Con los activos high yield en el punto de mira del mercado tras la subida de tipos de la Reserva Federa, Kevin Loome, responsable de Crédito de Estados Unidos de Henderson, repasa su previsiones para este activo de cara a 2016.
¿Qué lecciones saca de 2015?
Algo que nos ha enseñado 2015, y que es recurrente, es que el viejo análisis del crédito nunca pasa de moda. Dado el momento en el que nos encontramos del ciclo de crédito, tenemos que tener cuidado con la degradación en la calidad crediticia en el calendario de nuevas emisiones, especialmente en lo que respecta a los pactos, al apalancamiento y al uso agresivo de los beneficios por parte de los emisores. Esto apoya mi opinión de que los activos high yield en su conjunto deben gestionarse para conseguir rentabilidad total, no ingresos. La volatilidad de las previsiones de tipos de interés durante 2015 también ha justificado mi opinión de que este tipo de deuda debe gestionarse por el riesgo de crédito y no en función del riesgo de tipos de interés. Intentar predecir los movimientos de los tipos de interés durante cortos períodos de tiempo nunca sale bien.
¿Son ahora más o menos optimistas que el año pasado por estas fechas? ¿Por qué?
Somos menos optimistas que el año pasado, principalmente por el hecho de que el ciclo de crédito ha avanzado un año más, especialmente en Estados Unidos, que se encuentra en una fase más avanzada que Europa. En este momento, las empresas ya no están inmersas en tareas de desapalancamiento, refinanciación, ampliación de plazos de vencimiento y recorte de costes. En su lugar, están haciendo lo contrario para aplacar a sus accionistas, aparte de sacarle el máximo partido a unos tipos de interés en mínimos históricos. La otra razón principal para la prudencia es que la mayor parte de la emisión nueva ya no se dirige a actividades positivas para la deuda. Lo cierto es que se está volviendo más agresiva y están resurgiendo con fuerza las actividades de compra apalancada y de fusiones y adquisiciones. Dejando a un lado los sectores energético y de minería, las valoraciones se encuentran en línea con sus medias a largo plazo. En nuestra opinión, la tasa de morosidad de los sectores energético y minero repuntará sustancialmente durante 2016 y conllevará más episodios de volatilidad y falta de liquidez.
¿Cuáles son los temas principales que seguramente marquen a los activos high yield en el futuro?
Hay varios temas que seguramente dominen durante el próximo ejercicio. En primer lugar, todo el mundo cree que van a subir los tipos de interés en Estados Unidos. Podría esperarse un mayor posicionamiento en préstamos bancarios de tipo flotante para combatir esta situación; no obstante, estamos siendo selectivos en el área de los préstamos bancarios porque estos se han convertido en pactos light por la emisión durante los dos últimos años de obligaciones de préstamo colateralizado (CLO). En segundo lugar, nuestra previsión es que los sectores energético y minero sigan empeorando, por lo que seguiremos infraponderándolos.
¿Cómo repercute esto en el posicionamiento de la cartera?
No consideramos que los movimientos a la baja en estos sectores vayan a convertirse en una oportunidad generalizada para comprar. Y por último, aunque nos encontramos en las últimas etapas del ciclo de crédito actual, no prevemos una oleada inminente de impagos en el horizonte. A pesar de ello, mantendremos la cautela y favoreceremos las calidades más elevadas, basadas en la rentabilidad y el diferencial. Asimismo, estamos posicionados para conservar la liquidez, pues prevemos más volatilidad dentro del mercado high yield durante 2016.