Baillie Gifford es una gestora escocesa con un enfoque de inversión más bien emprendedor: 57 socios integran el capital de la compañía, y la misión principal que está detrás de todas las estrategias consiste en la identificación de compañías que no solo sean capaces de crecer, sino que además presenten altos niveles de innovación. En un entorno en el que los valores growth se han visto especialmente afectados por el ciclo de subidas de tipos de interés Stuart Dunbar, socio de la entidad, admite que en los últimos años “el mercado ha estado obsesionado en general con el growth”. El enfoque que ha adaptado Baillie Gifford – famosa por haber sido de las primeras compañías en invertir en Amazon o Moderna– es un tanto distinto: “Preferimos pensar en cómo está cambiando la economía más que en cómo está creciendo la economía”.
Dunbar, que participó en unas jornadas de prensa organizadas por la firma en su sede de Edimburgo, afirmó que no haber visto antes “nunca habíamos visto un grado de disrupción tan elevado en tantas industrias al mismo tiempo” como el que están monitorizando en la actualidad desde la compañía. El experto habla en particular de dos sectores en los que se están observando cambios, y en donde cree que serán necesarios todavía más cambios por venir: en la energía, para atajar el cambio climático y resolver las tensiones geopolíticas, y en la salud, para afrontar retos importantes como el repunte del gasto público y el envejecimiento de la población al tiempo que debe evolucionar hacia una mayor comprensión del cuerpo humano, más enfocada a los cuidados y más eficiente en costes.
En Baillie Gifford también están observando cambios en la forma de entretenimiento y en los patrones de consumo que están generando oportunidades de inversión, aunque Dunbar aclara que donde están encontrando ideas más interesantes están entre los diversos desarrollos de software y en compañías que se encuentran a lo largo de la cadena de suministro: no tanto en las compañías más obvias, sino en sus proveedores. “Nos centramos en la búsqueda de ventajas competitivas. Necesitamos ver innovación y que haya una conexión con un uso que sea monetizable”, resumió en otro momento de la conferencia, para finalmente sentenciar: “Nuestra manera de acercarnos a la inversión no es en growth versus value, lo vemos más como certidumbre versus incertidumbre”.
En resumen, Dunbar afirma que las perspectivas para un inversor growth para los próximos años se plantean brillantes: “Después de la fuerte corrección vista en 2022, creemos que el resultado más probable en el largo plazo para las compañías en las que invertimos será mayor potencial alcista y más crecimiento secular”. No obstante, también tiene una advertencia: “Vemos un entorno en el que los ganadores serán más ganadores y los perdedores perderán más que nunca antes”.
Cómo identificar compañías ganadoras
Otro de los participantes en las jornadas de Baillie Gifford fue Michael Taylor, gestor al cargo de la estrategia de renta variable estadounidense. El elemento central de su conferencia fue determinar qué hace diferente a una gestora y qué valores ofrecen la clave del éxito para sostener su crecimiento, y el de sus inversores.
En primer lugar, Taylor identificó tres características que considera clave para una firma de inversión y que cree que reúne la firma para la que trabaja:
- Acceso a mejor información que otros inversores, gracias a la construcción de redes profesionales y las conexiones con académicos.
- Atracción de talento: “No vale solo con buscar a los más brillantes porque este es un negocio en el que todo el mundo es inteligente, es importante contratar a personas que vengan de distintos entornos y aporten experiencias diversas”, afirmó.
- Fuerte cultura corporativa: “Es necesario ayudar a los inversores a pensar adecuadamente en el largo plazo y centrarse en el crecimiento y el horizonte de inversión”, reflexionó Taylor.
Después, el gestor explicó la necesidad de encajar esta filosofía de inversión con la búsqueda en el mercado de compañías que sean capaces de pervivir a lo largo del tiempo. Para Taylor, esta persistencia viene dada por la capacidad de adaptación a los cambios: a los distintos entornos inflacionarios, a los cambios en los patrones de consumo, a la disrupción tecnológica y a los distintos escenarios de crecimiento económico. Así, busca compañías que tengan un verdadero poder de fijación de precios, que para el gestor viene dado por “la capacidad para incrementar el valor añadido que ofrecen a los clientes, y que estos estén dispuestos a seguir pagando por esa mejora del servicio”. Pone como ejemplo a Shopify, un valor en el que Baillie Gifford lleva invirtiendo desde 2016.
Taylor también busca compañías que sean capaces de afrontar el repunte en los costes de capital. Bajo el punto de vista del experto “el final de la era del dinero barato no es un obstáculo para las compañías de crecimiento, en realidad es positivo porque ha servido para identificar qué compañías son capaces de ser verdaderamente rentables”. “Invertimos en compañías que son capaces de atraer financiación porque tienen una gestión y un modelo de negocio sólidos. No invertimos en demanda agregada, sino en demanda específica”, aclara, poniendo como ejemplo de esta característica a la compañía de delivery DoorDash.
La tercera y la cuarta características que busca Taylor en las compañías en las que invierte son que “sean capaces de encargarse de su propio crecimiento”, como Moderna, y “que abracen el cambio para ser más eficientes, ofrecer un mejor servicio y reforzar o crear ventajas competitivas”, poniendo a UPS como ejemplo.
“Todas las compañías que nos parecen más atractivas reúnen estas cuatro características, aunque también puede que tengamos en cartera algunas compañías que tengan solo algunas de las características, aunque nos fijamos en su trayectoria para ver si eventualmente pueden alcanzar todas. Para conseguirlo, es importante que tengan equipos directivos de calidad, que apuesten por la reinversión de los beneficios para mejorar los flujos de caja”, concluyó el gestor.