En un momento en que la canasta de preocupaciones globales incluye los temores de recesión, la subida en la inflación y la guerra entre Rusia y Ucrania, los mercados emergentes siguen viendo salir flujos de capitales internacionales. Sin embargo, América Latina se ha desmarcado de la tendencia, captando recursos consistentemente durante 2022, según cifras del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés).
Las estimaciones de la entidad señalan que los activos emergentes a nivel global vieron una desinversión neta de 4.000 millones de dólares por parte de los portafolios no residentes durante junio, marcado el cuarto mes consecutivo de fuga de capitales.
“El creciente riesgo de una recesión global está presionando los flujos a emergentes, a medida que la ansiedad sigue aumentando por eventos geopolíticos, condiciones monetarias más restrictivas y la inflación efectiva”, escribió el economista Jonathan Fortun, del IIF, en un informe reciente.
En ese sentido, el profesional agrega que “la continua volatilidad de los mercados accionarios ha deteriorado considerablemente el panorama” para la categoría de activos.
Eso sí, una región logró captar flujos durante el sexto mes del año: América Latina, que vio la entrada neta de 5.700 millones de dólares, entre activos de renta variable y renta fija.
En un contexto en que muchos inversionistas miran con más interés a la región –pese al aumento en la incertidumbre política–, considerando la dinámica positiva que se ha observado en algunos commodities, junio es el sexto mes consecutivo donde entran flujos netos.
En mayo, muestran cifras del IIF, los portafolios globales compraron 2.700 millones de dólares netos en activos latinoamericanos. Por su parte, las mayores inversiones se realizaron en enero y marzo, con 13.200 millones y 12.100 millones de dólares, respectivamente.
En el desagregado, el país de la región que ha captado más flujos en lo que va del año (hasta mayo) ha sido Brasil. A la espera de las elecciones, donde la candidatura del expresidente Luis Inácio “Lula” Da Silva ha estado causando menos ansiedad que antes, los activos paulistas han recibido la entrada de 14.400 millones de dólares netos.
Le siguen Colombia y México, captando 9.000 millones y 5.400 millones de dólares, respectivamente, y Argentina, que ha visto la entrada de 4.400 millones de dólares en los primeros cinco meses del año. Chile –que se encuentra en pleno proceso constituyente– registra la entrada de flujos más modesta de lo que va del año, pero de todos modos positiva, con 3.900 millones de dólares netos.
Hacia delante, el IIF espera que los principales factores que dicten el ritmo de los flujos de capital internacionales en el mundo emergente sean el momento del peak inflacionario y las proyecciones para la economía china.
“Pese a las lecturas recientes, seguimos constructivos, porque la mayoría de los mercados emergentes grandes empezó a subir las tasas mucho antes que las economías avanzadas, lo que deja a las tasas de interés de largo plazo reales muy por encima de sus contrapartes del G10”, señala Fortun.
Esto, agrega, entrega al mundo emergente cierta protección del shock de tipos de interés que vive el mundo actualmente, aunque esto no significa que no hay “bolsillos de debilidad” en el segmento, señala el economista del IIF. Y los riesgos para estas economías siguen creciendo, agrega.