El mercado de financiación sostenible en España alcanzó en conjunto en 2023 los 60.788 millones de euros, un avance del 1%. En España se emitió en bonos verdes un total de 15.313 millones de euros; 1.502 millones en bonos sociales; 3.300 millones en sostenibles y 1.100 millones en bonos ligados a la sostenibilidad. La suma de estos bonos arroja una cifra de 21.215 millones, un 3% más baja que el pasado año.
La financiación sostenible representa el 18% de los bonos emitidos en el mercado español de renta fija, excluida la financiación del Tesoro Público, y alcanza un nuevo récord del 65% en el sector corporativo.
A nivel global, los bonos sociales registraron 159.000 millones de dólares y los sostenibles 142.000 millones de dólares. Los SLB (bonos ligados a sostenibilidad) registraron un total global de 70.300 millones de dólares. Se evitaron 3,3 millones de TmCO2 equivalente, según los reportes de impacto publicados en 2023 correspondientes al 93% de los bonos verdes emitidos el año anterior.
El ranking de prestatarios está liderado en 2023 por el Tesoro español, Telefónica e Iberdrola.
Los préstamos verdes y ligados a proyectos sostenibles e indicadores de sostenibilidad sumaron en España al menos 33.328 millones de euros, con un incremento del 11% según los datos públicos obtenidos. Destaca la macrooperación de préstamo sostenible de 5.300 millones de euros derivada de la refinanciación de un crédito a Iberdrola. La COP28, a pesar de los titubeos iniciales de algunos inversores, bancos, y gobiernos e instituciones globales, arroja los suficientes resultados positivos para contrarrestar las reservas mostradas.
En América Latina, el mercado de bonos sostenibles, vinculados a la sostenibilidad y de transición ha consolidado una cuota del 5% del mercado mundial de la financiación sostenible, según los últimos datos.
BME, la bolsa española, es la más sostenible entre los 20 grandes mercados bursátiles, según Schroders.
Las categorías que reciben más financiación de los bonos siguen siendo energías renovables con un 31%; seguido por movilidad sostenible, 27%; y eficiencia energética, 20%, si bien las instituciones financieras continúan impulsando la transición energética en sectores como el inmobiliario, el agrícola, el acero, la hostelería, la automoción, la aviación, o el textil y la moda.
Crece el empleo verde especializado que alcanzaría en España la cifra de 1,6 millones, según el Miteco y creará 24 millones de empleos a nivel mundial según la OIT. Se aprueba el estándar de bono verde europeo y entrará en vigor a finales del próximo año. Se convierte en el primer estándar oficial, regulado, y con mayores exigencias de materialidad. Su usabilidad marcará el devenir de los mercados sostenibles.
Los estándares europeos de información sobre sostenibilidad (ESRS) prometen ser grandes catalizadores de los cambios en la información sostenible. Las exigencias de divulgación de información y compliance que impone la creciente regulación en temas de sostenibilidad ha llegado a la agenda de los consejos de administración.
La UE ha realizado nuevos desarrollos normativos sobre la taxonomía verde en 2023. Sin embargo, el pasado año no hubo avances respecto a la taxonomía social.
Todas las comunidades autónomas y decenas de empresas desarrollan iniciativas sobre hidrógeno verde, que movilizarán en esta década inversiones públicas y privadas por más de 21.000 millones de euros.
Principales tendencias
Entre las tendencias para el mercado de financiación sostenible que el informe OFISO incluye destacan las siguientes:
Los procesos electorales de 2024 aumentan las incertidumbres sobre los compromisos y los proyectos en marcha. En especial, en Estados Unidos dada la radical diferencia en las políticas climáticas de los dos partidos en liza.
La canalización de recursos financieros hacia proyectos relacionados con la adaptación al cambio climático y la biodiversidad irán ganando peso tanto desde el punto de vista de los proyectos financiables como del énfasis en las políticas medioambientales.
El concepto de finanzas de transición puede ampliar el perímetro del mercado, dando salidas y nuevas alternativas a sectores y áreas económicas controvertidas y fosildependientes.
Se intensificará la expansión de la ESG hacia las cadenas de proveedores y clientes como una de las vías más rápidas y eficientes para acelerar la transición en el conjunto de la economía.
Las controversias y litigios medioambientales y sociales en relación con el negocio seguirán aumentando, así como las sentencias judiciales, imponiendo nuevos retos y desafíos a los participantes del mercado.
Los mercados voluntarios de carbono realizarán una importante revisión hacia marcos más rigurosos tratando de superar las reservas existentes por su falta de regulación y de actualización.
El compromiso ESG extiende su influencia como factor determinante a la hora de acceder a los recursos financieros, negociar con gobiernos, influir en el precio de una compañía, o para captar o retener talento. Algunos bancos comienzan a rechazar solicitudes de préstamo de empresas o actividades no alineadas con sus políticas de sostenibilidad, impactando en su financiación futura con penalizaciones financieras.
Tanto el BCE como la EIOPA muestran preocupación por los riesgos climáticos de zonas vulnerables, con dificultad para su cobertura ante las restricciones que algunas aseguradoras comienzan a imponer. La lucha contra el greenwashing se acelera. Se imponen análisis más rigurosos, información y datos más transparentes, y el uso de métricas más profesionales.
Se observa una creciente demanda de empleos especializados en este terreno que cubran toda la gama de productos y servicios ofrecidos.