La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejó ayer claro, tras su primera reunión del año, que será “paciente” de cara a subir los tipos de interés. La explicación salía del propio presidente de la institución monetaria, Jerome Powell: “El argumento para seguir con el ajuste monetario se ha debilitado. El sentido común nos recomienda». De esta forma, la Fed levanta el pie del acelerador y deja los tipos en la banda del 2,25% y 2,5%, al mismo nivel que en marzo de 2008.
Aunque 2018 terminó con una subida de tipos, para 2019 la Fed mantiene un discurso muy distinto. “El Comité sigue viendo una expansión sostenida de la actividad económica, condiciones sólidas del mercado laboral y una inflación cercana al objetivo simétrico del Comité de 2 % en el mediano plazo como los resultados más probable. A la luz de la situación económica y financiera mundial y las nulas presiones inflacionarias, el Comité será paciente para determinar los futuros ajustes a la tasa de fondos federal que sean apropiados para obtener esos resultados”, apunta en su comunicado el Comité Federal de Mercado Abierto.
En este sentido, la Fed se ha mostrado más moderada en su declaración de la que ha eliminado la referencia a nuevos aumentos graduales de los tipos. “La reunión del FOMC confirma que la Fed está adoptando un enfoque mucho más cauteloso, un mensaje al que otros bancos centrales de países desarrollados probablemente irán convergiendo. Aunque la reunión del FOMC podría ser favorable para el riesgo a corto plazo, creemos que el entorno de goldilocks que presenciamos en la última década ha terminado, ya que la base fundamental ahora es muy diferente y mucho más frágil”, explicaJeremy Gatto, gestor del fondo Navigator de Unigestion.
A la hora de hablar de aquellos que “ha debilitado” su argumento para seguir con su ajuste monetario, Bart Hordijk, analista de Monex Europe, destaca las “corrientes contrapuestas” a las que la Fed hizo referencia. “Se refirió a los obstáculos económicos globales como la guerra comercial, el Brexit, el cierre del gobierno, la desaceleración económica en la zona euro y China, por nombrar unos pocos. Además, Powell reconoció que las presiones inflacionarias no han sido tan fuertes como se esperaba, lo cual es una declaración moderada. Powell refuerza esta visión moderada diciendo que los apetitos por el riesgo han regresado y se mantendrán a largo plazo, lo que disminuye uno de los mayores riesgos de tener una política flexible durante demasiado tiempo. Esto abriría la puerta para mantener una política monetaria laxa durante más tiempo”, argumenta Hordijk.
Por su parte Aaron Anderson, vicepresidente senior de Análisis de Fisher Investments, afirma que “las noticias recientes de la Fed dejan claro que no se está siguiendo una hoja de ruta predeterminada para las subidas de tipos. Los últimos datos de inflación y otros indicadores económicos continúan mostrando una economía sana y sin riesgo de sobrecalentamiento y la inflación no se está acelerando. En este contexto, el FOMC debería contar con gran flexibilidad para ajustar la política monetaria según su criterio, y no parece haber necesidad de subir los tipos en este momento”.
Además, la Fed indicó que podría ajustar la normalización de su balance general. Según destaca Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM, “el hecho de que la Fed haya emitido un comunicado separado sobre la normalización de su balance es extremadamente positivo e indica que este proceso ya no se lleva a cabo en piloto automático. Estimo que rebajarán el ritmo de normalización este año ya que la remuneración de las reservas de liquidez se ha vuelto muy cara. Esto es muy alcista”.
“Si bien el FOMC no indicó exactamente cuándo podría fin a la reducción del balance, consideramos que la pausa actual concuerda con los pasos que esperábamos que diese y, en algún momento de este año, antes de lo que muchos habían previsto, también realizará cambios en su política de reducción del balance”, añade Rick Rieder, director de inversiones de renta fija global y cogestor de los fondos BlackRock Fixed Income Global Opportunities (FIGO) y BGF Global Bond Income.
En este sentido, Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, destaca que “lo más notable es que los comentarios sobre la evolución prevista de los tipos de interés y la normalización del balance han oscilado completamente y ahora muestran una postura expansiva; así, los aumentos de la horquilla objetivo para los tipos de los fondos federales han dado paso a los ajustes, lo que vuelve a poner sobre la mesa los recortes de los tipos de interés. Y ahora también se contempla variar el ritmo de normalización del balance y el tamaño último de este, algo que la Fed ha optado por plantear mucho antes de lo previsto”, destaca
Asignación de activos
De cara a posicionar las carteras, Gatto explica cuál es su posición: “Seguimos estando largos en oro y cortos en el dólar estadounidense, especialmente frente a las monedas de los mercados emergentes, ya que el cambio de política monetaria de la Reserva Federal hacia una postura menos restrictiva hará que el dólar sea menos atractivo mientras el mercado continúa ajustándose a este cambio de política monetaria. Con la incertidumbre aún alta, la volatilidad probablemente se mantendrá elevada durante todo el año. Hasta que los fundamentos se reafirmen y las volatilidades y las correlaciones se estabilicen, nos centraremos en suavizar los rendimientos a través de coberturas inteligentes”.
Desde Janus Henderson Investors, Nick Maroutsos, gestor de la firma, sostiene que la Fed ha terminado de subir tipos no para 2019, sino para siempre. “Como resultado, nos centramos en el extremo delantero de la curva de rendimiento de Estados Unidos, favoreciendo una curva de rendimiento más pronunciada. Por el contrario, nuestra preferencia aún es poseer duraciones más largas en países como Australia y Nueva Zelanda. Lentamente redirigiremos esa duración a los Estados Unidos a medida que nuestra perspectiva continúe siendo validada”, apunta Maroutsos.
Respecto al mercado, Brendan Mulhern, estratega global de Newton, parte de BNY Mellon, señala que no tiene por qué complacerle esta pausa. “Normalmente, el mercado reacciona de forma positiva cuando la Fed se toma un respiro con las subidas de tipos, sobre todo si considera que han subido demasiado. Pero una pausa de este tipo suele ir seguida de una rebaja de tipos, normalmente como respuesta a un rápido deterioro de la economía: un entorno que no resulta nada favorable para los mercados de acciones. Quizás los «toros» de la renta variable deberían prestarle más atención a los mercados de bonos, que mantienen una actitud más cauta con respecto a las perspectivas económicas”, afirma Mulhern