En el último informe mensual de inversión de Credit Suisse, Björn Eberhardt, jefe del área de investigación global de macroeconomía, comenta sobre los nuevos indicios de una posible subida de tasas de la Reserva Federal en diciembre, que aumentará la divergencia entre la política monetaria de Estados Unidos y la de otros grandes bancos centralescomo el Banco de Japón y el Banco Central Europeo.
La Fed centrará el debate en la velocidad de las subidas
La Reserva Federal estadounidense (Fed) ha dado fuertes indicios de su intención de realizar una primera subida de las tasas de interés en diciembre. La solidez del mercado laboral estadounidense y la disminución de la incertidumbre política interna en relación con el techo de la deuda y los presupuestos deberían ofrecer un cómodo margen para que se tome esta decisión. Para que la Fed no suba las tasas en diciembre tendría que producirse un inesperado y sustancial empeoramiento de los datos económicos o del clima de los mercados financieros. Así pues, la cuestión principal pasará a ser el calendario de las siguientes subidas, es decir, el ritmo al que se desarrollará el ciclo de endurecimiento monetario. Desde Credit Suisse consideran que la Fed llevará a cabo al menos tres subidas de las tasas de interés a lo largo de 2016, un ritmo algo menor de lo que la propia Fed prevé, pero mayor de lo que esperan los mercados financieros. En la opinión de Credit Suisse, los mercados están infravalorando la solidez de la economía estadounidense y la posibilidad de que la inflación resurja con cierta rapidez hasta situarse, o incluso superar, el objetivo del 2%, mientras que es posible que la Fed esté siendo demasiado optimista en cuanto a los posibles efectos negativos de retroalimentación generados por la subida de las tasas y la consiguiente revalorización del dólar sobre los mercados emergentes.
El Banco de Japón a la expectativa; el BCE incrementa su estímulo
El probable movimiento que ejecutará la Fed aumentará la divergencia entre su política monetaria y la de otros grandes bancos centrales. El Banco de Japón podría verse así menos presionado para volver a flexibilizar su política monetaria, mientras que el Banco Central Europeo es probable que acentúe su contraposición a la política monetaria de Estados Unidos, pues estaría preparando un nuevo paquete de medidas de relajación monetaria, que podría anunciar el 3 de diciembre. Esto supondría una renovada presión a la baja sobre el cambio EUR/USD. Para el resto de bancos centrales de Europa, la política del Banco Central Europeo probablemente resulte más relevante que la subida de tasas de la Fed. La previsión de Credit Suisse es que el Banco Nacional de Suiza aborde las presiones de revalorización que sufrirá el CHF reduciendo su tasa negativa para los depósitos, de 0,25 puntos porcentuales a –1,00%. También esperan que se reduzca la banda objetivo para el Libor a tres meses desde su nivel de –1,25% a –0,25% hasta entre –1,50% y –0,50%. Si el BCE reduce las tasas oficiales el 3 de diciembre, lo más probable es que el BNS anuncie también la rebaja de sus tasas de interés en su reunión ordinaria del 10 de diciembre.
La estabilización del crecimiento en los mercados emergentes, afectada por la subida de la Fed
El año 2016 será decisivo para muchos mercados emergentes, puesto que el endurecimiento monetario de la Fed probablemente tendrá importantes implicaciones para los bancos centrales de los mercados emergentes: los posibles flujos de salida del capital asociados a la subida de tasas en EE.UU. podrían forzar a los bancos centrales de los mercados emergentes a endurecer sus políticas más de lo que habrían querido en otras circunstancias. En consecuencia, las ya de por sí escasas previsiones de crecimiento para muchos mercados emergentes correrían el riesgo de verse socavadas. Las previsiones de Credit Suisse para los mercados emergentes son bastante apagadas: esperamos una mayor estabilización de China, país para el que nuestras previsiones son más positivas que las de la mayoría; una continuidad de la transición de Rusia de la recesión al estancamiento; otro año de crecimiento económico negativo para Brasil; y un reforzamiento del ya sólido crecimiento de la India.