El pisco chileno y peruano tienen más diferencias que similitudes, ya que son productos que provienen de diferentes tipos de uvas y elaborados con distintos procesos de elaboración y conservación. Sin embargo, entre las pocas cosas que comparten está su denominación “PISCO “, por cuyo reconocimiento en los distintos mercados internacionales llevan años peleando sin tregua ambos países.
Se entiende por denominación de origen “al nombre de un país, de una región o de un lugar determinado, que sea utilizado para designar a un producto originario de ellos, cuyas cualidades y características se deben exclusiva y esencialmente al medio geográfico, incluidos los factores naturales (geografía, clima, materia prima, etc.) y los factores humanos (mano de obra, arte, ingenio, tradición, etc.)”. Así pues, tanto Chile como Perú reclaman que tienen regiones denominadas Pisco en sus respectivos países que les otorgan el derecho a usarlo.
En el caso chileno alegan que su aguardiente se produce en una localidad llamada Pisco Elqui, con una larga tradición pisquera que data del siglo XVIII, al norte del país en las regiones de Atacama y Coquimbo, que fue reconocida por como D.O. en 1931.
Por el contrario, Perú se remonta a los orígenes de la bebida en el siglo XVI durante el Virreinato de Perú, que antes incluía los actuales Perú y Chile, y alega que en el valle, puerto y ciudad denominada Pisco de su costa nació el pisco al darse las condiciones apropiadas. Sin embargo, no declaró como denominación de origen peruana administrativa hasta 1990.
Según cifras de la Asociación de Productores de Pisco A.G., Chile es el mayor productor de pisco en el mundo, con más de 36 millones de litros al año, los cuales representan el 78% de la producción mundial frente a 10,5 millones de litros peruanos. Adicionalmente, el mercado chileno es el mayor consumidor de pisco en el mundo, con un consumo anual per capital de 2 litros frente a 0,5 litros per capita consumidos en Perú.
Pero lo que están en juego es el uso de la D.O en el mercado exterior, del que Perú tiene una mayor dependencia puesto que las exportaciones representan un 15% de las ventas totales de pisco peruano frente al 1% de las ventas chilenas. En volumen las exportaciones de pisco peruano, según cifras de la oficina comercial de Perú en Chile y de Pisco Chile, ascienden a 8,6 millones de dólares frente a 2,7 millones de pisco chileno. Chile es además es el principal destino de las exportaciones de pisco peruano que representa un 41% del total a cierre de 2018.
Así a nivel internacional ambos países han iniciado procesos para que se les reconozca la D.O pisco a Chile, Perú o ambos. Gracias a una exitosa compaña de marketing internacional parece que Perú ha ganado la mayoría de las batallas siendo reconocido en más de 71 países de los cuales 30 es con carácter exclusivo, frente a los 47 de Chile con sólo 6 en exclusiva. La última derrota chilena ha sido en India que ha otorgado el uso de la D.O. pisco a Perú tras 9 años de litigo. Tras la misma la DIRECON chilena (dirección general de relaciones económicas internacional ) ha manifestado que solicitarán el registro de la D.O. chilena para que coexistan ambas en el mencionado país. Tailandia es ahora el frente abierto cuyo litigio por el uso de la D.O. está previsiblemente en su fase final.
Frente a estos resultados, el ministro de agricultura chileno Antonio Walker ha abogado recientemente por un acercamiento entre ambos países, para aunar fuerzas y lograr una coexistencia de ambas D.O. en el mayor número de mercados posibles, pero esta opción ha sido rechazada por su homólogo peruano Gustavo Mostajo. La tregua propuesta por Chile parece que no será posible