Hay muchas variables, tanto locales como globales, que los inversionistas tienen que estar monitoreando. Sin embargo, en este momento las dos más importantes son la evolución de las tasas de interés en Estados Unidos y cómo progresa la relación de ese país con China. Ese es el mensaje principal de Natixis Investment Managers, que destacó los desafíos y oportunidades de América Latina en su último webinar.
Por el lado macroeconómico, Nicolás Malagardis, Market Strategist de la firma, recomienda estar atento a la Reserva Federal. “Estos países suelen estar muy expuestos al ciclo monetario de EE.UU.”, comentó, agregando que la entidad está a la espera de señales de debilidad en el mercado laboral para pausar el endurecimiento monetario.
Si bien el escenario más probable es que las economías desarrolladas experimenten un soft landing, comentan desde Natixis, un recorte de tasas en los próximos meses se ve difícil. “La probabilidad de que se produzca este escenario nos parece muy baja”, dijo Mabrouk Chetouane, Head of Global Market Strategy de la gestora. Para este año, agregó, “imposible”.
En cambio, el escenario base de la firma europea es que haya una pausa monetaria que podría durar hasta el cuarto trimestre de 2023. Que se dé esta dinámica, estimó Chetouane, tiene un 50% de probabilidades de suceder.
Eso sí, también hay una posibilidad relevante de que el banco central estadounidense estreche aún más la política monetaria. “Las subidas de tipos son un escenario que no puede descartarse. La Fed podría subir los tipos de interés de 25 puntos base en junio y en julio, en vez de iniciar su pausa”, dijo el ejecutivo, lo que calcula en un 30% de probabilidad.
En América Latina –particularmente en México y Colombia, donde Natixis concentró su análisis– ven a los entes emisores pausando las subidas. “Creemos que en la segunda mitad de este año, sobre todo en el último trimestre de 2023, los bancos centrales de América Latina empezarán a bajar tipos de interés”, acotó Malagardis.
Tensiones y desglobalización
Para Chetouane, prestar atención a las tensiones geopolíticas es crucial también, en particular entre las competitivas mayores economías globales: Estados Unidos y China.
“La probabilidad de ver tensión entre los dos países es alta y la probabilidad de ver una guerra económica en 2024, cuando el nuevo equipo político en EE.UU. esté en la Casa Blanca, es algo que tenemos que monitorear”, indicó el ejecutivo, agregando que “los riesgos políticos son una cosa que ocupa más tiempo para los inversores y no los podemos anticipar”.
En un contexto en que EE.UU. sigue siendo el principal socio comercial de América Latina, pero China ha estado ganando terreno rápidamente con los años, el profesional aseguró que la evolución de la competencia entre ambas potencias podría determinar la reacción en los países de la región.
Eso sí, las tensiones también abren ventanas de oportunidad, según destacó Malagardis. “EE.UU. va a tratar de hacer todo lo posible por frenar especialmente la aparición de China de una forma más fuerte en América Latina”, comentó, agregando que esto podría atraer un proceso de nearshoring al vecindario.
Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el proceso podría generar exportaciones adicionales por más de 51.000 millones en la región. El principal destino sería México –país vecino del gigante norteamericano–, con un aumento de 35.278 millones.
Otro gran ganador podría ser Brasil, según las cifras de la entidad, con excesos de 7.844 millones de dólares. Le siguen Argentina, con 3.900 millones de dólares; Colombia, con 2.573 millones de dólares; y Perú, con 1.418 millones de dólares.
“Otra de las condiciones más atractivas de este nearshoring es que, como fruto de la globalización de estos 20 años, los trabajadores de las zonas del Sudeste Asiático han visto un aumento bastante significativo de sus sueldos”, destacó Malagardis en su presentación. Esto le ha quitado el atractivo comparativo a Asia, desde el punto de vista de las empresas estadounidenses.