El Grupo de los Siete (G7) acordó un histórico impuesto mínimo global de al menos el 15% para las grandes corporaciones. Aunque los detalles y el camino hacia su aplicación siguen sin estar claros, los protagonistas de la industria estiman que el impacto no debería ser grande.
Este acuerdo tendría solo un pequeño impacto agregado en los beneficios del S&P 500, estiman los analistas de Goldman Sachs.
«El impacto directo de un impuesto mínimo global del 15% sobre los beneficios de las empresas estadounidenses dependerá de qué otras reformas fiscales, si las hay, se conviertan en legislación a lo largo de este año» comentó en una nota distribuida entre sus clientes, Ben Snider, estratega del banco, consignado por Bloomberg.
Antes de la reunión del G7, Goldman estimaba que, en un contexto de un plan fiscal más amplio, un impuesto mínimo del 15% representaría un viento en contra de menos del 1% para los beneficios del S&P 500.
Sin embargo, ahora, ante la ausencia de otras reformas fiscales, «un tipo impositivo mínimo tendría un impacto mayor, especialmente si se aplicara país por país como sugiere el acuerdo del G7», advirtió Snider que ajustó la prevención de Goldman hacia una desventaja de sólo entre el 1% y 2% en relación con las estimaciones actuales de consenso sobre el beneficio por acción (BPA) del S&P 500 para 2022.
El diablo está en los detalles
Por otro lado, Christian Gattiker, Head of research de Julius Baer destacó que hace falta conocer muchos detalles sobre el nuevo impuesto global.
“En primer lugar, el diablo está en los detalles y los detalles son escasos hasta ahora. La única conclusión concreta del último comunicado es que probablemente haya terminado la «carrera a la baja» en los impuestos corporativos”, dice Gattiker en una nota publicada en la web del banco.
Según el experto, incluso las jurisdicciones más atractivas no están tan lejos del fondo duro como se sugirió durante el fin de semana. Además, la rentabilidad empresarial durante los últimos 70 años se ha visto impulsada mucho más por el ciclo económico que por los regímenes fiscales, asegura.
Impuesto global vs impuesto a los servicios digitales
Cuantificar el efecto potencial de un impuesto mínimo global sobre el flujo de caja corporativo no es sencillo. Sin embargo, la tasa impositiva efectiva agregada para las empresas de tecnología estuvo por debajo del impuesto mínimo global propuesto de al menos 15% a 12% en 2019, según el análisis de aproximadamente 875 empresas estadounidenses calificadas por Fitch en múltiples sectores.
«Un impuesto mínimo global permitiría a los países aumentar los ingresos de las grandes multinacionales sin el uso de impuestos a los servicios digitales. También podría ser bienvenido por las empresas de tecnología, dada la perspectiva de reemplazar un mosaico de reglas tributarias dispares entre países por un conjunto universal de reglas que brinden una mayor claridad para la planificación empresarial», señalan los analistas de la calificadora en un informe.
La legislación fiscal digital ya ha sido promulgada por 26 países, incluidos Francia y el Reino Unido, y muchos otros han redactado o anunciado intenciones de implementar un impuesto digital, según el resumen de desarrollos de mayo de 2021 de KPMG sobre los impuestos de la economía digitalizada. Estados Unidos anunció, pero suspendió temporalmente los aranceles sobre bienes de seis socios comerciales que sometieron a las empresas de tecnología estadounidenses a impuestos sobre servicios digitales el 2 de junio, antes del anuncio del G7.
Si un impuesto mínimo global se convierte en legislación y los países individuales optan por retener un impuesto a los servicios digitales, es posible que se otorgue un crédito contra cualquier impuesto mínimo global futuro que pueda instituirse. Las tasas impositivas de los servicios digitales varían de un país a otro, pero generalmente se basan en los ingresos, lo que puede producir una diferencia significativa entre cualquier propuesta de impuesto mínimo global sobre las ganancias de las grandes empresas multinacionales en una jurisdicción específica.
Siete países en el punto de mira
Por último, los economistas de Bank of America aseguran que alrededor del 60% de los beneficios extranjeros declarados por las multinacionales estadounidenses se contabilizaron en siete países con «economías relativamente pequeñas» en 2019.
Bermudas, las Islas Caimán, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos, Singapur y Suiza son esos destinos, según el análisis del periodista José Luis de Haro de El Economista.
Si bien esa proporción de ingresos dejó de aumentar después de que Estados Unidos aprobara la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017, que incluía un puñado de medidas para limitar la capacidad de las empresas de trasladar los beneficios a jurisdicciones con impuestos más bajos, «la proporción no disminuyó significativamente y, por lo tanto, el traslado de beneficios sigue siendo una gran preocupación», estiman los expertos de BofA, agrega el texto del medio especializado.
«Es probable que demócratas y republicanos discrepen sobre la eficacia de los cambios propuestos. Pero por debajo de este desacuerdo hay un terreno común en la lucha contra el traslado de beneficios», añaden ls expertos .
La cifra del 15% es inferior al 21% de impuesto mínimo global que originalmente apoyaba la administración de Biden y que, según Reuters, se ha ofrecido en lugar de elevar el impuesto de sociedades estadounidense al 28% desde el 21% en un intento para resolver tensiones internas entre los demócratas e intentar ganar apoyos entre la oposición republicana.