De acuerdo con la encuesta “Antisoborno y corrupción: enfrentando el desafío en la era de la globalización” realizada por KPMG, dos factores están creando nuevas dificultades para las compañías, en primer lugar, un número cada vez mayor de gobiernos en todo el mundo está endureciendo o generando nuevas regulaciones antisoborno y corrupción. Y en segundo lugar, a medida que las compañías están globalizando sus operaciones, dependen cada vez más de terceros para hacer negocios en el mundo, donde existe un alto riesgo de corrupción.
“A pesar de los grandes esfuerzos por construir un marco antisoborno y corrupción, es claro que aún existen brechas”, dice Shelley Hayes, socia líder del área Forensic de KPMG en México. “El problema es particularmente grave en el manejo de los terceros relacionados, quienes han incrementado su actuación como canales para conducir los sobornos, lo que dificulta la tarea de rastreo. Los directivos admiten que este es el reto más grande, pero que ellos no están haciendo lo suficiente por desarrollar una cultura de cumplimento entre sus empleados, proveedores y otros socios de negocio”.
En el mismo sentido que la encuesta global, para las compañías mexicanas uno de los principales retos es la administración de terceros, la información sobre aquellos que proveen bienes y prestan servicios a la organización. A nivel global, 34% de las compañías admitieron no tener un proceso formal para identificar a los terceros de alto riesgo. En el caso de México, 55% de los encuestados admitieron no identificar a los terceros de alto riesgo y 23% no sabe cuáles son esos terceros. Sólo 48% de las compañías encuestadas en México cuenta con un programa formal de antisoborno y corrupción por escrito.
“A pesar de mejores controles y rigurosas políticas de antisoborno y corrupción, las compañías siguen fallando en cumplir regulaciones más estrictas y, en consecuencia, son fuertemente multadas”, agrega Shelley Hayes.
“Mucho se ha dicho sobre el ‘énfasis en la alta dirección’ y aun así, continuamente vemos áreas de oportunidad en los mandos medios y en los niveles que le reportan a la alta gerencia, lo que nos lleva a concluir que no hay suficiente “énfasis en los mandos medios’. Las compañías pueden tener un programa antisoborno y corrupción perfecto y aun así quedarse cortas si no mejoran la manera en la que hacen negocios”, concluye Hayes.
Puede leer los resultados de la encuesta en el siguiente link.