Los primeros datos de 2021 indican que la economía mexicana registrará un superávit en 2021 y que el país está en fase de recuperación. Sin embargo, la inversión directa se está reduciendo, a tenor de los resultados de los primeros meses del año. Los analistas de BBVA México Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano publicaron sus perspectivas.
Después de haber registrado un déficit de 3.800 millones de dólares en 2019, la cuenta corriente se revirtió significativamente y mostró un superávit de 26.000 millones de dólares en 2020. En términos de PIB, el superávit de cuenta corriente se ubicó en 2.4%.
La información correspondiente al primer trimestre de 2021 indica que la cuenta corriente registró un déficit de 5.100 millones de dólares, cuya cifra anualizada equivaldría a 1.7% del PIB. Para 2021, BBVA prevé que la cuenta corriente muestre un superávit de aproximadamente 7.300 millones de dólares (0.6% del PIB).
Al analizar el comportamiento de la cuenta corriente correspondiente al primer trimestre de 2021, esta registró un déficit en contraste con el superávit observado en el cuarto trimestre de 2020. Ello se explica principalmente por el menor superávit en la balanza de mercancías no petroleras. Cuando se compara el comportamiento del déficit de cuenta corriente durante el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso del año previo, la disminución en dicho déficit por 2.400 millones de dólares se debe principalmente al menor déficit en la balanza del ingreso primario y, en menor medida, al mayor superávit en la balanza del ingreso secundario.
Al analizar el comportamiento de la cuenta corriente correspondiente al primer trimestre de 2021, esta registró un déficit en contraste con el superávit observado en el cuarto trimestre de 2020. Ello se explica principalmente por el menor superávit en la balanza de mercancías no petroleras. Cuando comparamos el comportamiento del déficit de cuenta corriente durante el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso del año previo, podemos notar que la disminución en dicho déficit por 2.400 millones de dólares se debe principalmente al menor déficit en la balanza del ingreso primario y, en menor medida, al mayor superávit en la balanza del ingreso secundario.
En relación con la Inversión Extranjera Directa Neta (IEDN), este indicador registró 10.468 millones de dólares en el primer trimestre de 2021 (dato preliminar) vs. 16.159 millones de dólares en el mismo trimestre del año previo (dato definitivo).
Es decir, la IEDN mostró una contracción anual de 35.2% al comparar esos datos; la cifra definitiva podría implicar una contracción menor o incluso un incremento. Al analizar la información histórica (a partir de 2006) de la IEDN correspondiente al primer trimestre, es importante mencionar que dicha contracción ha sido la segunda mayor registrada. La anterior mayor contracción para un primer trimestre del año ocurrió en 2009 cuando la IEDN mostró una variación anual de -77.0%.
Si bien la recuperación económica continuó en el primer trimestre del año, el menor déficit de cuenta corriente en el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso de 2020, así como la significativa contracción anual en la Inversión Extranjera Directa Neta son reflejo de cierta debilidad económica. Asimismo, la mayor incertidumbre asociada a las políticas públicas será un obstáculo para la recuperación de la IEDN a pesar del impulso que pudiera provenir del T-MEC y la potencial reconfiguración de las cadenas globales de valor.
Los analistas de BBVA México anuncian una previsión de un superávit de cuenta corriente de 0.6% del PIB para 2021 que sugiere que tendrá que pasar un año más antes de que esta vuelva a ser deficitaria. Para el mediano, el déficit de cuenta corriente podría estabilizarse en alrededor de 1,3% del PIB a medida que el mercado interno gradualmente recupere los niveles de actividad económica previos a la pandemia.
Este nivel de déficit no representaría un problema estructural para el financiamiento de la cuenta corriente. En un contexto de una política energética que ha estado atentando en contra de los principios de libre competencia y libre concurrencia, la recepción de flujos de inversión extranjera directa podría perder intensidad inclusive en otros sectores distintos al energético.
Considerando que la cuenta financiera es el espejo de la cuenta corriente, el superávit de la cuenta corriente de 2020 y los relativos menores déficits anticipados para los próximos años son también un reflejo del menor financiamiento externo que había comenzado a observarse desde hace algunos años y que se intensificó con la crisis económica derivada de la pandemia.