El 36, 3% de la población total en México, es decir 46,8 millones de personas, se encontraban en situación de pobreza en 2022. La población en situación de pobreza extrema mostró un aumento pasando de 8,7 millones de personas en 2016 a 9,1 millones de personas en 2022; no obstante, en términos relativos se observa una ligera disminución al pasar de 7,2% en 2016 a 7,1% en 2022.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de México publicó la medición oficial de la pobreza en México, la cual se realiza a partir de la metodología de pobreza multidimensional que contempla el componente de derechos sociales de la población en conjunto con el de ingreso.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cada dos años, es el principal insumo de información para llevar a cabo la medición de la pobreza multidimensional en el país.
En 2022, cinco de cada diez personas carecían de acceso a la seguridad social, cuatro de cada diez no tenían ingresos suficientes para acceder a una canasta alimentaria y no alimentaria, y cuatro de cada diez no tenían acceso a servicios de salud.
De 2018 a 2022, hubo retrocesos en el acceso a los servicios de salud (pasó de 16.2% a 39.1% de personas con carencia) y en la educación (aumentó el rezago educativo de 19.0% a 19.4%).
Entre 2018 y 2022, destacan los importantes avances en la reducción de la pobreza registrados en Baja California, Colima, Sinaloa y Chihuahua que les han permitido avanzar más que el promedio nacional y posicionarse entre las siete entidades con menores niveles de pobreza. 15 de las 32 entidades federativas tienen niveles de pobreza extrema en 2022 superiores a lo registrado en 2018, antes de la pandemia.
Dentro de la serie para medir pobreza, es necesario distinguir entre dos periodos, el primero que contempla la década de 2008 a 2018 y la serie actual, de 2016 a 2022, que contiene adecuaciones a la metodología para contemplar las reformas normativas en materia de seguridad social y algunas mejoras técnicas en la medición.
En ese sentido, el Coneval define que una persona está en situación de pobreza si, de forma simultánea, pertenece a un hogar con un ingreso per cápita por debajo de la línea de pobreza de ingreso (la cual se ubicó en el mes de agosto de 2022 en 2,086.2 para zona urbana y 1,600.2 para zona rural) y tiene por lo menos una de las seis carencias de derechos sociales determinadas por la institución (Ver Diagrama 1). De manera adicional, si una persona en pobreza pertenece a un hogar con un ingreso per cápita inferior a la línea de pobreza extrema de ingreso y registra tres o más carencias de derechos sociales, se considera que se encuentra en situación de pobreza extrema.
De acuerdo con el Coneval, la medición oficial de la pobreza multidimensional en México considera seis derechos sociales
- Rezago educativo,
- Acceso a servicios de salud,
- Acceso a la seguridad social,
- Calidad y espacios de la vivienda,
- Servicios básicos en la vivienda, y
- Acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
¿Qué avances se tienen en 2022, respecto de la medición de la pobreza multidimensional en 2018?
Hay seis de ocho carencias o indicadores que presentaron una mejora, el más relevante tiene que ver con una reducción de la población con ingresos inferiores a la línea de pobreza por ingresos (que pasó del 49.9% a 43.5%, un avance de 6.4pp). Asimismo, disminuyó la proporción de población con carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad que pasó de 22.2% a 18.2% (avance de 4.0pp) y con carencia por acceso a la seguridad social, que pasó de 53.5% a 50.2% (mejora de 3.3pp). Por otro lado, la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos y las carencias por calidad y espacios de la vivienda, y por acceso a servicios básicos tuvieron avances de alrededor de 1.9 puntos porcentuales.
En lo que concierne a la reducción de la proporción de población con ingresos inferiores a la línea de pobreza por ingresos, al observar la composición de fuentes de ingresos, resalta que, de 2018 a 2022:
- La principal fuente de ingresos per cápita de la población mexicana son las remuneraciones por trabajo subordinado (alrededor del 60%) y le siguen en importancia las transferencias y el ingreso por trabajo independiente.
- Han ido perdiendo importancia las remuneraciones por trabajo asalariado como fuente de ingresos (pasaron de 62.8% a 61.5%).
- Ha aumentado la importancia de las transferencias (que incluyen programas sociales, jubilaciones y pensiones, donativos en dinero, becas, y remesas) como fuente de ingreso (pasó del 13.2% al 16.1%).
- Han aumentado los ingresos por trabajo independiente como fuente de ingresos (pasaron de 9.0% a 9.8%.
¿Qué retrocesos se tienen en 2022, respecto de la medición de la pobreza multidimensional en 2018?
Hay dos carencias que retrocedieron, la más importante tiene que ver el acceso a los servicios de salud seguida del rezago educativo.
Con relación a los indicadores de carencia por acceso a los servicios de salud, se observa que del 2018 al 2022 aumentó en 23.9pp la población que no trabaja y no tiene acceso a servicios de salud, y por institución, esta caída puede explicarse principalmente por que la población afiliada al Seguro popular o que tiene derecho al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), la cual cayó del 42.1% al 13.1%. Cabe resaltar que desde 2004, entró en funcionamiento el Seguro Popular con la intención de disminuir los gastos de salud de población que no contaba con seguridad social vía una relación laboral, de esta manera, en 2019, con cerca de 51 millones de personas beneficiarias (Coneval, 2019), se desaparece al Seguro Popular, para dar paso, el primero de enero de 2020, al Insabi, representando un cambio de política de salud con la misión de proveer y garantizar servicios de salud, medicamentos e insumos médicos gratuitos a personas sin seguridad social; sin embargo, el gobierno comenzó a trabajar en un sistema de salud más integral y, en mayo del 2023, desaparece el Insabi y se transfieren sus atribuciones al IMSS-Bienestar (Coneval, 2020b).
Es importante señalar que esta carencia ha sido lo suficientemente grande como para generar que el indicador de carencias sociales haya aumentado de 2018 a 2022.