Tal y como se esperaba, la Fed subió ayer tipos en 25 puntos básicos, hasta el 1,75%. El presidente Jerome Powell cumplió las expectativas de un Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) con un tono más “duro”, calmando sin embargo las preocupaciones sobre la posibilidad de que ese sesgo “hawkish” fuera demasiado.
Powell no decepciono en su primera cita con el mercado, y aunque se mostró más optimista que en diciembre respecto a la economía, alertó claramente de los riesgos de la política proteccionista a la que apunta Trump
El escenario de Andbank Advisory se mantiene con tres subidas en el 2018 (faltan dos) y un Treasury entre el 3% y el 3,25%, destacando en su comentario a clientes que el spread entre el bono a dos años y el bono a 10 años se ha contraído independientemente de las buenas previsiones de crecimiento y los estímulos fiscales.
“En las previsiones de la Reserva Federal vemos una curva que continua aplanándose, en nuestra opinión esto es lo que el organismo debería cuidar de cerca, no siendo muy agresivos en la subida de tipos y liderando el mensaje para evitar el riesgo de invertir la curva”, explica Eduardo Anton, portfolio manager de Andbank Advisory en Miami.
Gestión activa en renta fija
La firma mantiene, dentro de la renta fija, exposición a investment grade de duraciones cortas y mercados emergentes. “Nos mantenemos negativos en deuda pública de países desarrollados y en deuda high yield. Como siempre, la mejor estrategia en estas condiciones de mercado es la flexibilidad y la diversificación, managers como Pimco Income y BlackRock Fixed Income Global opportunities, son un core en nuestras carteras”, añade Anton.
Para el equipo que lidera Kenneth J. Taubes, CIO of US Investment Management de Amundi AM, la Fed sigue arriesgando a mantenerse por detrás de la curva en cuanto a la subida de tipos.
“Los gestores activos de renta fija puede mitigar potencialmente las pérdidas infraponderando los treasuries americanos, diversificando hacia productos de spread que ofrezcan mayores yields y gestionando activamente la exposición a duración y curva de rendimientos”, explica apuntando a dónde ve las oportunidades en renta fija americana: en los mercados corporativos, que a corto plazo ofrecen valor tras las recientes caídas.
“Los RMBS ofrecen una mayor protección potencial a la baja en relación al investment grade. Un enfoque en el mercado de MBS de agencias suministra un beneficio adicional potencial mejorando la liquidez. También los bonos ligados a la inflación (TIPS) a largo plazo y flotantes como una ayuda potencial para mitigar el riesgo de tipos de interés e inflación”.
Más selectivos
Este ligero endurecimiento del tono del banco central es negativo para los bonos y, en un entorno de subida de tipos, los inversores tendrán que ser más selectivos en sus inversiones en renta fija, afirma David P. Kelly, director de Estrategia Global de JP Morgan AM.
Para Jack McIntyre, gestor de renta fija global en Brandywine Global, filial de Legg Mason, cree que a medida que la Fed aumente su intervención en el tramo corto de la curva, el diferencial entre los bonos del Tesoro a 10 y 30 años debería mantenerse estable o incluso contraerse. “Esperamos que los bonos del Tesoro a 10 y 30 años se mantengan en una horquilla limitada este año, lo que debería ser claramente positivo para la renta variable”.
“En pocas palabras el mensaje es que, por ahora, los datos no son lo suficientemente fuertes para justificar una subida más rápida de los tipos este año. Sin embargo, ahondando un poco el panorama se presenta más halagüeño, ya que o bien un exceso de capacidad persistente o bien un largamente esperado repunte de la productividad mantendrán la inflación bajo control. Estamos, pues, ante una Fed ‘esperanzada’”, dice Tim Foster, gestor de fondos de renta fija de Fidelity International.