Como se esperaba, la Reserva Federal de EE.UU. mantuvo ayer inamovibles los tipos de interés, usando la excusa de la volatilidad y una desaceleración a nivel global para justificar su decisión. Lo que fue más sorprendente fue la decisión de Janet Yellen de reducir el número previsto de incrementos de tipos para el resto del año evitando dar señales agresivas. La predicción ahora apunta a dos subidas en 2016 en lugar de cuatro.
“El flujo de robustos datos económicos -en particular los referentes al mercado laboral- y la recuperación de los mercados financieros reforzaban los argumentos para una subida de tipos, pero finalmente la incertidumbre sobre la economía global, la debilidad en el sector manufacturero doméstico y la persistente fortaleza del dólar fueron razones más poderosas para no llevarla a cabo. Es importante destacar que la Fed es pragmática y ha aprendido a comunicarse bien con los distintos actores del mercado”, dice Stephanie Sutton, directora de inversiones de renta variable en EE.UU. de Fidelity. “Mirando al futuro, esperamos incrementos graduales de tipos más adelante durante el año mientras los datos económicos sigan siendo favorables. La Fed seguirá monitorizando factores tanto domésticos como externos antes de realizar su próximo movimiento”, añade.
Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco Gestión, destaca el recorte de crecimiento de la economía americana, juntamente con el mantenimiento de los riesgos globales monitorizados desde el año pasado y cree que habrá subidas en junio y diciembre: “Tal y como esperábamos, la reserva federal de EE.UU. ha decidido mantener los tipos de interés en el intervalo del 0,25%-0,50%. El parámetro que sí ha sorprendido es la decisión de subidas de tipos para este año ya que en diciembre anunció tres subidas en 2016, pero debido a las circunstancias actuales del mercado el comité federal de mercado abierto ha decidido elevar los tipos dos veces este año. Así, la mayoría de pronósticos apuntan a que esto se producirá en las próximas reuniones de junio y diciembre”.
¿Favorable para los activos de riesgo?
En este contexto, hay división de opiones sobre los efectos de esta decisión y si será favorable o no para los activos de riesgo. Ricardo Gil, responsable del área de Retorno Absoluto del TREA AM, cree que no: “Hemos sido testigos de una decisión menos agresiva de lo que el mercado esperaba, sólo dos subidas hasta final de año pero el mercado se ha quedado con las revisiones a la baja del crecimiento. La cuestión es que cualquier noticia que implique menores crecimientos aviva las dudas de la sostenibilidad en los crecimientos de beneficios y las valoraciones de los activos de riesgo”.
Para GVC Gaesco, la decisión favorece a los emergentes pero perjudica a las bolsas europeas: «Una depreciación del dólar favorece a los emergentes y así lo están confirmando los futuros. Cabe añadir que en los principales indicadores bursátiles europeos sucede lo contrario y vemos cómo estos movimientos son indicativos de caídas. El ejemplo más cercano lo tuvimos en la última reunión del presidente del BCE el pasado 10 de marzo”.
Ken Taubes, CIO de EE.UU. de Pioneer Investments, destaca que ahora hay incertidumbre sobre el timing de las subidas y la dirección de la economía, pero cree que la decisión de la Fed apoya a esos activos de riesgo: “Yellen mantuvo la idea de que la política de la Fed dependerá de los datos pero parece que hay una falta de confianza en las previsiones de la autoridad para la economía y la inflación”, lo que lleva a no comprometerse en el timing de las subidas. “La decisión y su incierta postura sobre la economía llega tras las medidas de relajación del BCE, el Banco de Japón y otros bancos centrales del mundo, abriendo la puerta de nuevo a que los inversores compren activos de riesgo”.
También desde Julius Baer creen que la decisión es positiva: “Nuestros temores a que la Fed mandara un mensaje “hawkish” dada la mejora de los mercados en las últimas semanas no se ha materializado. La Fed ha dado un paso lejos de su previa determinación de subir tipos a cualquier coste, lo que apoya a la renta variable y a los mercados de bonos y ayuda a acabar con la apreciación del dólar”, comenta David Kohl, estrategia en divisas y economista responsible de Alemania en Julius Baer.
“Creemos que el impacto inicial en el mercado ha sido positivo para los bonos públicos y para la renta variable. El recorte a dos subidas de tipos este año llegó como un alivio para los mercados en general. Sin embargo, mantenemos la visión de que el pronóstico es más favorable para los mercados de crédito que para la renta variable”, explica Erick Muller, responsable de producto y estrategia de inversión en Muzinich.
«El resultado será, al menos por el momento, favorable para el mercado tanto de renta variable como de renta fija. El riesgo es que la Fed suba tipos más tarde, pero a un ritmo superior al que prevé el mercado. Si el crecimiento mantiene su ritmo actual y el precio del crudo se estabiliza en sus niveles actuales, la inflación puede acercarse al 3% a principios del 2017. En ese momento, es probable que los tipos suban más que los 25 pb que el mercado espera para todo 2017», comenta Beatriz Catalán, gestora de Ibercaja Gestión.
Abrir los ojos a la realidad económica
Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversiones de Carmignac cree que la Fed está en apuros, puesto que no dispone de una política monetaria óptima. “La inflación subyacente en Estados Unidos y los niveles de desempleo normalmente deberían llevar a Janet Yellen a seguir aplicando medidas de ajuste para no quedarse atrás. Pero no estamos en un momento normal: la economía estadounidense está empezando a mostrar indicios de ralentización, continúa poco endeudada, debilitada, concretamente a causa de la fortaleza de su moneda y la debilidad de la economía china, y las presiones deflacionistas a escala mundial siguen siendo acuciantes. Los mercados podrían volver a encontrar cierto consuelo en la postura acomodaticia de la Fed, pero deberían abrir los ojos a la realidad económica que se esconde tras estas medidas”, explica.