La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y su presidente, Jerome Powell, cumplieron ayer con las previsiones que manejaban las gestoras internacionales. La institución monetaria no sólo mantuvo intactos los tipos de interés, sino que dejó claro que no está lista para realizar recortes; que una primera bajada en marzo no es su escenario base y que quiere asegurarse de que la inflación vuelva al objetivo del 2%. “Las perspectivas económicas son inciertas y seguimos muy atentos a los riesgos de inflación”, afirmó Powell, tras matizar que irá tomando decisiones “reunión a reunión”.
“El comunicado de prensa de la Fed confirmó que el banco central ha dejado de plantearse activamente llevar a cabo nuevas subidas de tipos, lo que reafirma lo que el mercado sabía desde hace meses. Sin embargo, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) no parece tener prisa por recortar los tipos, y advierte que necesita tener más seguridad de que la inflación ha vuelto de forma sostenible a su objetivo antes de poder relajar la política monetaria. La puerta no está cerrada del todo a un giro rápido de la política monetaria, ya que el comunicado señala que podría producirse un ajuste rápido en caso de que los datos de actividad empiecen a deteriorarse”, afirma James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, haciendo un resumen rápido de lo ocurrido ayer.
La reunión se centró en las orientaciones de la Reserva Federal sobre los tipos de interés, que se modificaron en el comunicado, ya que se eliminó la referencia a una “política de endurecimiento adicional”, lo que podría abrir la puerta a un recorte de los tipos en las próximas reuniones. Sin embargo, desde Fidelity International matizan que, dado que los datos siguen siendo mejores de lo esperado, el comunicado rechaza la idea de que un recorte sea inminente, afirmando que sólo es probable que ocurra una vez que el comité haya “adquirido una mayor confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible” hacia el objetivo de la Fed.
Además, la gestora destaca que el mensaje de Powell fue claro al enfatizar que la Fed sigue dependiendo de los datos, no está declarando la victoria sobre la inflación todavía y que marzo no es un comienzo probable para el iniciar el ciclo de recortes.
“Creemos que la Fed tardará un poco más en acumular pruebas adicionales sobre la inflación y obtener más claridad sobre cómo se transmite la política monetaria a la economía. Esto descarta un inicio temprano del ciclo de recortes, lo que concuerda con el comentario de Powell de que marzo no es el caso base. Dada la rigidez de algunos de sus componentes, consideramos que los riesgos de inflación siguen sesgados al alza en los próximos meses, especialmente en el contexto de una economía fuerte. Esto significa que es poco probable que la Fed se apresure a recortar tipos hasta junio, y una vez que comience el ciclo de recortes, no lo hará con el piloto automático: el ritmo que aplique dependerá fundamentalmente de la combinación de crecimiento e inflación en ese momento”, afirma Anna Stupnytska, macroeconomista Global de Fidelity International.
Para Bloomberg esto significa que “las autoridades de la Reserva Federal han confirmado el final de su agresiva campaña de subidas de los tipos de interés y han tratado de reajustar las expectativas sobre la rapidez y el ritmo de los recortes este año, a medida que se desvanecen las presiones inflacionistas”.
En opinión de Christian Scherrmann, economista para EE.UU. de DWS, Powell caminó por una delgada línea entre adoptar una postura hawkish para controlar la inflación y enviar señales pesimistas sobre sus expectativas futuras, algo que fue un poco en la dirección contraria de la última reunión. “De cara al futuro, creemos que marzo es demasiado pronto para que la Fed declare la victoria contra la subida de precios. No obstante, creemos que la próxima reunión podría telegrafiar las condiciones para un recorte de tipos, mientras que seguimos esperando un primer recorte de tipos en el segundo trimestre”, afirma Scherrmann.
La dependencia de los datos
Las gestoras destacan que Powell aclaró que los datos de inflación de los últimos seis meses son lo suficientemente buenos como para desencadenar un recorte de tipos, pero que el comité necesita ver «más datos buenos» antes de empezar a recortar los tipos. “Esto es un poco pesimista: el Comité no necesita ver una mejora de los datos de inflación, solo necesita ver la persistencia de la trayectoria actual durante un poco más de tiempo”, asegura Eric Winograd, economista jefe de AllianceBernstein.
Para Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, el escenario goldish está en pleno apogeo: “La economía estadounidense funciona al 3% y la inmaculada narrativa de la desinflación parece validada. El ritmo de la desinflación es más rápido de lo esperado. La combinación de los flujos migratorios y la relajación de los cuellos de botella han ayudado en el lado de la oferta de la ecuación y la deflación en China ha ayudado en el lado de la demanda. El IPC subyacente y los salarios se sitúan en niveles acordes con el objetivo del 2% de la Fed, lo que significa que todas las señales apuntan en la dirección adecuada para que empiece a adoptar una política más moderada si es necesario, ya que los tipos de interés actuales están muy por encima del nivel neutral de los tipos de interés”.
Por tanto, ¿camina la Fed por la senda correcta hacia el equilibrio? Según Winograd, como todos los bancos centrales, la Fed intenta devolver la economía al equilibrio y mantenerlo ahí el mayor tiempo posible. La definición de equilibrio de la Fed es la siguiente: un crecimiento del PIB de aproximadamente el 1,75%-2%, un desempleo del 4%-4,25% y una inflación del 2,%.
Según las gestoras, el tipo de interés que la Fed considera necesario para mantener la economía en ese equilibrio es del 2,5%-3,0%. En la actualidad, el crecimiento del PIB está quizá ligeramente por encima de ese intervalo, y el desempleo se sitúa en el extremo inferior de su intervalo de equilibrio. Y la inflación sigue siendo demasiado alta, pero ha descendido rápidamente y es probable que se acerque al objetivo en términos interanuales en los próximos trimestres.
“A estas alturas, lo que más llama la atención es el tipo de interés oficial, que en la actualidad es aproximadamente el doble del nivel que la Fed considera adecuado para alcanzar el equilibrio, mucho más alejado del objetivo que cualquiera de las demás variables. Esa, más que ninguna otra cosa, es la motivación que subyace a los recortes de tipos. Si la economía está en equilibrio, pero el tipo de interés oficial no lo está, es probable que la economía crezca menos y aumente la tasa de desempleo, y eso no es lo que quiere la Reserva Federal”, argumenta el economista jefe de AllianceBernstein.