Nadie lo tiene claro y son pocos los que se aventuran a predecir con seguridad lo que pasará en la reunión que la Reserva Federal estadounidense mantendrá el miércoles y jueves de esta semana. Tampoco el consenso de analistas, que ha ido cambiando de opinión conforme se acercaba septiembre y ha pasado de creer firmemente en una subida de tipos a la situación actual, en la que solamente un 30%, o menos, confía en que habrá un alza en las tasas. “El mercado ha ido enfriando la posibilidad de subidas de tipos para esta cita”, dicen en Andbank: los tipos implícitos descuentan en menos de un 30% una probable subida de tipos en septiembre vs. 50% a mediados de agosto, con las encuestas a inversores y analistas en probabilidades algo mayores. Según Citi, el mercado asigna una probabilidad menor al 20% a esa subida.
Así las cosas, la mayoría da por hecho un retraso, y cree que la decisión tendrá que esperar al menos a diciembre, si bien la consigna es no centrarse tanto el cuándo como en el cómo, esto es, en el ritmo de subidas. Y, teniendo claro que la Fed, tanto si decide subir los tipos ahora como esperar unos meses, decida lo que decida, afronta riesgos de distinta índole.
El riesgo de subir tipos…
Al subir tipos, el riesgo es enfriar la economía estadounidense y la global, y alimentar una inestabilidad en los mercados financieros susceptible de poner en peligro la recuperación, dicen los expertos. Algo innecesario teniendo en cuenta la persistencia de un riesgo desinflacionista y deflacionista.“Nosotros pensamos que no debería subir tipos en esta reunión. La situación actual de la economía norteamericana podría justificar la subida de tipos de interés, pero si tenemos en cuenta la reciente inestabilidad de los mercados financieros, la decisión de subir los tipos debería ser pospuesta. Las dudas sobre la economía china se han traducido durante el mes de agosto en una importante inestabilidad en los mercados, la volatilidad ha subido a niveles no vistos en estos últimos años y la pérdida de confianza se ha generalizado entre los inversores”, explica Jordi Padilla, director de la gestora de Popular Banca Privada.
“No olvidemos que la recuperación económica en EE.UU. es una realidad pero la situación del resto de las economía es mucho más débil. Así Europa crece pero a niveles muy moderados (1,5%), Japón a pesar de los Abenomics no es capaz de salir de la deflación y las economías emergentes si bien crecen a una media del 4% su proceso de desaceleración es una realidad y en algunos casos como Brasil la realidad es la recesión”, añade. En su opinión, aunque algunos analista dicen que si la Fed sube tipos de interés dará un mensaje de tranquilidad ciñéndose al guión y demostrando que las cosas van bien y que si pospone la subida de tipos sería reconocer que las cosas están peor, ésa es una interpretación incorrecta. “Es importante la estabilidad financiera en estos momentos y que la Fed mantenga los mercados estables es necesario para que se consolide esta recuperación económica”. Padilla dice, que en caso de subida, la reacción de los mercados sería negativa, pues dos tercios de los analistas no se lo esperan, frente a un tercio que sí, el porcentaje inverso al de antes de verano. “Una subida de tipos sería contraconsenso en este momento y por tanto tendría un riesgo de reacción elevado”.
También creen en un retraso en ETF Securities / Roubini Global Economics: “A pesar de que se estén creando más de 200.000 puestos de trabajo al mes, el mercado inmobiliario siga generando un crecimiento decente y se haya reactivado el crédito, las presiones desinflacionistas podrían persistir dado el bajo ritmo de crecimiento de los salarios, la fortaleza del dólar y el nuevo retroceso del precio del petróleo y las restantes commodities. Estas razones apoyan nuestro escenario central: que la Fed retrase la subida de tipos hasta diciembre, y dada la turbulencia en los mercados, que se retrase incluso hasta principios de 2016”, dicen. En todo caso, los expertos de ETF Securities y Roubini Global Economics insisten en que es mucho más importante determinar “cómo” subirá tipos la Fed, y no tanto “cuándo” empezará a subirlos.
