un mejoramiento de los costos y el acceso al crédito para las pequeñas empresas, e incrementar la eficiencia del proceso de aplicación de la ley, puede generar mayores oportunidades de crédito e impulsar el desarrollo económico de México.
PineBridge es un administrador global de activos con casi 60 años de experiencia en mercados emergentes y desarrollados, que proporciona estrategias innovadoras enfocadas en “alfa”, abarcando administración de activos, renta variable, renta fija e instrumentos alternativos. PineBridge administra activos con un valor de más de 71.400 millones de dólares, a 31 de marzo de 2013.