La Reserva Federal de Estado Unidos (Fed) anunció ayer su octava subida de tipos de 2022, en esta ocasión de 50 puntos básicos tal y como se esperaba. Según la valoración que hacen las gestoras internacionales sobre este último movimiento, reducir la magnitud de la subida de los tipos fue el único alivio que ofreció, porque insistió en que postura agresiva continúa, aunque esto haya decepcionado a los mercados.
“El presidente Powell se opuso a que los mercados extrapolaran un inminente giro dovish, subrayando que la Reserva Federal aún tiene trabajo por hacer en su lucha contra la inflación y destacando los riesgos inflacionistas de un mercado laboral tenso. El mensaje del llamado diagrama de puntos también fue de línea dura, ya que la mediana de los participantes en el FOMC espera ahora que el tipo de interés oficial alcance un máximo del 5,1% en 2023, 50 puntos básicos por encima de las previsiones de septiembre”, apunta Silvia Dall’Angelo, economista senior en Federated Hermes Limited.
En este sentido, los analistas de Banca March señalan que, a pesar de ver una Fed restrictiva, “la reacción de los mercados no fue de sorpresa, cayendo el S&P 500 tímidamente un 0,6% y sin cambios significativos en la curva de tipos gubernamentales, es decir, los mercados siguen manteniendo su narrativa, en la que ven bajadas de tipos para la segunda parte de 2023, a pesar de que Powell explícitamente señaló que no tenían en mente bajadas de tipos para el año que viene”.
Jorge Herrera, jefe de estrategias de Inversión de Principal AGF, coincide en que la reacción inmediata del mercado ante estos anuncios fue de caídas en los índices de renta variable y de un fortalecimiento del dólar respecto del resto de las monedas, «dado una expectativa de tasas en Estados Unidos mayores a lo que se tenía previo a la decisión de la FED». «La próxima reunión que tendrá la Reserva Federal para discutir cambios en las tasas de interés está agendada para febrero del próximo año, de modo que tendremos algo más de un mes en que el mercado estará digiriendo las noticias que se produzcan para ir calibrando las expectativas futuras», añade Herrera.
Según considera Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos de Fidelity, el tipo terminal se elevó al 5,1% y el de 2024 al 4,1%, muy por encima del neutral. “Los gráficos de puntos mostraban una proyección cada vez mayor de una posible recesión, lo que ponía de relieve el daño que infligiría al crecimiento el endurecimiento en curso”, matiza y recuerda que Powell, durante la conferencia de prensa, reiteró que la Reserva Federal necesita una reducción significativa y sostenida de la inflación y compartió su preocupación de que la inflación subyacente no relacionada con la vivienda pueda resultar rígida (a pesar del dato del IPC de esta semana, más suave de lo esperado), “de ahí la necesidad de mantener los tipos más altos durante más tiempo”, matiza.
“Su determinación de subir los tipos para hacer frente a los riesgos inflacionistas podría interpretarse como una inclinación a favor de la política monetaria, pero es probable que refleje la reciente relajación de las condiciones financieras y demuestre así su determinación de controlar la inflación a su debido tiempo. La variable clave a partir de aquí será cómo se mantiene el crecimiento ante un mayor endurecimiento”, indica, por su parte, Charles Diebel, director de Renta fija de Mediolanum International Funds Limited (MIFL).
El mensaje tras la subida de tipos
En opinión de Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, que la subida haya sido solo de 50 pb no responde a que el dato de inflación muestre cierto enfriamiento, ni supone un cambio de rumbo. Según Scherrmann, se debe al desfase temporal con el que la política monetaria influye en la economía fue probablemente la principal razón para este approach en la última reunión de 2022.
“Normalmente, se considera que las subidas de tipos necesitan hasta cuatro trimestres para mostrar plenamente su efecto en la economía. Por lo tanto, la subida de tipos de interés de ayer pretende ejercer su influencia a finales de 2023, momento en el que se espera que la inflación esté en una senda sostenida hacia 2% fijado por el banco central, o cerca de ella”.
Según su valoración, este leve “giro hawkish” también se refleja en la actualización del Resumen de Proyecciones Económicas: “Los miembros del FOMC se muestran dispuestos a subir los tipos aún más en 2023 de lo que ya indicaron en la reunión de septiembre, hasta el 5,1% desde el 4,6%, y parece que ahora están dispuestos a pagar un precio más alto para controlar la inflación”.
Para Dall’Angelo, el presidente Powell ofreció algunas pistas moderadamente dovish, sugiriendo que la Fed está cerca de los tipos máximos e insinuando abiertamente que un nuevo cambio a la baja a una subida de tipos de 25 puntos básicos está sobre la mesa para la próxima reunión en febrero.
“En conjunto, ha sido un difícil ejercicio de equilibrismo. La Reserva Federal ha establecido ahora un plan de acción claro para el año que viene: prevé dos o tres subidas de tipos de 25 puntos básicos en el primer semestre del año (hasta un máximo del 5% o ligeramente por encima) y luego mantener los tipos durante el resto del año. Sin embargo, los riesgos de que los planes se desbaraten son elevados. En particular, el reciente rendimiento superior de la economía estadounidense (y del mercado laboral) sugiere que la Fed podría tener que hacer más en 2023 para enfriar el mercado laboral y controlar las presiones inflacionistas generadas internamente. Por otra parte, aunque ahora mismo parece limitado, también existe el riesgo de excederse; el mercado laboral puede dar la vuelta rápidamente, arrastrando el consumo, el crecimiento y la inflación”, concluye la economista de Federated Hermes Limited.
De 2023 a 2024
Juntando todas estas piezas, Scherrmann considera que la normalización de la política monetaria sólo está indicada a partir de 2024 y se producirá de forma muy gradual, ya que los miembros del FOMC tienen la intención de recortar los tipos hasta el 4,1% en 2024 y hasta el 3,1% en 2025, momento en el que se espera que la inflación converja finalmente hacia el objetivo de la Fed.
“Durante la rueda de prensa, el presidente de la Fed, Powell, reiteró que los mercados laborales están muy ajustados, como es nuestra opinión, y que la oferta y la demanda de mano de obra están desequilibradas, y repitió el mantra de que los tipos serán más altos durante más tiempo. Sus comentarios sugieren que la Fed aún no está convencida de que la inflación siga una senda descendente sostenida. En general, y en contra de las esperanzas de muchos, Jay Powell dió lugar a lo dovish y parece valorar las dolorosas lecciones que la Fed aprendió durante los años setenta y ochenta. No es de extrañar que la reacción inicial de los mercados sea de decepción”, añade.
Desde J. Safra Sarasin Sustainable AM, consideran que el escenario de «aterrizaje suave» es posible, pero representa el mejor de los casos y no el escenario base que manejamos. “El endurecimiento de la política monetaria acabará provocando más despidos de los previstos por la Reserva Federal. Nuestra visión también difiere de la del mercado: tomamos el gráfico de puntos más al pie de la letra. La inflación ha vuelto por primera vez en cuatro décadas y faltan precedentes fiables. Con un mercado laboral aparentemente impermeable a todo el endurecimiento monetario que se ha producido hasta ahora, parece fácil que la Fed siga endureciendo. Si va a cometer un error, será endurecer demasiado la política monetaria, no demasiado poco”, advierte Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM.