La Comisión Europea publicó ayer su Plan de Acción para impulsar la Unión de Mercado de Capitales (CMU) durante los próximos años. Su principal prioridad es que la UE se recupere de la crisis económica causada por el coronavirus y que el desarrollo del CMU sea un motor para ello, garantizando el acceso a la financiación del mercado. Además, presentó una propuesta para regular por primera vez en la Unión Europea (UE) todas las criptodivisas
Respecto al Plan de Acción, la Comisión Europea plantea tres objetivos clave: garantizar que la recuperación económica de la UE sea ecológica, digital, inclusiva y resistente haciendo que la financiación sea más accesible para las empresas europeas, en particular las pymes; hacer de la UE un lugar aún más seguro para que las personas ahorren e inviertan a largo plazo; e integrar los mercados de capital nacionales en un auténtico mercado único de capitales a escala de la UE.
Para ello, la Comisión ha presentado dieciséis medidas específicas para lograr un progreso real en la realización de la CMU. Entre las medidas se encuentra crear un punto de acceso único a los datos de las empresas para los inversores; apoyar a las aseguradoras y a los bancos para que inviertan más en las empresas de la UE; y reforzar la protección de las inversiones para apoyar más inversiones transfronterizas en la UE. Además, desde la CE también se ha decidido facilitar la supervisión de la adecuación de las pensiones en toda Europa; hacer que las normas de insolvencia estén más armonizadas o sean más convergentes; e impulsar el progreso en la convergencia de la supervisión y la aplicación coherente del reglamento único para los mercados financieros en la UE.
«La crisis del coronavirus ha inyectado una verdadera urgencia en nuestro trabajo para crear el CMU. La fuerza de nuestra recuperación económica dependerá de manera crucial de lo bien que funcionen nuestros mercados de capitales y de si las personas y las empresas pueden acceder a las oportunidades de inversión y a la financiación de mercado que necesitan. Necesitamos generar inversiones masivas para que la economía de la Unión Europea sea más sostenible, digital, inclusiva y resistente. El Plan de Acción tiene por objeto hacer frente a algunos de los obstáculos que siguen existiendo para un mercado único de capitales», ha explicado Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico de la CE.
Reacción de la industria
Tras conocer este nuevo plan, ya que ya impulsó la CE este verano, las reacciones de los actores del mercado no se han hecho esperar. Las Bolsas Europeas, representadas en la Federación Europea de Bolsas (FESE), han alentado a los responsables políticos a ser “aún más ambiciosos”, para completar finalmente la CMU en 2024. “La UE debe ser ambiciosa y hay muchas medidas positivas en el Plan de Acción de la CMU, que incluye la simplificación de las normas para salir Bolsa, el establecimiento de un Fondo de OPVs para pequeñas y medianas empresas, la aplicación en toda la UE de un sistema común y homogéneo en materia de retención fiscal y un punto de acceso único para la UE, entre otros proyectos. Sin embargo, la CMU no se puede construir en un solo paso. Si no abordamos ya los principales problemas dentro de MiFID II, el proyecto de la CMU no logrará su ambición de hacer que la economía de la UE sea más innovadora y competitiva y esté preparada para hacer frente a la competencia global”, ha señalado FESE en una nota informativa.
En este sentido, recuerda que MiFID está en el centro de la regulación de los mercados de capitales y que para garantizar el éxito de la CMU, se requiere urgentemente una revisión de los objetivos previamente no alcanzados dentro de MiFID. “En ausencia de una revisión de MiFID II en paralelo a este proyecto, cualquier avance en la CMU se verá obstaculizado por las limitaciones del marco regulatorio actual, en particular en relación con la falta de transparencia”, advierte en su comunicado.
También destacan que el Plan de Acción de la CMU indica que no puede existir un verdadero mercado único sin una visión más integrada de la contratación bursátil en la UE y sugiere el establecimiento a nivel europeo de un mecanismo de consolidación de datos a nivel europeo conocido en su acepción original como European Consolidated Tape (ECT).
Y por ello recuerdan que el CMU High Level Forum (el Foro de alto Nivel de la CMU, representado por el propio sector, los reguladores y los responsables políticos) no consideró al ECT como un factor fundamental de cambio para una CMU renovada. “Los participantes intentaron acordar un modelo preciso para la Consolidated Tape que ofreciera mejoras concretas sin costes excesivos ni perturbaciones en el mercado. Si previamente no se establece el diseño de una estructura de mercado adecuada, así como el conjunto de normas de reporting que cubran el 100% de todas las transacciones, el ECT no ofrecerá un resultado significativo. Los inversores deben poder comprender cómo y dónde tiene lugar la ejecución de sus transacciones. El requisito de transparencia de mercado es lo primero y lo más importante, por lo que a través de la consolidación de la información disponible se podría lograr una ECT en la UE”, reclama en su comunicado.
