La libra vive un final de año agitado por las idas y venidas en torno al Brexit. El acuerdo consensuado entre el Reino Unido y la Unión Europea, un texto de 585 páginas, tiene que ser aprobado todavía por el Parlamento inglés. En principio, y tras haberse pospuesto su votación, habrá que esperar hasta la semana del 14 de enero de 2019 para comprobar si Theresa May, primera ministra británica, ha logrado reunir los apoyos necesarios.
Según explican desde Ebury, la primera ministra sigue necesitando 320 votos de los 650 escaños del parlamento para aprobar el acuerdo. “Una gran cantidad de políticos conservadores, más de 90, ya han declarado que no respaldarán el acuerdo, mientras que la mayoría de parlamentarios laboristas y el aliado de la coalición del Partido Conservador, el DUP, parece casi seguro que votarán en contra”, apuntan desde la firma.
Sin duda, todos los analistas coinciden en que el voto parlamentario se presenta como un punto crítico en todo el proceso de Brexit y como uno de los momentos más importantes en la política de Reino Unido, en la historia reciente. Desde Ebury estiman que la votación del acuerdo podría llegar a provocar una venta masiva de la libra, “de aproximadamente el 5%”, matiza.
En principio, lo que más está penalizando a la divisa inglesa es que el Reino Unido pueda llegar a abandonar la Unión Europea sin un acuerdo. Por el contrario, la aprobación del proyecto de ley desencadenaría un rally de alivio inmediato que podría ayudar a la libra a apreciarse frente al dólar. Se espera que la volatilidad se mantenga y la libra sea altamente susceptible a los cambios imprevisibles hasta que llegue el momento de la votación. “No es de extrañar que las acciones del Reino Unido y la libra esterlina hayan tenido un desempeño malo en lo que va de año”, afirma Steven Bell, economista jefe de BMO, al tener valorar todo lo que ha ocurrido estos dos últimos meses en el Reino Unido.
Los analistas de Allianz GI coinciden en destacar que, en caso de un Brexit sin acuerdo, “la libra esterlina y la rentabilidad de los bonos cederán terreno. En general, los activos británicos no despiertan interés y tienen poco peso en las carteras. Su comportamiento en 2019 dependerá tanto del fin del ciclo económico como de la incertidumbre del Brexit. Los grandes exportadores diversificados con importantes operaciones fuera de la Unión Europea pueden ser los mejor posicionados”.