Después de que el presidente Trump firmara el viernes una orden ejecutiva sobre inmigración restringiendo la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Iraq, Irán, Libia, Somalia, Sudan, Siria, y Yemen), Silicon Valley y Hollywood han reaccionado rápida y sonoramente a lo largo del fin de semana, con declaraciones corporativas, anuncios de políticas empresariales en favor de los afectados, o cediendo a Trump y su orden el protagonismos en los discursos en la gala de entrega de premios del sindicato de actores.
Así, varios líderes empresariales han dejado claro su rechazo a la medida, como Sergey Brin, de Google, quien se sumó a las protestas en el aeropuerto de San Francisco; o los CEOs de Tesla, Apple y Facebook, que expresaron sus preocupaciones sobre la nueva política de inmigración. Jeff Immelt, presidente y CEO de General Electric, escribió en un correo electrónico interno que GE tiene «muchos empleados de los países designados» que son «críticos para nuestro éxito y son nuestros amigos y socios». Y añadió que GE «seguirá haciendo que nuestra voz se oiga en la nueva administración». Por último, el presidente de Ford Motor, Bill Ford, y su director general, Mark Fields, emitieron una declaración conjunta el lunes diciendo que no apoyaban la directiva.
Mientras tanto, las firmas de Wall Street guardan un discreto silencio, solo roto por algunas corporaciones para que sus diversas plantillas se sientan respaldadas. Así, el Comité Operativo de JPMorgan Chase envió ayer domingo por la tarde una comunicación interna a su personal, que varios medios reproducen, en que pone de manifiesto su «compromiso inquebrantable” con sus empleados. “Esto incluye a algunos de nuestros excepcionales empleados- todos los cuales se han adherido a los procesos de inmigración y empleo de nuestro país – que han venido a Estados Unidos para dar servicio a nuestra compañía, clientes y comunidades.
Durante el fin de semana la firma contactado con todos los empleados con visados patrocinados potencialmente impactados por las recientes órdenes, dice en su comunicado, mientras invita a aquellos que puedan estar preocupados y no hayan sido contactados a dirigirse a su especialista en inmigración local o su equipo de recursos humanos.
«Con más de 140.000 empleados en Estados Unidos, agradecemos el arduo trabajo y los sacrificios para mantener a nuestro país a salvo. Al mismo tiempo, entendemos que nuestro país, su economía y bienestar se fortalecen de la rica diversidad del mundo a nuestro alrededor, donde nos dedicamos a dar servicio a clientes y comunidades en más de 100 países todos los días.
Por su parte, BlackRock indicó en un comunicado a Forbes: «Estamos revisando las implicaciones potenciales para nuestros empleados y tomaremos las precauciones necesarias para garantizar su seguridad y continuar cumpliendo nuestros compromisos con los clientes».
En el caso del director general de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein envió el domingo un mensaje de voz a sus empleados diciendo que el movimiento de Trump amenaza con «la interrupción de la empresa» y «no es una política que apoyemos», y en palabras del CEO de Mastercard, Ajay Banga, que mencionó -según Bloomberg- su estatus de inmigrante, la orden causa «fractura en nuestra sociedad».