Ayer ganaron las expectativas de las gestoras y analistas que defendían que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), mostraría su independencia y mantendría los tipos de interés, y así fue. Aunque Powell también ha dejado entre ver que los recortes están a la vuelta de la esquina ante los signos de un debilitamiento de la actividad económica.
La rueda de prensa posterior a la reunión puso de relieve la preocupación sobre la debilidad de los datos de fabricación en EE.UU., lo cual llevó a la Fed a concluir que «las perspectivas son menos favorables». Los analistas consideran que la institución monetaria ha dejado con su mensaje las puertas abiertas a tomar medidas en caso de que sea necesario.
En opinión de Ian Samson, analista de multiactivos de Fidelity International, “Powell todavía cree que la suave inflación es transitoria pero ahora espera que aumente, aunque lentamente, hacia el objetivo. Manifestó que la Fed está viendo corrientes cruzadas debido a la debilidad externa y la incertidumbre comercial, lo que significa que mientras el consumo sigue siendo fuerte, la confianza e inversión empresarial se están desacelerando. Si bien ahora parece muy probable un recorte de tipos el mes que viene, la magnitud de esa bajada y el camino a seguir después son muy inciertos”.
Ron Temple de Lazard Asset Management se muestra algo más crítico, aunque considera que las declaraciones de ayer de Powell fueron correctas. “La Fed lanza un mensaje correcto, evitando un easing innecesario a la vez que demuestra a los mercados estar preparada para reaccionar adecuadamente en cualquier momento. En este punto, el mercado no necesita medidas de flexibilización de la Fed. Los recortes de tipos no pueden empapelar el principal riesgo económico global: la incertidumbre generada por la impredecible política comercial de los Estados Unidos”, argumenta Temple.
Algunos analistas ya apunta a que la institución monetaria podría recortar tipos en julio o en septiembre. Pero para Bart Hordijk, analista de Monex Europe, ayer la Fed sugirió que un recorte de tasas en julio es demasiado pronto, en cambio septiembre es más probable. “El mercado ya está poniendo precio a un recorte de tipos, lo que sugiere que se están adelantando a un escenario con peor crecimiento. Esto implica que hay un potencial alcista para el dólar cuando los precios del mercado se ajustan incluso al escenario más probable de la Fed”, sostiene este analista.
Aunque Powell ha mantenido el tipo, las gestoras consideran que esta no ha sido una reunión fácil, menos aún teniendo en cuenta las presiones de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y la próxima reunión del G20. “La paciencia es un lujo que ya no está disponible para Powell. Es cierto que ya se había sentido acorralado en otras ocasiones, por ejemplo por la agresividad que mostraron los mercados ante una posible bajada de tipos o por cómo la guerra comercial entre China y Estados Unidos ha mermado la confianza empresarial, en esta ocasión ha sido Mario Draghi, el presidente del BCE, quien ha aumentado la presión para actuar. Los comentarios de Draghi en Sintra indicaron que los recortes de tasas y, potencialmente, una mayor flexibilización cuantitativa podrían anunciarse antes de que acabe su mandato en octubre. Esto llevó a la debilidad del euro ya que miles de millones más de la deuda europea está cotizando ahora con rendimientos negativos”, explica Nick Wall, cogestor de Merian Strategic Absolute Return Bond Fund, de Merian Global Investors, con la intención de contextualizar la reunión de ayer.
Tal y como apunta Evan Brown, responsable de responsable de estrategias macro de UBS AM, en el seno de la Fed hay un claro debate sobre cuándo pisar el freno, mientras el mercado se plantean hasta qué punto son los bancos centrales los que están alargando el ciclo. Según sostiene Brown: “Después de haber girado en medio de la aguda restricción de las condiciones financieras a finales del año pasado, la Reserva Federal ha cambiado su enfoque a la obstinada caída de la inflación frente a su objetivo del 2%. Esto ha llevado a un creciente debate sobre el marco estratégico de la Reserva Federal y sobre la necesidad de que el banco central piense en errar en el lado de una política más acomodaticia con el fin de llevar la inflación y las expectativas de inflación a su objetivo de forma sostenible. Además, los riesgos a la baja para el crecimiento relacionados con el conflicto comercial podrían, en última instancia, llevar a la Reserva Federal a una cierta relajación”.
“Con la fuerte inversión que presenta la curva de tipos, la Fed sufre presiones cada vez mayores del mercado para rebajar los tipos. Los forwards implícitos apuntan a rebajas de 50 pb ya descontadas de aquí a fin de año y otros 50 pb para 2020. Sin embargo, no es probable que la Fed actúe tan pronto, lo que supondrá obstáculos negativos”, concluye Laurent Denize, director adjunto global de Inversiones de Oddo BHF AM.