Esta semana las miradas de los inversores están enfocadas en dos asuntos: el referéndum sobre el Brexit y las elecciones en España. Pero los responsables de la gestora española EDM, que miran la macro pero no la utilizan para gestionar, tratan de evadirse de ese ruido y no toman medidas especiales en sus carteras, también porque Antoni Estabanell, consejero delegado de la gestora, explica que siempre tratan de estar alejados de negocios en los que pudiera haber interferencias políticas (eléctricas, autopistas…) y buscan aquellos con buenos crecimientos (muchas veces gracias a una presencia global) a un precio razonable.
Y lo mismo sucede en el caso de la votación sobre el Brexit: no han infraponderado los nombres británicos en cartera. “Independientemente de cuál sea el resultado” –si bien le gustaría que Reino Unido se quedara en la UE-, Estabanell confía en una positiva evolución de los negocios que tienen en cartera, también los británicos. De estos últimos, la mayoría son exportadores, de forma que de alguna forma tienen una protección extra, añade Adolfo Monclús, director de Negocio Institucional de EDM. Por eso se sienten preparados para lo que pueda pasar, aunque son conscientes de que son muchos los inversores en compás de espera: “Con una mirada top-down hemos constatado que, desde el punto de vista de la distribución internacional, los inversores se han abstenido de invertir en España por la incertidumbre política”, algo que puede ser positivo desde un punto de vista de la gestión porque “ha dejado al descubierto importantes descuentos”, comentan.
En el marco de una entrevista con Funds Society en su sede en Barcelona, donde la entidad aglutina la fuerza de su equipo gestor, los expertos defienden la oportunidad existente actualmente en activos como la renta variable española, europea y latinoamericana, en los que invierten sus tres fondos insignia. “Una vez se despeje el clima político, creemos que hay potencial para que los inversores compren en mercados con múltiplos bajos, como el español. La renta variable europea también está en un momento del ciclo interesante, en un momento dulce, y podría disfrutar de flujos favorables”, dice Monclús, mientras en Latinoamérica se conjugan factores a favor como valoraciones atractivas, una divisa muy baja y el hecho de que poco a poco la situación política se va despejando en mercados como Brasil o Argentina. Tres estrategias que -junto con el fondo EDM Ahorro, un producto de renta fija que pronto tendrá su clon luxemburgués- la entidad también está tratando de impulsar desde Luxemburgo, con el objetivo de llegar sobre todo a clientes institucionales europeos y latinoamericanos –grandes bancas privadas, compañías de seguros, fondos de pensiones, family offices y fondos soberanos-. Y que podrían también ser interesantes para el inversor español dependiendo del resultado de las elecciones del domingo.
“Los inversores europeos buscan sobre todo estrategias de bolsa española, mientras los latinoamericanos buscan una exposición más equilibrada”, explica Estabanell. Para el CEO, salir a vender fuera no es fácil pero hay oportunidades ya que los inversores institucionales buscan a gestoras especializadas con buen track record, un estilo de gestión definido y procesos muy contrastados, características algo más difíciles de encontrar en gestoras españolas ligadas a la banca, con más problemas para distinguirse en la gestión.
La esencia de EDM: GARP, pero sin encasillarse
Pocos desconocen que en la gestora son grandes stock pickers, selectores de valores en base a un análisis fundamental, tratando de identificar negocios fáciles de entender y de explicar, al estilo del análisis surgido en los años 20 en Estados Unidos. Pero quizá es menos conocido el rechazo de los responsables de EDM Gestión hacia la dicotomía tradicional que existe entre el estilo de inversión growth (basado en buscar valores capaces de hacer crecer sus beneficios con fuerza) y el value (estilo que trata de aprovechar situaciones de infravaloración). “Siempre decimos que es más importante la ejecución que el diseño de la estrategia”, explica Estabanell, explicando que en su caso combinan las dos cosas: “Buscamos compañías que crecen, pero no a cualquier precio; buscamos un balance entre el precio y el crecimiento”, explica, un estilo que podría ser calificado como GARP (crecimiento a precio razonable).
Todo parte del crecimiento, porque lo principal es buscar un alza de beneficios previsible y sostenible a largo plazo, independientemente del sector, país o tamaño de la empresa en cuestión. Y la verdad es que en algunos sectores tradicionalmente value y más cíclicos (como el energético, el de las materias primas o el del automóvil) es más difícil hallar esa previsibilidad y estabilidad que sí encuentran en sectores como el farmacéutico, healthcare, alimentación y distribución o consumo. “Pero si se produce una dislocación de precios en un momento determinado no nos cerramos a otros sectores: si en algún momento vemos que hay más valor en otros segmentos, somos flexibles para invertir”, asegura el CEO, pues pueden invertir en firmas que crecen menos pero ofrecen un descuento interesante. Ahora, por ejemplo, tienen más peso en compañías del sector industrial en España, debido al momento del ciclo en el que nos encontramos. “Tenemos firmas capaces de crecer de forma sostenible, como Grifols, pero nuestra flexibilidad nos permite invertir también en otras como Acerinox, más cíclica, que cotiza muy barata y cuyo negocio cuenta con fuertes barreras de entrada”, pone como ejemplo.
