En su último informe, Moody’s ve probable que el endurecimiento monetario aún tenga recorrido, y el desarrollo de tensiones en el sistema bancario estadounidense también debilitará la confianza de los inversores y aumentará las tensiones de financiación para las entidades europeas que, como cualquier banco, por construcción combinan desajustes de vencimientos con apalancamiento.
“Estos efectos se magnifican cuando los tipos suben más rápido de lo previsto, lo que hace que algunos activos a tipo fijo pierdan valor y que los pasivos empiecen a revalorizarse al alza más rápidamente de lo que se amortizan y sustituyen los activos”, explican.
Sin embargo, una diferencia crítica entre los sistemas europeo y estadounidense, que limitará el impacto al otro lado del Atlántico, es que las tenencias de bonos de los bancos europeos son menores y sus depósitos más estables, al haber crecido menos rápidamente. “Mientras que los títulos de deuda de los bancos europeos crecieron un 10% en los 12 meses anteriores a junio de 2020, fue su efectivo colocado en los bancos centrales el que se disparó, en respuesta al programa TLTRO del BCE y a la consiguiente oportunidad de arbitraje disponible. Esto ha dado lugar a algunas diferencias estructurales entre los bancos de la zona euro y los estadounidenses”, afirma en su documento.
En este sentido, el efectivo en los bancos centrales es una parte mayor de los balances de los bancos europeos, y los títulos de deuda una parte menor. Por su parte, los títulos de deuda representan alrededor del 12% de los balances de los bancos de la zona del euro, frente a más del 30% en el caso de los bancos comerciales de EE.UU., y alrededor del 40% de las tenencias de los bancos de la zona del euro son títulos del Estado, frente a alrededor del 80% de títulos del Estado y de agencias en el caso de los bancos estadounidenses.
Según indica Moody’s, los bancos de la UE también están sujetos a requisitos de capital sobre el riesgo de tipos de interés en la cartera bancaria, lo cual significa que los bancos europeos están menos expuestos al riesgo de mercado de los bonos, a pesar de una subida similar de los rendimientos de la referencia a cinco años desde los mínimos de 2020.
En consecuencia, es probable que los depósitos sean más estables en Europa, al haber crecido mucho menos rápidamente en primer lugar, y todos los bancos de la UE están sujetos a requisitos de coeficiente de cobertura de liquidez. Además, añade: “Los fuertes saldos de efectivo en los bancos centrales, que ascienden al 16% de los activos, significan que es menos probable que los bancos europeos tengan que recurrir a la venta de títulos y a la realización de posibles pérdidas”. En este sentido, la firma recuerda que tanto el Banco de Inglaterra como el BCE disponen de mecanismos de liquidez contingente bien desarrollados que los bancos utilizan activamente.
En opinión de Moody’s, estas diferencias críticas no hacen invulnerables a los emisores europeos. “Cuando la confianza se resquebraja, el contagio puede ser rápido. Por definición, los balances de los bancos están apalancados, presentan desajustes de vencimientos y suelen ser complejos y opacos, con interrelaciones y exposiciones que a menudo sólo se conocen a posteriori. Además, es probable que al BCE le quede más recorrido en su ciclo de endurecimiento que a la Reserva Federal, y aunque ya se ha reembolsado cerca de la mitad de la TLTRO, aún quedan 1,2 billones de euros pendientes de retirada. Por tanto, los efectos completos del endurecimiento monetario pueden estar aún por llegar”, concluye el informe.