Tras experimentar trece meses seguidos de descensos, la tasa de inflación estadounidense aumentó en dos décimas durante el mes de julio, hasta alcanzar un 3,2%. Este cambio llega en un contexto donde la Reserva Federal está vigilando cuidadosamente la evolución de los precios, habiendo elevado las tasas de interés en su última reunión. Según datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales, los precios de consumo tuvieron un incremento mensual de dos décimas en comparación con junio. Sin embargo, los expertos creen que las cifras siguen retrocediendo hacia el objetivo y que los datos no ponen en peligro una potencial pausa en septiembre de las subidas de tipos por parte de la Fed.
Callie Cox, analista de inversiones de EE.UU. de eToro, sostiene que los datos pueden llevar a engaño. La experta estima que “la aceleración de la inflación es un poco engañosa. El IPC interanual está muy influido por los efectos de base, una peculiaridad matemática dado que la inflación tocó techo hace un año”. Además, la analista opina que “la inflación de los servicios, al margen de los alquileres -la medida que los funcionarios de la Reserva Federal vigilan de cerca-, sigue en torno al 3%. Los precios de los servicios son lo que la Fed pretende bajar, y sigue avanzando. Por lo tanto, este aumento de la inflación puede no ser un catalizador para más subidas de tipos. Parece un engaño”.
“Es alentador observar la desinflación de los coches usados y los billetes de avión. Si bien la moderación en estos sectores favoreció la mejora de la cifra subyacente, seguimos observando rigidez en la inflación de la vivienda. La vivienda representó alrededor del 90% del aumento del IPC en julio. El componente de la vivienda aumentó un 0,4% intermensual y un 7,7% interanual, muy por encima del aumento del 0,2% intermensual tanto del IPC general como del subyacente. En conjunto, se trata de un dato de inflación alentador para los mercados y las expectativas de la Reserva Federal”, declara Michelle Cluver, CFA, Portfolio Strategist at Global X ETFs.
Cluver comenta que “mientras que el IPC general subió ligeramente al 3,2% interanual, el IPC general, muy esperado, reflejó signos alentadores de moderación y se situó en el 4,7% interanual. La cifra subyacente se ajustó a las expectativas del mercado, mientras que el IPC general se situó ligeramente por debajo del 3,3% interanual previsto por los mercados”.
Desde Banca March sugieren que el “pequeño incremento” no supone una importante aceleración pese a que la inflación de servicios se mantiene elevada. «El dato de inflación subyacente, del 4,7% interanual, confirmaba una tendencia de moderación por cuarto mes consecutivo y resultó ser el menor dato desde octubre de 21. Son datos que, pese a mantenerse por encima del objetivo formal de la Fed, favorecen en nuestra opinión la visión de una pausa en el proceso de subida de tipos en la próxima reunión de la Fed de septiembre”.
Por su parte, Ryan Brandham, jefe de Mercados de Capital Global, América del Norte en Validus Risk Management, sostiene que “el IPC de EE.UU. estuvo cerca de las expectativas, con un IPC interanual ligeramente más bajo en el 3,2% frente al 3,3% esperado. La core llegó como se esperaba, con un 4,7%. El resultado es alentador, aunque sigue siendo un reto volver al 2% por efectos de base. A pesar del progreso continuo, el núcleo sigue siendo elevado”.
Además, añade que “la cifra de solicitudes iniciales de desempleo ha saltado esta semana a 248.000 frente a las 230.000 esperadas, tras una cifra de nóminas no agrícolas ligeramente más suave la semana pasada. Esto ilustra los primeros signos de enfriamiento en lo que ha sido un mercado laboral estadounidense muy resistente. Es probable que el FOMC se sienta alentado por un suave debilitamiento del mercado laboral para ayudarlo en sus esfuerzos por abordar la inflación”.
Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, no encuentra sorpresas en los últimos datos de inflación en Estados Unidos. “Tal como lo esperaban los mercados, la tasa de inflación subyacente comparada con el año anterior se redujo levemente. La tasa de inflación incluyendo los precios de alimentos y energía aumentó levemente gracias al efecto base. Sin embargo, no todo es color de rosa. En el sector servicios los precios incrementaron a una tasa relativamente alta. De hecho, el incremento mensual fue tan alto como en julio de 2021 y más alto que las tasas mensuales registradas en julio de los últimos diez años. La tasa de inflación “supercore”, la cual observa la reserva federal desde noviembre de 2022, también aumentó. Esta tasa “supercore” incluye únicamente los precios del sector servicios, pero excluye la energía y los costos de vivienda”, afirma el analista.
Señala Duarte que “estos nuevos datos no apuntan a un cambio en las perspectivas de lo que pueda hacer la Fed en su próxima reunión al final del verano. Sin embargo, el alargue de la guerra en Ucrania y la llegada inminente del otoño y el invierno podrían traer un nuevo choque de precios energéticos que compliquen nuevamente el panorama inflacionario”.
“En general, la inflación está retrocediendo hacia el objetivo y el mercado laboral se está enfriando lentamente, pero el FOMC querrá ver aún más datos antes de decidir en septiembre si el progreso ha sido lo suficientemente rápido como para justificar una pausa, o si el balance de riesgos requiere otra alza para asegurar que se cumplan las metas de inflación. Los precios del mercado actualmente favorecen una pausa, pero el mercado ha infravalorado las acciones de la Fed antes”, concluye Brandham.
Tiffany Wilding, economista de la gestora de fondos PIMCO, analiza el aumento más lento de lo esperado del IPC de Estados Unidos en julio. La experta indica que los últimos datos de inflación son una buena noticia para la Reserva Federal, con los servicios básicos exceptuando la vivienda subiendo un 0,19% intermensual, manteniéndose en línea con el objetivo anualizado del organismo presidido por Powell. En consecuencia, defiende, la economía estadounidense sigue avanzando hacia una desinflación significativa en la segunda mitad del año, y desde PIMCO esperan que el IPC subyacente termine el año en torno al 3,3% interanual.
¿Y el dólar?
Según el análisis de mercado de Rania Gule, analista de mercados en XS.com, el dólar estadounidense refleja el sentimiento del mercado ya que perdió algunas de sus ganancias frente a la mayoría de las divisas, pero alcanzó un máximo de un mes frente al yen japonés durante las operaciones del jueves, en parte influenciado por los costos de la energía”, sostiene Gule.
Gule destaca que las fluctuaciones recientes en los rendimientos del Tesoro de EE.UU. y el aumento de los costos de la energía han afectado profundamente los datos de inflación publicados recientemente. “Teniendo en cuenta los indicadores económicos clave y el sentimiento del mercado, la trayectoria del índice del dólar estadounidense depende en gran medida de los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mostraron una desaceleración en las tasas de inflación, lo que aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal detenga temporalmente las alzas de las tasas de interés, lo que lleva a una caída en el índice del dólar”.
Cox estima estar lejos de las condiciones inflacionistas del año pasado. “Los indicadores de inflación en tiempo real han avanzado mucho en el último año, y la demanda se ha enfriado claramente. La inflación puede aumentar a partir de ahora, pero es mucho menos probable que se descontrole. No estamos de nuevo ante un año como el 2022. Ahora bien, está claro que la tarea aún no ha terminado. Una inflación obstinadamente alta -incluso del 3% o 4%- puede deformar nuestra concepción del dinero. Y la posibilidad de una recesión sigue siendo significativa. La Reserva Federal ha subido los tipos agresivamente, y aún no sabemos qué grietas se están formando bajo la superficie”.
Por su parte, Gule considera que “el impacto de los datos del índice de precios al consumidor de EE.UU., recientemente publicados, probablemente será temporal, ya que el enfoque cambia a los próximos datos del índice de precios al productor de EE.UU. el viernes. La Reserva Federal prefiere este índice para medir con precisión las tasas de inflación y la fortaleza de la economía, lo que guiará significativamente la dirección monetaria de la Reserva Federal en su próxima reunión”.