La pandemia del coronavirus ha acelerado la digitalización de las transacciones monetarias. Esto no es de extrañar, dado que los pagos sin contacto y las compras online pueden ayudar a proteger tanto la salud individual como la de todos. En este sentido, incluso los más escépticos están pagando con tarjeta en lugar de utilizar efectivo.
En el caso de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y en otros bancos centrales, la pandemia del coronavirus no solo ha acelerado la digitalización, sino que ha generado una especie de revolución cultural. Esto supone la introducción de dinero digital procedente del banco central dirigido a todo el mundo, incluyendo los hogares particulares y las empresas. Y es que, hasta ahora, solo los bancos comerciales han tenido el privilegio realizar pagos de unos a otros en forma de balances digitales por medio de los bancos centrales.
“El hecho de que ahora más que nunca se esté impulsando con tanta fuerza este avance puede explicarse por las muchas ventajas que trae consigo el dinero del banco central para las políticas monetaria y fiscal, desarrolladas para contener las consecuencias económicas de la pandemia del Coronavirus”, sostiene Stefanie Holtze-Jen, Chief Currency Strategist en DWS.
En este sentido, e inmediatamente después de la toma de esta decisión, los gobiernos pueden utilizar el dinero del banco central para proporcionar a ciudadanos y negocios fondos con los que acelerar la recuperación económica. Adicionalmente, el dinero puede programarse para alcanzar los objetivos deseados. “Por ejemplo, la disponibilidad puede limitarse en el tiempo y, además, también sería posible determinar dónde y cómo se debería gastar el dinero”, afirma Holtze-Jen. Así, el dinero no se guarda o emplea para pagar deudas, tal y como ocurrió durante la gran crisis financiera, contrariamente a los objetivos de los gobiernos.
Asimismo, los fondos proporcionados por el Estado también pueden llegar a aquellos segmentos de la población que no poseen una cuenta bancaria. “En Estados Unidos, por ejemplo, hay una propuesta que busca proporcionar una cartera digital a todos los ciudadanos, llamada la ‘Cuenta Fed’, a la que también se podría acceder a través de oficinas de correos”, explica la experta en divisas.
Tipos de interés negativos
Desde la perspectiva de Holtze-Jen, los bancos centrales recibirán un valioso instrumento adicional para la política monetaria. “Si creas cuentas digitales con intereses en los bancos centrales, puedes introducir tipos de interés clave profundamente negativos. Dada la gestión directa existente en los bancos centrales, los efectos perjudiciales de los tipos de interés negativos en los bancos comerciales no se producirían”, dice.
Esto también permite que los bancos centrales accedan a metadatos de pagos detallados y contextualizados en tiempo real. Este hecho puede ayudarles a entender mejor la reacción económica a las perturbaciones o las medidas políticas y monetarias. Además, les permite hacer previsiones macroeconómicas más precisas. En tiempos de crisis, el dinero digital del banco central también puede demostrar ser un pilar de estabilidad para el conjunto del sistema financiero, de acuerdo con la Chief Currency Strategist.
“Si hubiera una pérdida de confianza y una huida de los bancos comerciales, las consecuencias podrían mitigarse por las cuentas seguras de los bancos centrales”, indica Holtze-Jen. En esta línea, podría utilizarse el mismo mecanismo para impulsar el uso de las monedas locales como método de pago, lo que resulta particularmente importante para países en los que el dólar o el euro se emplean como divisas paralelas.
De acuerdo con la Chief Currency Strategist, el valor del dinero digital del banco central se correspondería, inicialmente, con el relativo al del dinero impreso. “Sin embargo, aquellos que están adelantados en el momento de la introducción pueden crear un potencial al alza para su propia moneda debido a su mayor uso y demanda”, afirma. A largo plazo, esto podría fomentar el desarrollo de un régimen multipolar de reserva de divisa, lo que podría poner a prueba el dominio del dólar.
Es posible que los escépticos mencionados anteriormente no solo se alegren por ahorrarse un lavado de manos, sino también por el aumento del precio del oro. “Los bancos centrales de China y Rusia, por ejemplo, están considerando respaldar con oro al menos una parte de sus divisas digitales, lo que podría ser un apoyo estructural para el precio”, concluye Holtze-Jen.