“La estabilidad económica, política y social que ha traído el sistema institucional basado en la Constitución de 1978 ha sido la clave de la modernización y prosperidad de España en el periodo democrático”. Así lo aseguran desde el Consejo General de Economistas (CGE), tras los últimos datos del estudio 45 años de evolución económica, social, empresarial e institucional de España, elaborado por la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas de España.
A este marco, que consagra los principios de la democracia, la economía social de mercado, el estado de derecho, el estado del bienestar, la monarquía parlamentaria y el estado autonómico, se añade la pertenencia a la Unión Europea, como ámbito de desarrollo político y económico, subrayan desde el CGE.
José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio y corresponsable de presentar el informe junto a Valentín Pich, presidente del CGE, ha subrayado el protagonismo clave de las empresas en el periodo analizado hasta conformarse “como la base de la actividad económica del país, la principal fuente de empleo y el sustento más importante del estado del bienestar y del sector público”.
El análisis de las series históricas contenidas en este Estudio pone de manifiesto el avance económico, social, empresarial e institucional conseguido por España en los últimos 45 años. Como indicador principal, desde el CGE apuntan al aumento del PIB per cápita: nuestro país ha multiplicado por 2,3 su PIB real per cápita en estas cuatro décadas y media. Esta cifra lo sitúa por encima de otros países como Italia, Francia, Reino Unido, EE.UU. o Alemania.
Asimismo, el análisis de la evolución experimentada por la inversión, el stock de capital y las infraestructuras en España es “otro claro reflejo de la gran transformación económica vivida en nuestro país en estos últimos 45 años, con un crecimiento exponencial de la inversión en nuestra economía”, asegura el estudio.
Por otro lado, el estudio de la demografía española en estos últimos 45 años refleja que el progreso experimentado en el país, con el consiguiente incremento del bienestar de su población, se ha traducido en un importante aumento de la esperanza de vida y reducción de la tasa de mortalidad.
“En este ejercicio de dirección y elaboración de este estudio también influyó en nosotros que, principalmente en los últimos años de la serie, más veces de las que parece razonable, se alude a lo inmediato, a lo fugaz, como si no existiera un ayer, un porqué, una evolución, unos predecesores y unos hechos. Esto, en el estudio de la economía y las ciencias sociales en general, es un punto de partida ineludible si se quiere ser fiel y respetuoso con los códigos de la investigación y el análisis riguroso, y que conviene respetar”, advierte Salvador Marín, codirector del estudio por parte del CGE.
El mercado de trabajo también ha experimentado un gran cambio como consecuencia de la incorporación de la mujer en el mercado laboral y el cambio en la estructura productiva del país, a consecuencia de la modernización del sector primario, liberando mano de obra hacia el sector terciario.
“El sistema educativo español de hoy es el resultado de un conjunto transformaciones que han tenido lugar desde la transición a la democracia”, explican desde el CGE. Actualmente, España tiene un modelo descentralizado de gestión y administración del sistema educativo, que reparte las competencias educativas entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas. Con este modelo, el nivel educativo de la población ha crecido sustancialmente en las últimas décadas. La tasa de abandono escolar temprana rondaba en España el 70% en 1977 y, en dos décadas, se redujo hasta el 30%. En 2019 ha alcanzado su nivel más bajo de este siglo, un 17,3%, según datos del estudio.
El informe también destaca el desarrollo de otras áreas como, por ejemplo, el gasto sanitario, la universalización, la descentralización o la esperanza de vida. “Solo con el desarrollo de esos cuatro conceptos, bien se podría resumir la evolución del sistema sanitario español a lo largo del período indicado”, aseguran desde el CGE.
En lo referente al plano internacional, la integración de España en la Unión Europea ha sido reconocida internacionalmente, registrando, según el estudio, “un avance excepcional en el proceso de apertura económica (destacando el aumento de intercambios comerciales e inversión extranjera directa en España y viceversa), una modernización de la economía española, un beneficio para los ciudadanos en el campo social, cultural, de libertad, seguridad, etc.” Así, España ha pasado a desarrollar un papel activo en la construcción del proyecto europeo, impulsando iniciativas (el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia y el Proceso de Lisboa, por ejemplo), participando en misiones humanitarias y de mantenimiento de paz, apoyando a países candidatos o participando en numerosas organizaciones internacionales, entre otros.
“Para remontar la crisis que estamos viendo en estos momentos, se precisa, entre otras cuestiones, una estabilidad institucional, una gestión eficiente y la coordinación de las diferentes administraciones, todo ello en pos de alcanzar unos objetivos que han de estar muy bien definidos y ser homologables con los de los de los países de nuestro entorno, dado que vivimos en un mundo globalizado”, destaca Valentín Pich.
Asimismo, con la adhesión a la Unión Europea, España se ha convertido también en un país abierto, internacional, dinámico y avanzado y referente en sectores como el energético o el turismo, “cuya implicación en la Unión Europea y en el contexto mundial parece no tener límites, apoyando el proyecto europeo dentro de la concordia y la lealtad”, añaden desde el CGE.
No obstante, en el estudio se identifican también algunos ámbitos sobre los que cabe hacer importantes mejoras, entre ellos la innovación, la sostenibilidad y la digitalización, así como el aumento de la productividad de forma sostenida y el incremento del tamaño de las empresas para ganar competitividad.
“A la vista de lo expuesto queda patente que la enorme evolución conseguida en nuestro país no ha sido debida únicamente, como podría pensarse, al tiempo transcurrido y a la pobre situación de partida, sino sobre todo a un sólido marco institucional, a los acuerdos y políticas adoptadas en ese período y al papel desarrollado por la sociedad civil y el tejido productivo y social”, aseguran desde el CGE.
Es por ello que tanto el CGE como la Cámara de Comercio de España consideran que resulta necesario preservar este legado, cuyo modelo ha de servir de base para encarar la recuperación de nuestro país ante la crisis provocada por el COVID-19. “Ello nos ha mostrado que, siendo cierto que siempre quedan cosas por hacer y mejorar, en España se han hecho muchas cosas y muy bien hechas, por diferentes generaciones de españoles que han sido los protagonistas reales de uno de los períodos más importantes de la historia contemporánea de España”, subrayan los presidentes de ambas organizaciones, Valentín Pich y José Luis Bonet.
El objetivo del estudio, dirigido por los economistas Salvador Marín, presidente de la European Federation of Accountants and Auditors for SMEs y director de la Cátedra EC-CGE, y Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España, es identificar, mostrar y poner en valor la evolución económica, social e institucional de España en los últimos 45 años, a través de datos, series históricas, hechos y opiniones cualificadas. Además del análisis de los principales indicadores en el ámbito económico y social, el informe repasa la evolución de los principales sectores productivos en los últimos 45 años, a través de los testimonios de empresas destacadas en cada una de las áreas estudiadas.