A pesar de afrontar un año de una alta agitación política -que por su puesto incluyó el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, el Brexit, y las elecciones en Estados Unidos- los activos de los mercados emergentes demostraron ser sorprendentemente resilientes a varios eventos globales, incluso con los rendimientos de los principales bonos del gobierno al alza en el segundo trimestre de 2016.
Según Claudia Calich, gestora del fondo M&G Emerging Markets Bond, fueron las valoraciones a comienzo de año, tanto en los diferenciales de la deuda como con respecto a las divisas, que reflejaban en el precio algo de noticias negativas, las que concedieron un colchón inicial a la clase de activo y permitieron navegar el año relativamente bien.
El retorno de los flujos de entrada en la clase de activo tras la votación del Brexit y la recuperación de los precios de las materias primas, en particular del petróleo, también ayudaron a que los diferenciales aumentaran. A continuación, Claudia realiza un repaso del comportamiento de los mercados emergentes en el año que acaba de finalizar y nombra algunos de los acontecimientos y elementos clave a tener en cuenta por los inversores en este nuevo año:
La asignación de activos no fue un gran catalizador de la rentabilidad
En 2016, la rentabilidad total fue casi idéntica en la deuda denominada en divisa fuerte, la deuda denominada en divisa local y la deuda corporativa. En las perspectivas del año pasado, Claudia Calich predijo que la asignación de activos no sería un catalizador de gran calado para esta clase de activos y, en su opinión, esta tendencia se mantendrá en 2017. En su lugar, espera que la gestión de la beta y al riesgo global sea más importante que la asignación de activos, dado que las valoraciones de partida son menos generosas en este año, en especial en la deuda soberana denominada en divisa fuerte y en los diferenciales de la deuda corporativa.
Las valoraciones de las divisas brindan una cierta protección frente a la apreciación del dólar
La mayoría de divisas presenta unas valoraciones que oscilan de razonables a ligeramente infravaloradas, lo que brinda protección frente a un contexto de apreciación del dólar impulsado por la subida de tipos en Estados Unidos. El aumento del precio del petróleo reduce parte de la presión sobre las divisas de los países del Consejo de Cooperación del Golfo vinculadas al dólar, y esto permitirá que la región siga financiándose con tipos más favorables en los mercados internacionales, dado que la reducción de los diferenciales se ve compensada, en parte, con el aumento de los rendimientos en EE. UU.
El gran problema que está pasando inadvertido es el yuan chino, que sigue siendo vulnerable a las salidas de capitales y a los acontecimientos negativos que podrían producirse si el próximo Gobierno de EE. UU. implantara políticas comerciales poco favorables y/o declarara que el Gigante Asiático manipula el mercado de divisas. Si bien la hipótesis de base de Claudia Calich no tiene en cuenta la fluctuación de la divisa en 2017, ésta sigue siendo un riesgo extremo ante el que se tendrá que estar alerta.
Reducción de los diferenciales, especialmente en la deuda corporativa del sector de las materias primas y en Brasil
2016 resultó ser un reflejo exacto de 2015. En países como Brasil y Argentina, la recuperación de los precios de las materias primas y la aparente mejora del contexto político dio lugar a un marcado repunte en estos títulos de deuda.
En general, en vista de que en 2017 existen menos títulos de deuda pública con riesgo de impago, las diferencias de rentabilidad y la selección ascendente en el marco de los mercados emergentes deberían ser menos extremas este año. Brasil no será el país que registre el mejor comportamiento en 2017, dado que las valoraciones existentes han descontado una ejecución política perfecta. Y, lo que es más importante, los países que mejor tono presentaron en 2016 no generarán una rentabilidad de doble dígito. En lugar de eso, Calich considera que arrojarán una rentabilidad más moderada de un solo dígito, en sintonía con el carry.
En 2017, los mercados desarrollados seguirán presentando riesgos idiosincrásicos
Los acontecimientos en el plano político y económico de Estados Unidos, así como las importantes citas electorales en Europa conforman los retos previsibles más importantes que se deberán afrontar en 2017. Calich considera que la asignación de activos entre la deuda denominada en divisa fuerte y la denominada en divisa local representará un catalizador menor en 2017.
La selección ascendente en los títulos de deuda denominada en divisa fuerte y divisa local seguirá revistiendo una cierta importancia, pero con una diferencia de rentabilidad mucho menor que la registrada en 2016. En lugar de eso, la gestión pasiva y el riesgo general serán más importantes en vista de las valoraciones iniciales.