BBVA Research estima que la economía mexicana crecerá 3.1% en 2013 después de haber mostrado un avance de 3.9% en 2012. Si bien el crecimiento será menor al de hace un año, la evolución es positiva si se considera el impacto adverso de la combinación de recortes al gasto gubernamental en EE.UU. y una economía global más débil. El mitigado impulso proveniente del motor externo, principalmente de EE.UU., afectó a la economía mexicana reflejándose en la evolución del PIB del primer trimestre del 2013 (1T13) cuyo crecimiento, en cifras ajustadas por efectos calendario, fue 2.2% anual. Es importante mencionar que el efecto de la desaceleración de EE.UU. será transitorio y se desvanecerá en el segundo semestre de 2013, por lo cual el crecimiento de la economía nacional experimentará una aceleración en dicho lapso.
A pesar de que las exportaciones manufactureras se debilitaron en el primer trimestre, la competitividad de las exportaciones manufactureras hacia EE.UU. sigue avanzando en la mayoría de los sectores que lo componen, excepto el electrónico. En virtud de lo anterior, la industria manufacturera tuvo su primer registro de crecimiento anual más bajo desde la crisis económica global de 2008-2009, el cual fue 1.6% usando datos ajustados por estacionalidad.
En particular, los sectores de bienes de consumo duradero fueron los más afectados. BBVA Research pronostica que a finales de 2013, el crecimiento anual de la producción manufacturera podría situarse en 2.8%, lo que implicaría mejoras continuas durante el año.
Con respecto al tema de la reforma energética, se hace hincapié en las razones y beneficios de incluir a los sectores petrolero, de refinación, petroquímico y eléctrico como parte de cualquier propuesta de reforma que busque no solamente promover el potencial de crecimiento económico nacional sino también la consolidación de la seguridad energética del país.
Para que una propuesta de reforma energética sea efectiva en impulsar el crecimiento económico nacional de largo plazo, BBVA Research sugiere que contenga por lo menos lo siguiente: 1) un enfoque integral de la producción, comercialización y refinación del petróleo que abra espacios para la participación de la inversión privada e incluya cambios al régimen fiscal de PEMEX que le permitan destinar más recursos a la inversión; 2) si bien en el corto plazo la importación de gasolinas podría resultar más conveniente que producirlas, para el mediano plazo será necesario evaluar la conveniencia de darle un impulso a la infraestructura de refinación para hacer operativa y rentable la alternativa para el petróleo que, en su caso, no pudiera exportarse; 3) el fomento a la integración de las cadenas productivas de la industria petroquímica; y 4) la comercialización de la electricidad entre particulares y tarifas eléctricas que reflejen los costos de producción, transmisión y distribución.
Por lo que se refiere a la demanda interna, el sector servicios creció, en cifras ajustadas por estacionalidad, 4.1% a tasa anual durante el primer trimestre, convirtiéndose en el más dinámico de la economía. Este avance estuvo impulsado por la mayoría de los sectores que lo componen excepto por una sensible desaceleración del sector transporte y comunicaciones (1.6% anual) debido al menor comercio exterior de México y a una disminución de las actividades del gobierno (-2.1% anual) en respuesta principalmente al cambio de administración pública federal. Para fin de año se estima que los servicios crecerán 3.7% a tasa anual, similar al 3.8% de 2012, continuando siendo el sector más dinámico de la economía y con un crecimiento generalizado de sus componentes.
Hasta ahora México muestra su fortaleza gracias a los sólidos fundamentales macroeconómicos y financieros, y a los continuos avances en la competitividad del sector externo. No obstante, el gran desafío ha sido y será aumentar el potencial de crecimiento. Este incremento difícilmente provendrá únicamente del motor externo, también tendrá que surgir del mercado interno. Sin dejar de impulsar políticas destinadas al sector externo, ahora los esfuerzos deberán enfocarse en dinamizar la productividad y la inversión, principales vías para acelerar el crecimiento de la economía y de los ingresos de las familias.
En lo que concierne al análisis regional, se recurrió al concepto estadístico del rango intercuartil para medir la disparidad en el crecimiento económico de las entidades federativas. Los resultados señalan que la dispersión del crecimiento económico estatal –que se estima comparando tasas de crecimiento entre estados más y menos dinámicos- habría llegado a 2.0% en 2012 (un mínimo histórico desde que se cuenta con información del producto interno bruto por entidad federativa).
También es importante señalar que la región de Desarrollo medio fue la que contribuyó en mayor medida a mantener el ritmo de la actividad económica del país observado durante 2012. Esta región aumentó su aportación al crecimiento económico nacional en 0.2 puntos porcentuales. Así, la menor contribución de la región Industrial fue parcialmente compensada. Lo anterior tuvo como resultante un crecimiento económico nacional de 3.9%, igual al registrado en 2011.
Por lo que se refiere a la demanda interna, el sector servicios creció, en cifras ajustadas por estacionalidad, 4.1% a tasa anual durante el primer trimestre, convirtiéndose en el más dinámico de la economía. Este avance estuvo impulsado por la mayoría de los sectores que lo componen excepto por una sensible desaceleración del sector transporte y comunicaciones (1.6% anual) debido al menor comercio exterior de México y a una disminución de las actividades del gobierno (-2.1% anual) en respuesta principalmente al cambio de administración pública federal. Para fin de año se estima que los servicios crecerán 3.7% a tasa anual, similar al 3.8% de 2012, continuando siendo el sector más dinámico de la economía y con un crecimiento generalizado de sus componentes.
Hasta ahora México muestra su fortaleza gracias a los sólidos fundamentales macroeconómicos y financieros, y a los continuos avances en la competitividad del sector externo. No obstante, el gran desafío ha sido y será aumentar el potencial de crecimiento. Este incremento difícilmente provendrá únicamente del motor externo, también tendrá que surgir del mercado interno. Sin dejar de impulsar políticas destinadas al sector externo, ahora los esfuerzos deberán enfocarse en dinamizar la productividad y la inversión, principalesvías para acelerar el crecimiento de la economía y de los ingresos de las familias.
También es importante señalar que la región de Desarrollo medio fue la que contribuyó en mayor medida a mantener el ritmo de la actividad económica del país observado durante 2012. Esta región aumentó su aportación al crecimiento económico nacional en 0.2 puntos porcentuales. Así, la menor contribución de la región Industrial fue parcialmente compensada. Lo anterior tuvo como resultante un crecimiento económico nacional de 3.9%, igual al registrado en 2011.
En la sección de Temas de análisis del informe se hace una descripción de las industrias de electrónica y electrodomésticos así como una discusión de los sectores energéticos a incluir en una propuesta de reforma energética que efectivamente coadyuve a aumentar la tasa de crecimiento potencial de la economía mexicana.