La inestabilidad política de Italia pasa factura a su deuda pública, que la semana pasada disparaba su coste en más de 30 puntos básicos. ¿El motivo? La posibilidad de una alianza de gobierno entre el Movimiento Cinco Estrellas y La Liga Norte, que hizo que la semana pasada la rentabilidad exigida al bono italiano fuera del 2,2%; su máximo desde octubre de 2017.
“Italia podría estar a punto de poner a prueba la determinación del Banco Central Europeo de hacer lo que sea necesario para salvar el euro. Los diferenciales de los bonos del gobierno italiano en relación con Alemania han subido a 155 puntos básico en desde 113 de hace menos de un mes”, explica Chris Iggo, jefe de inversiones de renta fija de AXA IM.
Según José María Valle, analista de política monetaria y renta fija de Ahorro Corporación Financiera, aunque los partidos euroescépticos Liga Norte y Movimiento Cinco Estrellas han rebajado el tono de su discurso, “podrían incidir en políticas populistas y de mayor gasto público, por lo que la prima de riesgo de Italia permanecerá sensible a los acuerdos que alcancen”.
En su opinión, en la medida en que las propuestas populistas ganen terreno, la prima de riesgo de Italia podría seguir repuntando. “Sin embargo, creemos que la situación política en Italia no supone, por ahora, un riesgo sistémico; en la medida en que estos partidos han anunciado que no debatirán sobre la salida del euro, debería implicar que están dispuestos a consensuar sus políticas con los socios europeos”, matiza Valle.
¿Oportunidad?
Y es que a los mercados no les gusta los populismos europeos. Según el análisis de Paul Brain, jefe de renta fija en Newton, parte de BNY Mellon, es de esperar que los rendimientos italianos aumenten a medida que los partidos populistas lleguen al poder. “Ambos han prometido mucho a sus seguidores, lo que en última instancia causará más préstamos del gobierno y, por lo tanto, más oferta de bonos”, explica Brain.
En este sentido Iggo recuerda que, en general, los bonos italianos han sido sobreponderados en las carteras al estar favorecidos por la mejora general en el crecimiento europeo y el en programa de compra de activos del BCE. “Sin embargo, con un nuevo gobierno populista no probado y el fin de la compra de bonos por parte del BCE, los inversores pueden tener que apretar los dientes por un tiempo. Un fuerte aumento en los costos de endeudamiento debilitaría aún más la dinámica de la deuda italiana. Veamos cómo reacciona el mercado a la nueva configuración política y, lo que es más importante, qué respuestas podría haber desde Bruselas”, afirma.
Esta misma valoración hace Anthony Doyle, director de inversiones de renta fija de M&G, quien señala que el diferencial italiano actualmente bajo respecto a los bunds también es síntoma de la búsqueda de renta de los inversores, espoleada por las TIR reducidas que ofrecen los mercados de deuda soberana core europeos. “Para los inversores en renta fija, la falta de reforma estructural, los altos ratios de deuda/PIB, la lenta retirada de las medidas de flexibilización cuantitativa (QE) y un potencial cambio de régimen en el BCE (a partir de noviembre de 2019 tendrá un nuevo presidente) justifican la cautela sobre la deuda italiana en vencimientos largos. El diferencial a 10 años de 119 puntos básicos (pb) respecto a Alemania es inferior a la media a cinco años (de 159 pb), lo cual revela que el mercado descuenta en cierta medida los retos a los que se enfrenta la economía italiana. Además, las TIR italianas están distorsionadas por el QE: se estima que el BCE tiene en su poder un 28% de la deuda soberana del país”, señala Doyle.
Por su parte, Brain considera que no sólo el populismo afecta a la deuda italiana, sino que la falta de formación de un gobierno también puede ser perjudicial para los bonos italianos debido a la incertidumbre. “Los rendimientos italianos a corto plazo podrían aumentar aún más, pero eso podría representar también una oportunidad de compra”, matiza.
Este riesgo política hace que algunas gestoras, como es el caso de Brandywine Global, filial de Legg Mason, se muestren cautelosas con Italia. “Mientras que las BTP italianas ofrecen cierto grado de rendimientos reales atractivos en comparación con otros mercados desarrollados, existe suficiente riesgo de información para mantenernos a raya por el momento. Seguimos siendo selectivos sobre nuestra exposición regional”, apunta Jack McIntyre, gestor de renta fija global de Brandywine Global, filial de Legg Mason.
Un riesgo político
En cambio, Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, afiliada a Natixis IM, se muestra menos optimista y señala directamente a Italiana como un problema para la Unión Europea. “La posible coalición no quiere respetar el marco institucional ni en el lado económico (déficit público demasiado grande) ni en las cuestiones sociales (inmigración). ¿Cómo sería aceptado este nuevo marco italiano por otros miembros europeos? Esto podría crear más heterogeneidad dentro de la Unión Europea ya que otros países como Polonia o Hungría ya tienen un gobierno populista y podrían crear una especie de coalición con Italia contra Francia y Alemania”, argumenta.
En su opinión, este hecho es importante porque a finales de junio hay un consejo europeo que debe decidir sobre el nuevo marco institucional europeo. “Con esta coalición italiana, ¿será posible encontrar un acuerdo? Sin duda, eso debilitaría la construcción europea”, concluye.
Desde Eurizon señalan que es poco probable que se produzca una crisis total de confianza en Itlia, ya que no consideran que el gobierno resultante quiera dañar la actual recuperación económica. “El nuevo gobierno probablemente sea sensible a las señales enviadas por los mercados financieros. Trump también se consideró como una amenaza potencial para la estabilidad de los mercados financieros, pero desde entonces se ha juzgado solo en función de las acciones tangibles de su administración. El gobierno italiano también será juzgado únicamente por sus decisiones reales, especialmente en el frente de política fiscal”, afirma.
Según Doyle, hay que recordar que “la economía italiana es la tercera mayor de la eurozona, y representa un 16% del PIB de la región. Debido a su tamaño, la Comisión Europea ya ha advertido a los mercados de que el país mediterráneo podría ser una fuente importante de riesgo económico y financiero para la eurozona. El ratio de deuda soberana/PIB ronda el 133%, el segundo mayor de la Unión Europea (UE) después de Grecia. La cifra de préstamos incobrables de los bancos es aproximadamente del 21% del PIB, una de las más altas de la UE”.
En este mismo sentido, Bettina Müller, economista jefa para Europa de DWS, que si el nuevo gobierno aprueba las medidas que han trascendido, los inversores empezarán a pedir una mayor prima de riesgo por invertir en Europa. “Nuestra visión para la deuda italiana es que, dependiendo de cómo se desarrollen finalmente los rendimientos, “los diferenciales, el crecimiento y, por lo tanto, el déficit presupuestario. El riesgo, sin embargo, es al alza”, concluye Müller.