Neuberger Berman es una gestora con una gran experiencia en la deuda high yield: gestiona actualmente 36.800 millones de dólares, de los cuales 305 millones corresponden a deuda europea high yield. Su fondo insignia invierte en el mercado estadounidense pero desde hace un año y medio la gestora cuenta también con un fondo que invierte en high yield europeo, bajo la gestión de Andrew Wilmont, que se unió a la entidad después de gestionar un producto similar en AXA. La entidad sigue desarrollando sus capacidades y está estudiando lanzar un fondo global de deuda de high yield, al que aportarán ideas tanto el equipo de gestión de high yield estadounidense, como el europeo liderado por Wilmont, y el de deuda emergente. En una entrevista con Funds Society, Wilmont explica que las perspectivas para el high yield europeo son positivas, y el mercado puede ofrecer de cara al año próximo retornos esperados de entre el 5% y el 7%. “Mirando al cupón, la media es del 5%; por el lado de los diferenciales, están en la media histórica”, explica.
El crecimiento en Europa prosigue lentamente, lo que es positivo para la deuda high yield, dice. Las compañías están siendo gestionadas de forma conservadora por lo que el nivel de defaults se mantendrá bajo y por debajo de su media histórica, permitiendo que los diferenciales se contraigan, defiende el experto.
Los riesgos aparecen pronto en la conversación: ¿cuáles son los principales? El primero, las esperadas subidas de tipos, en EE.UU. y también en Reino Unido. En Europa, dice, podría haber cierto impacto de lo que pase con la Fed, pero sólo sería a corto plazo, teniendo también en cuenta que el BCE seguirá con el QE mínimo hasta septiembre de 2016 y podría incluso ampliarlo. “No vemos por ahora el riesgo de que Draghi se vuelva más restrictivo y creemos que podría aportar liquidez extra lo que será positivo. El entorno seguirá con bajos tipos, lo que impulsará a los inversores hacia activos de mayor rentabilidad, como la renta variable y el high yield”, añade. El gestor recuerda además que los activos con duraciones más cortas se ven menos afectados por una posible subida de tipos. Además, con el tiempo una subida de tipos es positiva para la deuda high yield debido a la mejora de las condiciones económicas y a la bajada del riesgo de crédito corporativo.
Con respecto al riesgo de liquidez, reconoce que puede ser un problema “si hay una venta masiva en los activos de riesgo durante un periodo de tiempo continuado”. Por ello cree que es bueno estar preparado, centrándose en emisores de mayor tamaño y liquidez, diversificando su cartera por emisión, compañía y sector. También opta por diversificar su base de clientes, para no tener que sufrir el mismo comportamiento al mismo tiempo. Con respecto al riesgo de defaults, considera que está por debajo de la media histórica en Europa, alrededor de un 2% frente a un 4%, y muy lejos de los niveles de la crisis (11%).
Sin financieras y con apuestas variadas
En su cartera favorece sectores como las exportadoras, que se beneficiarán de un euro más bajo, o firmas industriales, con baja deuda y negocios robustos. Destaca también las firmas de cable o telecomunicaciones, compañías de tamaño mediano en Francia o Alemania con gran capacidad de crecimiento. En su cartera también tiene energéticas como Gazprom, o emisiones de Petrobras en euros (puede invertir en empresas que emitan bonos en divisas europeas, aunque su sede no esté en Europa tal como recoge el benchmark utilizado). “Consideramos que Petrobas es un ángel caído que previamente estaba enfocada a un gran número de partes interesadas, pero que esperamos que con los recientes cambios este más alineada con sus accionistas y sus acreedores”, dice el gestor, aunque advierte de que si los diferenciales se comprimen sin mejoras adicionales en el perfil de riesgo podrían revisar su posición. En general, es cauto con las energéticas de EE.UU., donde prevé un aumento de los defaults, y sobre todo con los proveedores de servicios a estas firmas.
En cuanto al sector financiero, se muestra cauto: “En este momento, teniendo en cuenta los actuales informes financieros, creemos que hay mejores oportunidades de inversión en otros sectores”.
Con todo, recuerda que el tamaño actual del mercado europeo es el que tenía en mercado estadounidense hace 10 años. Y el español y portugués solo suponen un 6% del mercado total. En España habla de los principales sectores como el del juego, los hoteles o los parques temáticos, y de nombres como Almirall (compañía que cree interesante), Telefónica (tiene deuda emitida con rating por debajo del grado de inversión) y Gestamp (fabricante de componentes de automóvil).
Con respecto al riesgo político y electoral, cree que es bajo, aunque reconoce que las mayores implicaciones podrían estar en el lado fiscal si hay cambios de Gobierno. El gestor lleva sin exposición a Grecia cinco años y huye de los grandes exposiciones absolutas, pues pretende mantener un nivel moderado de volatilidad que permita captar las subidas y defender frente a las caídas con una volatilidad más baja que la del mercado. “Queremos capturar el cupón y al mismo tiempo preservar el capital”, dice.
Buscar valores de calidad
Cuando el gestor busca dónde invertir, necesita ver calidad en sus valores elegidos. “Necesitamos ver un mínimo de beneficios en las compañías -50 millones de euros-, y nos centramos en los emisores de mayor tamaño y líquidos”, explica. En su cartera, la calidad más frecuente es de B+, y hay muy pocos nombres con rating CCC o por debajo, también porque el benchmark es muy reducido en este segmento. “En EE.UU., el ciclo económico está más avanzado, y las compañías están aumentando las inversiones y pagando dividendos. En Europa estamos todavía unos años detrás, tras la crisis de deuda soberana, los problemas en Grecia… las empresas aún no toman decisiones”, apostilla.