La incorporación de criterios sostenibles en materia de inversión es una tendencia muy implantada en el continente europeo, especialmente en los países escandinavos, que se está extendiendo de forma rápida por Latinoamérica y por la industria de gestión de activos.
Douglas Beal, director de la práctica de Impacto Social de Boston Consulting Group y experto internacional en la materia, se encuentra en estos momentos realizando un estudio con los tenedores de activos a nivel mundial para conocer cuáles son las mejores prácticas en materia de ESG y “realmente identificar cual es el futuro de la inversión sostenible”, puntualiza Beal.
“Quien lidera este empuje en la industria de gestión de activos difiere por región”, nos explica Beal. Así pues, en los países pioneros en la materia, como los países escandinavos y Holanda, son los tenedores de activos los que impulsan estos criterios. De hecho, muchos deciden gestionar cada vez más una mayor parte de sus activos internamente para poder controlar y entender bien las inversiones ESG ante la reducida fiabilidad de la información disponible.
Además, añade Beal: “los tenedores de activos no creen que los grandes gestores, a pesar de sus declaraciones al respecto, estén implementando la integración de criterios ESG a lo largo de todas las categorías de activos”. Consecuentemente, los gestores se han visto forzados a construir sus políticas ESG para hacer frente a esta demanda.
“Sin embargo, en los mercados emergentes la historia es un poco diferente”, continua Beal. “Los tenedores de activos no piensan tanto en esto, son los gestores los que lo hacen motivados por sus clientes internacionales. Los tenedores de activos escandinavos cuando exteriorizan la administración de ciertos activos lo hacen precisamente en mercados emergentes porque no conocen el mercado local. Entonces nos encontramos gestores de activos en Chile, Colombia, México o China y otros mercados emergentes que están recibiendo mandatos ESG por parte de sus clientes extranjeros”.
Diferencias por categoría de activos
En cuanto al grado de desarrollo de los criterios ESG a las distintas categorías de activos, Beal señala que depende del tipo de activo y de la información de la que se dispone.
En este sentido, señala que el más avanzado son las acciones cotizadas. “La mayoría de las conversaciones que hemos mantenido en materia de inversión sostenible ha girado en torno a acciones cotizadas y esto se debe a que hay más información disponible en acciones cotizadas que en cualquier otra categoría de activo”, comenta Beal.
Con respecto a los activos de renta fija, las “grandes” calificadoras de rating están empezando activamente a incorporar criterios ESG en sus ratings, “pero no es lo suficientemente transparente aún para determinar si un rating es de una calificación u otra por criterios ESG, aunque sospecho que en el futuro lo será. Cuando eso ocurra, será un gran hito porque afectará directamente al coste de capital de la empresa”, augura Beal.
La deuda soberana tampoco está exenta de la aplicación de criterios de inversión sostenible. Beal relata como un fondo de pensiones danés fue inculpado por la prensa local por invertir en deuda pública de países que apoyaban dictaduras, lo que les llevó a fijar unos criterios mínimos de derechos humanos y de gobierno para filtrar emisores públicos.
Private equity es otra clase de activo donde se prevé un importante desarrollo en criterios ESG en el mediano plazo, tal y como confirma Beal: “Muchas de las grandes firmas de private equity en el mundo han empezado a contratar líderes de ESG, a incorporar criterios ESG en sus procesos de due–diligence y están empezando a sospechar que si gestionan sus carteras con criterios ESG podrán conseguir mejores múltiplos de valoración en las salidas. Lo que ocurre es que nadie lo ha podido probar hasta ahora porque todavía no hay el suficiente número de salidas bajo estos criterios para poder sacar conclusiones”.
Consistencia en los criterios
Otra de las conclusiones que ha sacado Beal de las conversaciones que está manteniendo, es la importancia que los tenedores de activos dan al cumplimento de criterios de inversión por parte de los gestores de activos en sus propias compañías: “Si un gestor afirma que la diversidad de género es importante en sus productos y por ejemplo crea un fondo vinculado a índice con compañías que apoyan la diversidad de género, pero el directorio de ese gestor esta solo formado por hombres, esto es ciertamente contradictorio. Puede ser un factor determinante.”
La forma que los tenedores de activos utilizan para comprobar si los gestores están aplicando estos criterios internamente varia y va desde cuestionarios a entrevistas individualizadas con los portfolio managers, para comprobar que los gestores de activos con grandes equipos consiguen que se apliquen a nivel granular.
Alfa y crecimiento de activos
Beal deja claro que la incorporación de criterios ESG en la gestión requiere de una inversión inicial, aunque los beneficios compensan con creces. Las fuentes de valor de la aplicación de criterios ESG en la industria de gestión de activos puede venir principalmente de tres fuentes: generación de alfa, mayor crecimiento de activos y mayores ingresos.
La mayoría de los estudios afirman que se puede obtener una mayor alfa si realmente se entiende cuáles son los factores ESG claves para cada industria y que se deben tener en cuenta en los diseños de los modelos. Beal expone a modo de ejemplo que en el sector bancario son importantes la inclusión financiera, la protección de datos, el diseño de productos “green finance”, la financiación de proyectos de mejora medioambiental, y cómo incorporan criterios ESG en su proceso de concesión de préstamos, entre otros. Pero puntualiza que cada industria es distinta y que es muy importante saber identificar cuáles son los correctos en cada una.
El segundo punto es que se puede alcanzar un mayor crecimiento de activos. “Los activos bajo gestión que aplican una de las muchas estrategias de inversión sostenible crecen a una tasa cercana al 15% anual mientras los que no lo hacen crecen al 3%”, destaca Beal.
Por último, el experto afirma que hay tenedores de activos dispuestos a pagar un poco más de comisión por la gestión bajo estos criterios, pudiendo por tanto generar una mayor fuente de ingresos.
Desarrollo en Latinoamérica
Esta tendencia es relativamente nueva en el mundo y la región latinoamericana, que, aunque un poco más retrasada con respecto a otras regiones, se está poniendo al día a pasos acelerados.
En opinión de Beal, “sería un excelente impulso un marco regulatorio un poco más flexible en materia previsional que permita distintas alternativas de inversión vinculadas a materias de ESG”.
A modo de ejemplo, Beal expone el caso de los Estados Unidos donde los inversores finales pueden elegir distintos productos vinculados a diferentes temáticas. En este sentido, concluye que “la inclusión de criterios de ESG en los productos de inversión puede ser un aspecto clave en la diferenciación de productos en Latinoamérica”.