“Nos gusta el crecimiento pero también debemos ver valor para invertir, el precio de compra es muy importante”, añade Monclús, explicando que pueden invertir en negocios baratos sin necesidad de que el crecimiento sea explosivo, y que también les gusta invertir en valores con buenos fundamentales pero que no han tenido un equipo directivo a la altura y que, con un cambio en el management, pueden verse impulsados (caso de Gamesa, gran contribuidor a la rentabilidad de su fondo de bolsa española en los últimos tres años). “El equipo de gestión es clave: preferimos invertir en una compañía que esté en un sector con perspectivas modestas pero con una excelente gestión que al revés. Un buen management y una buena ejecución hacen que mejoren los resultados”, insisten.
Crecimiento de doble dígito
En un mundo que crece menos que en el pasado, el reto de encontrar esas características es aún mayor, pero los expertos afirman que, también gracias a esa flexibilidad, son capaces de seguir encontrando compañías con tasas de crecimiento muy elevadas, de en torno al 12% en Europa y con crecimiento de beneficios de doble dígito también en Latinoamérica. “Es sensato esperar crecimientos de doble dígito en los próximos cinco años”, dice Monclús. Por eso cree que es posible obtener retornos acordes a ese crecimiento en el periodo: “El PER de las firmas en cartera está por debajo de la media histórica”, explica, de forma que, si no hay cambios importantes en los múltiplos y el crecimiento de los beneficios por acción sigue su senda, en los próximos años se podrían esperar números de doble dígito. “No sabemos lo que va a hacer el mercado a corto plazo: si por razones políticas o financieras cae, no lo podremos evitar, pero el conjunto de las compañías en las que invertimos verán crecer sus beneficios y, como consecuencia, su cotización se elevará”, añade Estabanell.
Como prueba de que es posible obtener valor en el actual entorno de mercado, en la gestora tienen sus carteras totalmente invertidas: “No existe la gran oportunidad de 2008, que solo ocurre una vez en la vida, pero hay valores con buenos crecimientos que cotizan a precios razonables”, dice Monclús. “Con las compañías que tenemos hoy en cartera, si no hay un cataclismo como el de 2008, aunque el crecimiento sea renqueante y encontremos volatilidad por el camino, somos positivos”, añade el CEO. En EDM están convencidos de que, en este momento, la renta variable es el activo más atractivo a largo plazo… máxime teniendo en cuenta que, cuando las políticas monetarias se den la vuelta, habrá pérdidas importantes en renta fija -aunque esa vuelta de tuerca tardará en llegar, pues el BCE seguirá apoyando y en EE.UU., si bien están más avanzados en el ciclo, la Fed subirá tipos de forma progresiva y nada agresiva, algo que ya han descontado los mercados y que por eso no afectará a regiones emergentes como LatAm-.
Y, en su opinión, lo más importante es que en este entorno más complicado pueden distinguirse con más facilidad del mercado y del resto de la competencia: “De 2000 a 2010 todo crecía y no podrías diferenciarte, pero ahora sí”, dice Estabanell.
El potencial de las boutiques
Una diferenciación necesaria en un entorno en el que cada vez hay más gestoras que llegan al mercado español. Para el CEO de EDM, la industria de gestión de activos en España tiene potencial de crecimiento, pero todo depende de la estrategia comercial de la gran banca, que monopoliza la distribución de fondos. Con todo, “para las boutiques y para los que operan fuera de ese circuito de distribución el espacio para crecer sigue siendo grande”, a través por ejemplo de plataformas y de una distribución directa a patrimonios elevados (bancas privadas e instituciones). En el caso de EDM, sus clientes son en un 25% institucionales y en un 75% de wealth management.
Para que la industria tuviera un mayor impulso, para Estabanell la clave sería la distribución: “Es un tema de distribución. Si con las nuevas tecnologías, al inversor le resulta más fácil acceder a cualquier fondo sin acudir a las redes bancarias, eso sería un motor de crecimiento”, dice. Por eso siguen con buenos ojos la evolución de los robo-advisors y de iniciativas como la plataforma de fondos de BME, que supondrían una revolución, eso sí, solo para un cierto perfil de inversores.
Con respecto a la llegada de MiFID II, indican que no les afectará, puesto que no reciben retrocesiones ni tampoco tienen arquitectura abierta.
EDM cuenta actualmente con unos 2.800 millones de euros en activos bajo gestión, trabaja con 2.119 clientes, gestiona 14 fondos de inversión y dos planes de pensiones y está presente en cuatro países (España, Luxemburgo, Irlanda y México). Un 25% de sus clientes son institucionales y un 75% privados y cuenta con un modelo híbrido de gestión: un 70% es gestión propia (en activos como la renta variable española, europea o latinoamericana, y la renta fija pública y privada y el mercado monetario) y un 30% delegada (para activos como la deuda high yield o la renta variable de EE.UU. y emergentes, o los hedge funds).