Los expertos, en general, consideran que una ligera subida de tipos en EE.UU., de en torno al 0,25%, sería digerible para la economía americana si consideramos que ésta crecerá en torno al 2%-2,5% y que estamos a las puertas del ‘pleno empleo’ en este país. Pero dudan, teniendo en cuenta que no ha habido subidas salariales nid el consumo, de si ahora es el momento adecuado de comenzar a combatir el riesgo de inflación. Y la sacudida en los mercados durante el mes de agosto no le ha venido nada bien a la Fed para tomar una decisión de tal trascendencia. “Con un aumento de tipos y un posterior terremoto en las bolsas se pueden ver esfumados todos los esfuerzos de los programas QE en los que precisamente la Fed ha buscado revalorizar las cotizaciones de los activos a la vez que incrementar significativamente su propio balance. La lógica dice que sería el momento de iniciar el cambio de ciclo de tipos en EE.UU. pero el entorno actual hace pensar que puede que lo vayan a retrasar hasta que el entorno directo se encuentre en un momento más relajado”, añade Christian Dürr desde Ética Patrimonios EAFI.
“Hay una elevada preocupación por el resultado de la reunión. No sería la primera vez que el inicio de la normalización se lleva por delante la recuperación económica o simplemente es el preludio de una corrección de excesos”, dice José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. El experto cree que se mantendrán los tipos pero que el discurso será más duro. “Es la mayor tensión e inestabilidad de los mercados un escenario de restricción financiera que puede compensar precisamente tomar la decisión sobre tipos”, comenta.
“Si se produjese una subida de tipos en septiembre, esto sorprendería a los mercados financieros, que es precisamente lo que la Fed trata de evitar”, comenta Luke Bartholomew, gestor de renta fija en Aberdeen AM, aunque advierte de una espiral preocupante: “Si los mercados financieros empiezan a pensar que la Fed está esperando a que ellos le den pie para empezar a subir tipos, entonces todo empieza a estar del revés”. Para el experto, la fecha de la primera subida aclarará hasta qué punto es la Fed susceptible a los datos económicos y por tanto, probablemente también esclarecerá el camino que los tipos seguirán en el largo plazo. “La Fed parece estar pensando que subir los tipos en septiembre en lugar de hacerlo en diciembre podría lanzar al mercado el mensaje de que son más agresivos con sus decisiones de lo que realmente son”, asegura.
Jim Leaviss, responsable de renta fija minorista en M&G Investments, considera que el hecho de que la Fed suba los tipos o no es menos importante que determinar en qué nivel se establecerá finalmente el tipo de los fondos federales en un posible ciclo de subida de tipos. “Es probable que el ajuste monetario de la Fed en este ciclo sea anormalmente paulatino, prudente y objeto de numerosas comunicaciones a los mercados. Si el jueves se anunciara una subida de tipos sería una sorpresa para el mercado, que descuenta una probabilidad del 30% en este sentido”, dice. Probablemente, la parte corta de la curva sería la más afectada por la reacción inicial de los mercados, lo que daría lugar a un cierto aplanamiento de la curva de tipos de la deuda pública estadounidense. “Para que la rentabilidad de los bonos aumentara mucho más, sería necesaria una revisión de las previsiones de inflación. La apreciación del dólar, el positivo aumento de los salarios, el elevado nivel de préstamos al consumo y la caída de los precios de las materias primas sugieren que es poco probable que esto ocurra a corto plazo”, añade.
Eric Chaney, responsable de Análisis, y Laurent Clavel, economista internacional de AXA IM, consideran que si la Fed sorprende a los mercados con subidas de tipos que no esperan la reacción será negativa, sobre todo para los mercados emergentes. Pero su visión es que no moverá ficha esta semana y esperará a diciembre.
“Creo que la combinación de factores internos y externos no es favorable a una subida inmediata de los tipos. En el plano interno, los fundamentales económicos estadounidenses siguen siendo relativamente sólidos por el momento. El mercado laboral continúa mejorando y la tasa de paro se encuentra actualmente en el punto medio de las estimaciones de la Fed para la tasa de paro natural. Sin embargo, el crecimiento de los salarios continúa siendo escaso, lo que sugiere que sigue existiendo capacidad sobrante en el mercado laboral. Pero lo importante es que la inflación, tanto la general como la subyacente, se mantiene en niveles muy bajos. A la vista de la incertidumbre, y partiendo de que la Fed tiene sus objetivos de inflación, no estamos ante un entorno de subida de tipos”, comenta Anna Stupnytska, economista global de Fidelity Worldwide Investment. “Además, los riesgos externos no han desaparecido, sobre todo las dificultades que siguen experimentando los mercados emergentes por la desaceleración de China, la caída de los precios de las materias primas y las condiciones financieras menos expansivas en todo el mundo. Durante el último año, las condiciones financieras en EE.UU. se han endurecido considerablemente por la fortaleza del dólar y este endurecimiento equivale por sí solo a varias subidas de tipos y, de mantenerse, podría provocar una ralentización del crecimiento estadounidense el próximo año”, añade.
