La escasa inversión, tanto pública como privada, y la incertidumbre en las exportaciones debilitarán el ritmo de crecimiento de la economía española, aunque seguirá estando por encima del de sus vecinos europeos. Ésta es una de las conclusiones del Informe Económico y Financiero de Esade, elaborado con el apoyo de Banco Sabadell y dirigido por Toni Roldán, director de EsadeEcPol.
En concreto, el capítulo de coyuntura económica de este informe, a cargo del profesor de Esade Josep M. Comajuncosa y de Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow de EsadeEcPol, da por concluida la recuperación de España tras la pandemia y destaca la contención de la inflación y el crecimiento económico en 2023, mayor de lo esperado y superior al promedio de la zona euro. Un hito que atribuye al impulso del consumo privado -especialmente de bienes duraderos-, que no se ha visto afectado ni por la inflación ni por las subidas de tipos de interés, y las dinámicas positivas del mercado laboral, como la creación de empleo en sectores vinculados a la digitalización.
Sin embargo, y pese a que el pronóstico a corto es positivo, los autores del informe recuerdan que la inversión tanto privada -sobre todo, en construcción y bienes de equipo- como pública sigue siendo deficiente -especialmente por el bajo nivel de ejecución de los fondos Next Generation EU-, lo que puede reducir la competitividad y frenar el crecimiento potencial a largo plazo. Para evitarlo señalan la necesidad de llevar a cabo reformas más ambiciosas que las contempladas en el ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’ y, además de abogar por una cauta transición hacia la economía verde y una óptima gestión de los flujos migratorios, piden mayor inversión tanto en educación y en formación profesional, como en modernización de la Administración Pública.
Una economía global frágil
Los responsables del Informe Económico y Financiero de Esade afirman que la economía global también ha demostrado en 2023 una mayor resiliencia y un mejor control de la inflación de los esperados a priori, pero que sigue encontrándose aún por debajo de los niveles proyectados antes de pandemia con un comportamiento muy frágil. Por ello, para 2024 prevén un estancamiento en el crecimiento global entorno al 3% marcado por la divergencia entre las economías desarrolladas (1,5%), con bastantes dificultades para la financiación, y las emergentes y de bajos ingresos (4,1%),
Dentro de las economías desarrolladas, la de Estados Unidos reducirá este año su crecimiento hasta un 2,1% pero, gracias al impulso de la inversión pública de la Administración Biden y a una próxima bajada de tipos de interés de la FED, seguirá siendo mayor que en la zona euro, más próxima al conflicto con Ucrania y más dependiente del petróleo ruso. Ésta evolucionará a un ritmo algo superior al del año pasado, con un 0,9%, pero con la amenaza contractiva de las nuevas normas más fiscales para reducir las deudas públicas y también grandes diferencias entre países, como Alemania, Italia o Francia, que verán sus economías estancadas y otros, como Países Bajos e Irlanda, de los que se prevén mejores cifras que en 2023.
En el caso del Reino Unido, la previsión para 2024 es del 0,6%, al igual que en el de Suecia, aunque mientras que para el primero no supondrá variación, para la segunda este indicador supondrá el final de su recesión. Japón, por su parte, moderará su crecimiento a un 0,9%. Y en cuanto a las economías de Asia Pacífico, que lideraron el crecimiento global en 2023, los autores del informe prevén que se mantenga esta tendencia en 2024, especialmente en India, Indonesia, Filipinas, Malasia, y Tailandia. Sin embargo, afirman que China frenará su crecimiento al 4,6%, debido a los problemas en el sector inmobiliario y una reducción en la inversión que puede desembocar en una espiral deflacionaria.
Para Latinoamérica, se anticipa que mantenga un crecimiento limitado del 1,9%, derivado de políticas económicas contractivas, que han sido necesarias para controlar la inflación, y del descenso en los precios de las materias primas. En concreto, para Argentina y Chile anticipa unos crecimientos del 2,8% y del 1,6% respectivamente, mientras que para México y Brasil pronostica otros más moderados del 1,7% y del 2,7%.
Riesgos globales a la baja
Los riesgos a los que se enfrenta la economía global, incluida la española son a la baja. Entre ellos, el informe de Esade señala dos: el cambio climático y la extensión de los conflictos bélicos, que podrían elevar los precios de las materias primas y, con ello, frenar la actividad, aumentar la presión alcista en los precios y fragmentar la económica global. Así, y con una inflación al alza, los bancos centrales se verían forzados a mantener los tipos de interés, lo que volvería a ralentizar la actividad económica, frenar la inversión y aumentar la probabilidad de que las economías emergentes y en desarrollo presenten problemas de deuda.
La trigésimo cuarta edición del Informe Económico y Financiero de Esade, titulada “El Momento de la política fiscal”, y elaborada con el apoyo de Banco Sabadell, cuenta con la participación de Pablo de Ramón-Laca, director ejecutivo alterno por España en el FMI, autor del artículo “Recuperar espacio fiscal en las economías avanzadas”; Ángel Ubide, que firma “Política económica con alta volatilidad macroeconómica”, y Judith Arnal, investigadora sénior en CEPS y Real Instituto Elcano, con “Repensando el marco de gobernanza de la política fiscal de la UE”. El profesor de Economía de Esade Omar Rachedi cierra el apartado de debate con “El desafío de la dominancia fiscal en tiempos de alta inflación”.