La inflación, al igual que ocurre con los bajos tipos de interés y las políticas monetarias, tiene por delante todo un proceso de normalización, dentro de un contexto caracterizado por el crecimiento económico global. Cuál será su efecto según vaya incrementándose es un aspecto que preocupa a los gestores, que vigilan de cerca su evolución.
A pesar de asistir a un crecimiento global bastante sincronizado, la inflación parece no llegar o no crecer al mismo ritmo en las diferentes regiones, por lo que unos mercados quedan más expuestos que otros. Según los expertos de Goldman Sachs AM, la débil transmisión del crecimiento a la inflación en el mundo desarrollado está conectada a las políticas monetarias de los bancos centrales.
“Esta desconexión es importante porque la falta de impulso de la inflación podría llevar a los mercados a subestimar la fuerza de la economía global. Por primera vez en mucho tiempo, el crecimiento global se beneficia del impulso positivo de la mayoría de las economías. Esta sincronizada expansión podría proporcionar mayor convergencia en las políticas monetarias y materializarse en tipos más altos. Si la inflación global estuviera más sincronizada de lo que actualmente parece, los yields tendrían un buen recorrido de subida”, explica Mark Van Wyk, jefe global de Swaps Gubernamentales e Inversión Estratégica de Goldman Sachs AM.
En este sentido, la entidad considera que el escenario más probable es el gradual aumento de riesgo en el mercado de bonos gubernamentales, empezando por Estados Unidos, pero también ve riesgos de cola de volatilidad que podrían extenderse a otros mercados. A corto plazo, Van Wyk considera que la inflación está lejos de normalizarse en Europa y Japón, “pero alcanzará su objetivo en Estados Unidos el próximo año”, matiza.
Algo más atípico será lo que ocurra en el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra ha decidido revisar el significativo exceso de inflación, que ha sido impulsada por el impacto del Brexit en la economía, empezando por las caídas en la divisa británica.
Divergencia
Esta dispersión en el aumento de la inflación hace que sea más probable una mayor divergencia entre las políticas monetarias mundiales. Pero para Simon Dangoor, jefe de Región y co-jefe de la Estrategia de Swaps Gubernamentales, esta divergencia ha alcanzado su punto máximo y empezará a converger poco a poco. “La Fed es el único banco central que está endureciendo su política, pero Japón y Europa se acercan poco a poco a la normalización. Por su parte, el próximo paso de Reino Unido más probable es una subida que un recorte de tipos”, explica.
Con todo, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ) esperarán antes de subir tipos:s. “No esperamos una subida de tipos antes de 2019”, afirma.
Aún así, para Van Wyk podríamos asistir a un aumento más rápido de la inflación en Europa, ahora que “el mundo es comparativamente más saludable”.
Estrategia de inversión
Ante este escenario, Jonathan Bayliss explica que su expectativa de que la inflación siga aumentando de forma dispersa podría impulsar una estrategia de inversión de valor relativo.
“Vemos poco valor en operaciones direccionales en mercados donde la inflación es más débil. Los tipos ya son muy bajos en Europa, y en Japón la política de control de la curva de rendimiento ha eliminado la volatilidad del mercado de bonos gubernamentales. En Estados Unidos estamos posicionados para que los rendimientos aumenten, apoyándonos en la opinión de que los mercados subvaloran la probable trayectoria de las subidas de tipos de la Fed. Creemos que la inflación es actualmente el aporte más importante a la política de la Fed, ya que el doble mandato de empleo máximo e inflación está a medio cumplir”, explica.
Por su parte, Dangoor apunta que, en los diferentes mercados, buscan discrepancias entre las expectativas de inflación y la respuesta política implícita en los mercados reales y nominales, respectivamente. “Por ejemplo, los rendimientos reales del euro sugieren que la inflación no se acercará a la meta en los próximos dos años, pero las tasas nominales sugieren que el BCE se ajustará el próximo año. Creemos que esto crea oportunidades de valor relativo”, señala.
Justo lo contrario que se observa en los mercados del Reino Unido, “lo que sugiere que la inflación seguirá siendo alta en el futuro –mucho más allá del impacto de la depreciación de la moneda del año pasado– y sin embargo la política monetaria podría permanecer laxa durante muchos años”, matiza.