El riesgo de no subirlos…
Pero, más allá del riesgo de la subida, también un riesgo de un retraso en la misma: en primer lugar, dar un mensaje erróneo a los mercados de que la situación no es lo suficientemente sólida en EE.UU. pero también retrasar una decisión cada vez más necesaria y verse obligada en el futuro a actuar de manera más acelerada y contundente. En NN IP apoyan la idea de que la autoridad subirá los tipos a finales de año y advierten de la necesidad de hacerlo cuanto antes: “Cuanto más tiempo permanezca la Fed con tipos cero en un entorno de mercado laboral al alza, mayor es el riesgo de que se quede rezagado y que posteriormente tenga que actuar con más celeridad y firmeza subiendo las tasas. Esto provocaría un mayor malestar en el mercado. Además, existe el factor de “aprender actuando”, en un entorno post-crisis que para todos es incierto. La Fed podría preferir “meter un dedo en el agua”, para ver cómo reaccionan la economía y los mercados antes de decidir cómo seguir actuando. Por eso apoyamos la teoría de que subirá tipos antes de final de año”, defiende Willem Verhagen, Senior Economist de NN IP.
Para los expertos de PIMCO, la Fed bien podría, si quisiera, subir los tipos de interés. “Si Janet Yellen, quiere empezar en septiembre, puede elegir entre los datos económicos que apoyan la normalización”, apunta Richard Clarida. “Tras los sólidos datos de empleo la pelota está ahora en el tejado de la Fed”, escribe Clarida en el blog de la firma.
¿Cuál será la reacción de los mercados?
Así las cosas, en cualquier escenario se presentan riesgos pero también oportunidades. Citi ha elaborado un cuadro en el que analiza las posibles implicaciones de la decisión: si la Fed es demasiado dovish (a la izquierda del gráfico), los inversores se mostrarían preocupados por una falta de recuperación en EE.UU., lo que implicaría un rally para los activos defensivos, como aquellos ricos en dividendos o utilities, así como una subida de alivio en los mercados emergentes. De no subir tipos pero asegurar que lo hará tan pronto como los datos lo apoyen y que «podría ser muy pronto», los mercados podrían mantenerse sin cambios.
De subir tipos, una subida, y asegurar que las futuras dependerán de los datos, algunos inversores podrían verse sorprendidos pero posteriormente sectores como el financiero podrían hacerlo bien; además, si la Fed comunica que la subida es solo una («One and Done!») también los emergentes podrían recuperarse. Según el análisis de Citi, si la Fed sube los tipos, entrando de lleno en un ciclo alcista típico, podría volver la incertidumbre y volatilidad y a los inversores les preocuparía que tuviera que dar marcha atrás en 2016 si vuelve la recesión.
Fuente: Citi
No actuar en un escenario de incertidumbre
En este escenario de incertidumbre, algunos asesores y expertos consultados reconocen que están pendientes de la volatilidad y aconsejan prudencias y no mover en exceso las carteras. “No sabemos qué decisión tomará la Fed el jueves. Si se decantará por una subida de tipos apoyada en sus datos macro o los mantendrá pensando más en China y los mercado emergentes.Nosotros, como asesores, intentamos no intentar adivinar qué va a pasar sino ayudar e los clientes a capear el temporal. Estamos más pendientes de la volatilidad que provoca la incertidumbre sobre lo que sucederá. Y aconsejamos prudencia, no realizar grandes cambios en las carteras ni apuestas arriesgadas. Como decía el fundador de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, En tiempos de tribulación no hacer mudanza”, recomienda Carlos García Ciriza, fundador de la EAFI C2 Asesores Patrimoniales y presidente de la asociación de EAFIs, Aseafi.
¿A qué países afectará más?
En este mapa de ETF Secuties-Roubini Global Economics, se analiza la sensibilidad de los distintos países del globo a las posibles subidas de tipos de la Fed.