Las perspectivas económicas y de mercado para el primer trimestre del año elaboradas por BNY Mellon Investment Management apuntan a las divergencias internacionales como el escenario macroeconómico que con mayor probabilidad marcará el comportamiento de los mercados en 2024, a medida que el excepcionalismo estadounidense recupere fuerza frente a los persistentes retos a los que se enfrentarán Reino Unido y Europa.
El economista jefe Shamik Dhar, junto con el equipo de Economía Global y Análisis de Inversión (GEIA) que lidera, advierten de que las rentabilidades de los activos de riesgo podrían decepcionar en 2024 y que hay una elevada probabilidad de que la recesión que se temía, pero logró evitarse, en 2023 acabe haciéndose realidad este año.
Según los expertos de la firma, es difícil que Europa evite la recesión. Históricamente, acabar con una inflación de dos cifras casi siempre ha implicado una recesión. Sin embargo, el equipo GEIA cree que Estados Unidos tiene muchas más posibilidades que Europa de que las cosas sean diferentes esta vez.
En este sentido, la economía europea ha dado muestras más claras de estrés a consecuencia de los altos tipos de interés y, como subraya Dhar, cuando la inflación entra en el sistema, la psicología inflacionaria puede tardar mucho tiempo en desaparecer. Dhar sospecha que esta cuestión es más problemática en Reino Unido y Europa que en Estados Unidos porque, en esas regiones, los salarios resisten en términos reales: cuando la inflación aumenta, los trabajadores negocian subidas salariales y las empresas intentan proteger sus márgenes, creando una espiral inflacionaria.
Su segundo mensaje más relevante para el próximo año es que el excepcionalismo estadounidense recupera fuerza. Consideran que Estados Unidos se aleja cada vez más de Europa en lo que se refiere a las probabilidades de recesión y el equipo GEIA apunta que no podemos descartar por completo una desinflación inmaculada.
Aunque las perspectivas de Estados Unidos han mejorado por la caída de la inflación y el relajamiento del mercado laboral, el equipo considera que un entorno de tipos de interés restrictivos dificultará que se puedan justificar las elevadas valoraciones y las sólidas perspectivas de beneficios que plantea el consenso para 2024.
El equipo estima que, en 2024, los tipos de interés oficiales podrían caer más lentamente de lo que prevé el consenso, lo que podría hacer que los tipos de interés reales aumenten si la inflación cae con mayor rapidez, limitando la expansión de múltiplos.
Por último, el otro gran tema para los próximos meses será el debate en torno a los tipos de interés. A diferencia del Fondo Monetario Internacional y algunos bancos centrales, el equipo GEIA cree que los tipos de interés se situarán en un nivel más alto que el registrado entre 2008 y 2019, cuando los tipos de interés estaban prácticamente a cero. Según argumentan: “Varios factores reales, junto con la mayor presión inflacionaria subyacente, sugieren que los tipos de interés podrían situarse, de media, en el 4,5% o más durante la próxima década”.
En lo que se refiere a las perspectivas para la inversión, Shamik Dhar, economista jefe de BNY Mellon Investment Management, añade: “En 2024, será básico posicionarse para las divergencias. Los factores de lastre macroeconómicos de final de ciclo nos hacen mantener, en el mejor de los casos, un optimismo cauto en renta variable, aunque las divergencias entre regiones representan una oportunidad. Mantenemos una opinión neutra con respecto a los mercados emergentes y una clara preferencia por Estados Unidos y Japón frente a Europa en renta variable de mercados desarrollados”.
En renta fija, afirma que siguen pensando que los títulos de alta calidad ofrecen atractivos perfiles de rentabilidad-riesgo en este entorno. “Estamos sobreponderados tácticamente en renta fija soberana de mercados desarrollados. Como es probable que el ciclo de subidas haya finalizado en Europa y el crecimiento se vea cada vez más cuestionado, esperamos unas rentabilidades ajustadas al riesgo favorables en los próximos 12 meses. La posibilidad de que la inflación persista en Europa nos impide sobreponderar al máximo la región, pero mantenemos una modesta preferencia táctica frente a los treasuries estadounidenses, pese a la menor rentabilidad por rentas”.
Por último, señala que tienen un posicionamiento neutro en activos reales/alternativos, tras haber estado sobreponderados. “En este segmento, nos decantamos por activos menos sensibles al crecimiento o que se beneficien de un aumento del riesgo y de las sorpresas alcistas de inflación”, concluye Dhar.