La semana acaba tal y como comenzó, con el foco puesto en la nueva variante del coronavirus ómicron. Según los expertos, la pregunta clave para el mercado es si la nueva variante, que parece que se extiende rápidamente, reducirá la eficacia de la vacuna frente a los casos graves y las muertes, y si serán necesarios nuevos confinamientos y cierres.
Algunos investigadores ya apuntan a que probablemente no sea intrínsecamente más mortal que la variante delta (que fue quizás un 30% más mortal que la cepa original de Wuhan) y que podría reducir la eficacia de la vacuna, pero tendrá un menor impacto frente a los casos más complicados en riesgo de muerte. Pese a esto, los gobiernos de países desarrollados han comenzado a aplicar la política de “prudencia excesiva” y están cerrando su espacio aéreo a vuelos procedentes de determinadas regiones. En este sentido, el equipo de Portocolom AV saca una conclusión clave: “Esta nueva variante pone de manifiesto la necesidad de un proceso de vacunación global, sin excluir países ni regiones. No vale solo con vacunar en el mundo desarrollado”.
Por ahora las gestoras analizan las consecuencias de esta variante a corto plazo. “Más allá de las nuevas restricciones de viaje ya anunciadas, ómicron puede implicar nuevas restricciones sociales, un perjuicio para el crecimiento y nuevos cuellos de botella que se sumen a la inflación. No obstante, es posible que los productores de vacunas de ARNm puedan ajustar la vacuna con relativa rapidez y los medicamentos para el coronavirus podrían estar disponibles en 100 días”, señala Elisa Belgacem, estratega senior de crédito de Generali Investments.
Pese a que los mercados resistieron inicialmente al aumento de los nuevos casos del COVID-19 e incluso de otras variantes, como fue la británica o la delta, en esta ocasión la preocupación de los inversores ha sido mayor. “A principios de la semana, varios indicios sugerían que la quinta ola era ya un problema en Europa. Angela Merkel, por ejemplo, dijo que las medidas actuales no eran suficientes para hacer frente al aumento de los casos en Alemania. A medida que aumentaban los casos, solo los valores turísticos retrocedían; los mercados, en general, se mantenían confiados. Y entonces aparecieron las noticias sobre la nueva variante y los mercados cambiaron de rumbo. Los valores petroleros empezaron el viernes con una caída del -5% y los bancos siguieron el mismo camino. Los cíclicos fueron los más afectados, pero los defensivos no opusieron mucha resistencia. Las ventas se produjeron poco después de que la preocupación por el aumento de la inflación provocara la caída de un indicador de confianza del consumidor”, resume el equipo de análisis de Edmond de Rothschild AM.
Los expertos advierten de que este riesgo no supone volver a punto de partida de marzo de 2020 y se muestran optimistas sobre la capacidad de los países desarrollados de mantener bajo control la pandemia. En opinión de Johanna Kyrklund, directora global de Inversiones en Multiactivos de Schroders, en el tiempo transcurrido desde entonces, hemos aprendido mucho sobre el virus, la ciencia avanza a gran velocidad, y gran parte del mundo desarrollado, al menos, tiene altos niveles de cobertura de vacunación. “Por tanto, no creo que sea el momento de que los inversores rehúyan el riesgo por completo. Pero las incertidumbres son demasiado grandes para que esto pueda calificarse como una oportunidad de compra”, señala.
Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, se muestra optimista y destaca que las economías, los consumidores y las empresas son más resistentes a cada ola de coronavirus. Con la llegada de la nueva ola y teniendo en cuenta que el turismo y el ocio nacional ha rebotado significativamente, los temores se centran más en los viajes internacionales y de negocio”, subraya.
Mercado, vacunas y carteras
El año pasado por estas fechas, llegaron los anuncios de las primeras vacunas contra el COVID-19. Para Kyrklund ese fue el momento en el que la audacia demostró ser la estrategia correcta: las grandes apuestas en activos cíclicos, especialmente los vinculados a la reapertura de los negocios, demostraron ser la decisión acertada.
“Sin embargo, los mercados han evolucionado desde entonces. El ciclo económico ha madurado y las valoraciones son ahora más elevadas. Con la nueva variante suponiendo un riesgo adicional para el crecimiento, no creo que sea el momento de hacer apuestas macroeconómicas similares. Es el momento de ser más selectivo. Los inversores también deben tener en cuenta que la aparición de la nueva variante puede hacer que los bancos centrales retrasen el endurecimiento de la política monetaria. Ya pensábamos que los bancos centrales iban por detrás de la curva en lo que se refiere a reaccionar ante una mayor inflación. Si retrasan aún más el endurecimiento, esto podría seguir apoyando las valoraciones” explica.
Una reflexión que también sale a relucir en el último análisis de Ostrum AM (afiliada a Natixis IM). La gestora considera que la nueva variante “hace que la situación sea más difícil de evaluar para los responsables de la política monetaria”. En este sentido, Jason Simpson, estratega de renta fija de SPDR, añade: «La aparente inevitabilidad de que el año 2022 mostrara un fuerte crecimiento y el endurecimiento de la política de los bancos centrales ha sido cuestionada por la variante Omicron del covid. Esto ha desencadenado una ola de aversión al riesgo entre los inversores, con la caída de las acciones y, en el mundo de la renta fija, la preferencia por las estrategias que minimizan el riesgo».
Según el banco privado suizo Julius Baer, la pandemia se ha convertido en un mal endémico al que el mundo debe adaptarse. “Pocas veces la visibilidad de la economía ha sido tan baja, y la única respuesta posible es dedicarse a la construcción de carteras bien diversificadas. La única certeza es que este nuevo avance en el campo de la pandemia probablemente atenuará el deseo de nuestros banqueros centrales de endurecer la política monetaria de forma más radical. A menos que la economía mundial descarrile por completo, lo que es poco probable, el mercado alcista volverá a prolongarse en lugar de terminar”, indica Yves Bonzon, CIO de Julius Baer.
Jack Janasiewicz, portfolio manager en Natixis IM Solutions, considera que el mercado ha estado buscando una razón para vender y por fin la ha encontrado en la variante de ómicron. En su opinión, hasta que se despejen todas las incógnitas en torno a la nueva variante la volatilidad y el riesgo en los mercados aumentará. “A largo plazo, si ómicron resulta ser más grave, las preocupaciones del mercado laboral y las interrupciones de la cadena de suministro podrían intensificarse, ya que la disposición de la gente a trabajar en persona podría empezar a pesar de nuevo en los mercados. No es de extrañar que veamos una respuesta de vender primero y preguntar después por parte de los inversores”, añade Janasiewicz.
Con este contexto, la directora global de Inversiones en Multiactivos de Schroders considera que la palabra clave para los inversores será diversificación. “Dada la mayor incertidumbre y la fase tardía del ciclo económico, la diversificación será probablemente crucial. El papel de la renta fija como diversificador en las carteras sigue siendo importante, en mi opinión. Las materias primas son otro ámbito que podría resultar interesante. El precio del petróleo sigue estando impulsado en gran medida por la oferta, que es bastante restringida, más que por la demanda. Los inversores podrían considerar la posibilidad de ajustar su exposición a la renta variable, en lugar de abandonar por completo las acciones. Europa es quizás la región en la que la rentabilidad de la renta variable puede verse más afectada a corto plazo”, argumenta Kyrklund.
Su segunda idea es apostar por la inversión temática: “Las megatendencias, como la transición energética o el mayor uso de la infraestructura digital, suponen cambios estructurales a largo plazo que se mantendrán a pesar de todo”.