El Banco Central Europeo (BCE) se reúne mañana para abordar su política monetaria. La mayoría de los analistas coinciden en que la institución monetaria europea seguirá apostando por mantener un sesgo altamente acomodaticio y por su postura de «esperar y ver». Aún así, en opinión de la gestoras, el BCE tiene sobre la mesa numerosos temas que tratar.
“Esperamos que en esta reunión se produzcan menos anuncios que en el reciente simposio de la Reserva Federal en Jackson Hole. No se prevé la revisión estratégica del BCE antes de 2021, y las últimas cifras relativas a la recuperación y la inflación no parecen justificar nuevas medidas de política monetaria en esta etapa. Por tanto, el BCE debería reiterar su mensaje: ante un alto grado de incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, la baja inflación y las perspectivas macroeconómicas, el apoyo constante de la política monetaria y el mantenimiento de un sesgo acomodaticio son fundamentales, y el Banco está preparado para hacer más”, prevé Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
En opinión de Konstantin Veit, portfolio manager de PIMCO, no se espera ningún cambio material en la política monetaria, después de haber aumentado y ampliado el Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP) en junio.Sin embargo, sostiene que el BCE “podría utilizar la reunión de esta semana para preparar el mercado para una mayor flexibilización en diciembre”.
“Mirando hacia el futuro, esperamos que aumente y amplíe el PEPP de nuevo en diciembre, desde los actuales 1,35 billones de euros de compras hasta el final de junio de 2021, ya que las perspectivas de inflación no convergen hacia la configuración de antes de la pandémica con el tiempo. Las políticas del BCE apoyan los activos de riesgo europeos, pero los diferenciales han avanzado mucho, el entorno sigue caracterizándose por una incertidumbre mayor que la habitual sobre las perspectivas macroeconómicas y persisten los interrogantes sobre la respuesta de los líderes nacionales y paneuropeos a la crisis con suficiente calidad y escala”, afirma Veit en su análisis sobre la reunión del mañana.
Una estimación de fechas que también apunta el último informe elaborado por los expertos de Nomura. “En la primera conferencia de prensa de la reunión de política monetaria de Lagarde, en diciembre del año pasado, la presidenta entrante anunció algunos detalles sobre la revisión del BCE. La intención era que el BCE completara esta revisión a finales de este año, pero el COVID-19 ha supuesto un palo en rueda y ahora el BCE espera que esté terminada solo en la segunda mitad del próximo año. Las primeras reuniones, revisiones y discusiones con el banco central deben comenzar este mes, según indicó Lagarde en la conferencia de prensa de julio”, recuerdan los analistas de Nomura.
La fortaleza del euro
Por su parte, Gilles Moëc, Chief Economist de AXA IM, considera que los próximos pasos que dé el BCE serán “políticamente delicados” y que para finales de año el BCE estará centrado en extender el tamaño y la duración del PEPP. Moëc comenta que «Christine Lagarde reconocerá como viento en contra la apreciación del euro, pero no tomará medidas inmediatas», y señala que la “opción nuclear” sería jugar con la idea de «volver a bajar los tipos aplicados a los depósitos», una alternativa que tacha de «tentadora» para luchar contra la apreciación de la divisa pero que, según señala Moëc, «no es una opción fácil dados los desafíos que enfrenta el sector bancario en los próximos meses».
En opinión de Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, esta apreciación del euro puede llegar a convertirse en un “dolor de cabeza” para la institución monetaria. Piazza considera que, aunque el BCE ha insistido a menudo en que el factor de la divisa no está incluido en su función de reacción, una nueva apreciación del euro podría socavar tanto el perfil de crecimiento como de inflación.
“El economista jefe del BCE, Lane, uno de los miembros del ala moderada del Consejo, ya ha subrayado que el nivel actual de la divisa sí importa. Descartamos que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reitere un mensaje tan contundente sobre la divisa, pero podría comunicar que la volatilidad del euro, salvo que sea reflejo de un panorama económico netamente mejorado, podría tener efectos negativos en el mecanismo de transmisión de la política del BCE”, advierte la analistas de MFS IM.
En este sentido Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (gestora afiliada a Natixis IM), señala que la apreciación de una divisa como el euro «no es aconsejable» ahora que la inflación de la Eurozona se sitúa cercana a cero. Sin duda, Botte considera que este será uno de los temas que abordará el BCE en su reunión.
Evolución de la inflación
Como bien apuntan las valoraciones de Piazza y Botte, la inflación también estará sobre la mesa del BCE mañana. Hay que tener en cuenta que, la inflación se ha desplomado: el dato preliminar del índice armonizado de precios al consumo de agosto descendió hasta el -0.2% interanual. En consecuencia, ha retrasado las probabilidades de que la inflación regrese a corto plazo a su objetivo, o tan siquiera a sus niveles anteriores al coronavirus.
“Esperamos que la postura general del BCE sobre la evolución de la inflación se mantenga prudente el jueves. No obstante, las proyecciones actualizadas que el BCE publique sobre la inflación en septiembre reflejarán el reciente descenso tanto de la tasa general como de la inflación subyacente, lo que deja entrever meses de crecimiento negativo de los precios antes de regresar a terreno positivo”, añade Piazza.
Por su parte, los analistas de Ebury creen que el punto central del debate en la reunión del BCE será probablemente la importante disminución de la inflación en la zona euro. “Los datos que se publicaron la semana pasada mostraron que el incremento de los precios al consumidor en el bloque cayeron en territorio negativo hasta agosto, por primera vez desde 2016: -0,2% frente al 0,2% esperado. Además, la fuerte apreciación del euro frente al dólar impacta tanto en la supresión de la inflación como en el empeoramiento de la competitividad de las exportaciones”, explican en su último análisis.
Sobre la mesa
Además de la apreciación del euro y la evolución de la inflación, el BCE tendrá otros temas sobre la mesa. Para Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments, el tercer tema que se tratará serán las implicaciones de todo esto para las proyecciones macroeconómicas de los miembros del BCE. En este sentido apunta que el conjunto anterior de proyecciones preveía un crecimiento del PIB del -8,7% en 2020, lo que Diggle considera demasiado optimista a la luz del estancamiento del rebote. “La previsión de inflación del 0,3% en 2020 parece más realista y apunta a un estímulo adicional de la política monetaria hacia finales de año, a medida que la dotación del QE comience a descender”, señala.
Por último, Diggle añade: «En cuarto lugar, deberá digerir la revisión de la política de la Reserva Federal de los EE.UU. y pensar en las implicaciones para la propia revisión estratégica aplazada del BCE. En última instancia, esperamos que la autoridad monetaria europea reformule modestamente su objetivo de inflación, dejando de lado la formulación por debajo pero cerca del 2% y apuntando solo a una inflación del 2%. Eso sería útil, al igual que los cambios que hizo la Fed, pero bastante marginal en el gran esquema de las cosas. Un objetivo de nivel de precios o un compromiso mucho más explícito para compensar la inflación pasada sería una opción más audaz”.