En el pasado, las acciones de compañías de gran capitalización en EE.UU. han ofrecido una mayor resistencia en los periodos de fuerte volatilidad frente a las small caps, pero algo parece estar cambiando a tenor de lo ocurrido el pasado mes de agosto, cuando ocurrió justamente lo contrario. Aunque Pamela J. Woo, CIO de renta variable global sectorial y de small caps estadounidenses en BNP Paribas AM, reconoce que en parte pasó porque los inversores buscaban salir rápidamente del mercado y, por razones de liquidez, es más fácil vender compañías de mayor tamaño, también explica que las small caps están mostrando una mayor resistencia en cuanto al crecimiento de sus beneficios y que además no se ven lastradas por dos factores que sí están pesando en otras firmas: la fortaleza del dólar y la exposición global.
Así, las empresas de menor tamaño, normalmente más centradas en el negocio doméstico –solo un 21% de los ingresos de las empresas del índice Russel vienen de fuera del país, frente a cerca de un 40% en índices como el S&P-, no se enfrentan a la pérdida de competitividad derivada de la mayor fortaleza de la divisa que sí lastra a las exportadoras, ni tampoco a los retos de una exposición global que supone verse expuesto a lo que ocurra en China y los emergentes. “Existe una mayor divergencia o gap entre las empresas más multinacionales, que están expuestas a estos mercados y las que tienen un negocio más doméstico”, dice Woo. Aunque considera que ese impacto de China es menor en EE.UU., donde existen firmas que importan del país y venden en el mundo desarrollado, que en el caso de Europa y Japón.
Las small caps cuentan con un atractivo añadido: sus valoraciones, mejores que las de otros segmentos: “Es la primera vez desde la burbuja tecnológica que vemos este atractivo”, dice la directora de Inversiones, en una entrevista con Funds Society. “Las small caps están bien posicionadas para hacerlo mejor que las grandes”.
Y sus perspectivas de beneficios también acompañan, pues, tras las preocupaciones y revisiones a la baja en el segundo trimestre en algunas áreas como las firmas industriales y aquellas más cíclicas, parece que ahora las expectativas vuelven a ser positivas. La gestora considera que, al margen de las firmas energéticas que afrontan una desaceleración, el resto de sectores está en buena forma y se va moviendo ligeramente hacia un mayor componente cíclico: “Hemos venido favoreciendo sectores más defensivos pero éstos se han ido encareciendo y, además, si aumenta el crecimiento económico las compañías más cíclicas, como industriales –que venimos infraponderando-, energéticas o de materiales o tecnología, estarán mejor posicionadas. Por eso, en la medida en que el sentimiento mejore, podemos ver oportunidades en esos espacios”, explica.
Donde más agresivos han sido es en el espacio de software y negocios de ciberseguridad, donde las compañías son muy innovadoras. “Frente a las recompras de acciones y los dividendos en las large caps, estas firmas con liquidez siguen centrándose en su crecimiento interno y en la innovación”, explica.
Las small caps son un sector que, además, pueden beneficiarse de más factores: el entorno de operaciones corporativas y M&A, y la subida de los tipos de interés en el país. “Creemos que la Fed subirá tipos a finales de año y beneficiará a algunos segmentos de las small caps, como los bancos”, dice. Además, esa subida se producirá como resultado de un escenario económico más fuerte, lo que también impulsará a las small caps.
Un escenario más fuerte
Woo ve un mejor escenario, con mejoras en salarios, el empleo y el sector inmobiliario, que impulsará el gasto en consumo y los negocios domésticos. Aunque asume que el crecimiento será más bajo y por más tiempo (“lower for longer”), espera retornos de un solo dígito, pero en la parte alta, para las small caps estadounidenses en el futuro. “El estilo growth ha batido al value durante mucho tiempo y los expertos se preguntan cuándo esto revertirá pero está claro que en la medida en que la situación mejore, firmas cíclicas, industriales o tecnológicas se verán beneficiadas”, dice, con la excepción de energéticas -donde es oportunista- y de materiales -donde prefiere apostar por empresas químicas, menos expuestas a la caída en los precios de las materias primas-.