Desde la asociación europea de fondos y gestores (EFAMA, por sus siglas en inglés) también se han pronunciado a favor de este plan recuerdan que las medidas para medidas para mejorar la divulgación de información a los inversores minoristas solo serán eficaces si “los estados miembros adoptan concomitantemente medidas apropiadas en el ámbito de la tributación, las políticas de pensiones y la educación financiera”.
En este sentido, desde EFAMA recomiendan a la Comisión Europea que elabore un “cuadro de mandos” que comprenda los indicadores clave de rendimiento para medir los progresos realizados a nivel nacional a fin de fomentar las inversiones minoristas en los mercados de capital y apoyar el futuro bienestar financiero de los ciudadanos europeos.
Por último, la Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas (AIMA, por su siglas en inglés) y el Consejo de Crédito Alternativo (ACC) han destacado, también en un comunicado conjunto, que debe haber un fuerte liderazgo por parte de los responsables políticos para cumplir con el plan establecido y para lograr una estabilidad normativa. En línea con esto último, señalan que antes de cualquier otra reforma que afecte a las actividades de supervisión, deberían centrar sus esfuerzos en centralizar los requisitos de presentación de informes y la recopilación de datos a nivel de la UE.
“Instamos a los encargados de la formulación de políticas a que se centren en el Plan de Acción y eviten una revisión sustancial de los marcos de los UCITS y los AIFMD. Es esencial que el Plan de Acción permita que tanto los inversores de la UE como los de fuera de la UE desempeñen su papel en la CMU. Es necesario atraer fuentes de capital externo a la UE para apoyar la recuperación económica y mantener la futura competitividad de Europa. La apertura a los inversores mundiales debería ser el núcleo del Plan de Acción de la CMU”, señalan AIMA y ACC en su comunicado.
A la hora de analizar el impacto de este plan advierten: “La fragmentación de los procesos de reclamación de retenciones fiscales y las leyes de insolvencia son impedimentos clave para un mercado de capitales único y verdaderamente integrado en la UE. Encomiamos la ambición mostrada por la Comisión Europea y las iniciativas propuestas para hacer frente a estos desafíos. El sector de la gestión de activos está dispuesto a apoyar a los encargados de la formulación de políticas a medida que aborden estos dos obstáculos”.
El reto de las criptodivisas
Además del nuevo plan lanzado para crear la CMU, dentro del ámbito de las finanzas, Bruselas también ha dado un nuevo paso en la regulación de las criptodivisas. En este sentido, la Comisión Europea presentó ayer una propuesta para regular por primera vez en la Unión Europea (UE) todas las criptodivisas, que pasarán a estar vigiladas por autoridades nacionales y comunitarias, tendrán que ser autorizadas previamente y deberán introducir salvaguardas en función de su nivel de riesgo.
Según explican, la legislación planteada por la Comisión cubre todas las criptodivisas en función de su nivel de riesgo, incluidas aquellas que ya estaban reguladas por otras normas comunitarias, así como a los proveedores de servicios ligados a éstas. «Permitirá a las empresas aprovechar las posibilidades de estos activos, pero mitiga los riesgos para los inversores y preserva la estabilidad financiera. Las monedas estables globales como Libra, de Facebook, estarán sujetas a normas más estrictas», explicó Dombrovskis, en una rueda de prensa.
Algunos de estos aspectos ya se plantearon la semana pasada, pero ahora la Comisión Europea ha querido concretar en lo que afecta a las criptomonedas. Por ejemplo, propone que los proveedores de servicios de criptodivisas, en particular las plataformas de intercambio o de custodia de las mismas, tendrán que tener presencia física en la UE y recibir autorización de las autoridades nacionales competentes para operar. Además se deberán cumplir requisitos de capital, en materia de gobernanza y separar sus propios activos de los de sus clientes.
Ahora bien, si reciben autorización en un país obtendrán el llamado «pasaporte» europeo que les permitirá operar en toda la UE. Los emisores de criptodivisas, por su parte, tendrán que elaborar un documento con toda la información relevante para los inversores y se prohíbe la llamada «información engañosa». Los requisitos serán más estrictos para los emisores de monedas estables, aquellas ligadas a una divisa real como el dólar o el euro o a un bien material como el oro. Su objetivo es limitar la volatilidad que caracteriza a otras monedas virtuales como el Bitcoin, que no está respaldado por un activo tradicional.
Respecto a “quién vigilará” estos activos, la Comisión Europea propone que los emisores de criptodivisas estén bajo la vigilancia de los supervisores financieros nacionales, mientras que en el caso de los que trabajen con monedas estables, se encargará de la supervisión la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés). Y apuntan que cuando se trate de monedas estables de alcance global, la supervisión será tanto nacional como por parte de la EBA.