Según el último informe elaborado por Peder Beck-Friis, economista, y Richard Clarida, asesor económico global de PIMCO, la preocupación por el crecimiento de la deuda pública en los mercados desarrollados es limitada. Los expertos reconocen que es comprensible que las perspectivas fiscales a largo plazo en un contexto de deuda elevada y creciente generen inquietudes, pero no deberían generar alarmas.
Si bien la sostenibilidad de la deuda ha empeorado en medio de los altos tipos de interés y las secuelas de los estímulos de la era de la pandemia, desde PIMCO creen que esta sigue siendo sostenible en términos generales. «Un aspecto relevante del informe es que Estados Unidos, aunque se enfrenta a restricciones fiscales menos vinculantes, a largo plazo el país debe abordar la trayectoria de su deuda, por lo que el impulso para el cambio debería dar lugar a algunos ajustes en la política fiscal o de prestaciones sociales. Las condiciones monetarias restrictivas derivadas de la pandemia, no han desencadenado una inestabilidad financiera más amplia por lo que el informe concluye que la deuda corporativa general ha disminuido en los últimos años», explican en el documento.
Sin embargo, desde PIMCO demuestran que el sector público se ha llevado la peor parte de la tensión financiera posterior a la pandemia. En este sentido argumenta que en los mercados desarrollados, la sostenibilidad de la deuda pública ha empeorado en tres áreas clave que son, en primer lugar, el aumento del stock de la deuda pública como consecuencia de los grandes paquetes de estímulo desde 2020. Si bien la inflación ha erosionado parte de este aumento, la deuda pública como proporción del PIB en los países avanzados se mantiene cerca de máximos históricos, sostiene el informe.
En segundo lugar, el informe señala que el flujo de endeudamiento público sigue siendo elevado. «Los déficits primarios (ajustados por los costos de intereses) en los países avanzados siguen siendo más altos que los niveles anteriores a la pandemia y, por último, las tasas de interés se han disparado, agravando el costo del servicio de los déficits. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de la historia, según el informe, las tasas de interés pueden superar pronto el crecimiento del PIB en muchos países, un umbral por encima del cual la dinámica de la deuda tiende a ser menos estable», explican los expertos de PIMCO.
En muchos países desarrollados, la sostenibilidad de la deuda no es motivo de preocupación, según el informe. El panorama es más precario en países con mayor deuda, como Francia, España, Italia, Reino Unido y Japón, según el informe. Esto significa que es probable que estos países tengan una capacidad fiscal limitada para hacer frente a futuras desaceleraciones, según PIMCO, y un alto nivel inicial de deuda aumenta la vulnerabilidad a nuevos shocks. Y si estos países continúan luchando con un bajo crecimiento a largo plazo, entonces sus perspectivas fiscales podrían empeorar. A pesar de esto, el informe establece que la dinámica fiscal de estos países sigue pareciendo sostenible en términos generales ya que, cabe destacar, la mayoría de estos países tienen previsto apretarse el cinturón fiscal.
El caso atípico entre las economías desarrolladas es Estados Unidos, según el informe, donde la deuda tiene una tendencia de fuerte aumento. A primera vista, la dinámica parece preocupante. El stock de deuda en relación con el PIB es comparable al de muchos otros países avanzados, incluso inferior al de algunos.
Estados Unidos celebra sus elecciones presidenciales el próximo 5 de noviembre, lo que supone un período de cierta incertidumbre a medio plazo, según el informe, ya que es difícil prever las políticas fiscales y sus consecuencias en la economía norteamericana. Muchas de las políticas de Estados Unidos en materia de inmigración, comercio y regulación dependerán de las elecciones, aunque independientemente del resultado, es probable que, según el informe, el déficit se mantenga prácticamente sin cambios en los próximos años, e incluso aumente un poco si los recortes fiscales de Trump se extienden a fines de 2025.
En consecuencia, según el informe, la relación entre la deuda pública y el PIB de Estados Unidos está a punto de aumentar bruscamente, mucho más que en otros países.
Sin embargo, una mirada más profunda del informe a la situación fiscal de Estados Unidos revela un panorama menos sombrío: «Es cierto que la deuda en relación con el PIB ha aumentado en la última década. Pero en relación con la riqueza nacional neta, el informe demuestra que la deuda pública en realidad ha caído. El crecimiento del stock de capital de la economía ha superado al endeudamiento público desde 2011».
Además, según el informe, Estados Unidos también enfrenta restricciones fiscales menos vinculantes que otros países y la carga tributaria del país, alrededor del 30% del PIB, es baja en comparación con otros países y con su propia historia.
Por lo tanto, es probable que los inversores otorguen más credibilidad fiscal a Estados Unidos que a otros países, según el informe. Todo esto se traduce en que, según PIMCO, el déficit sigue siendo elevado, la deuda sigue aumentando y la demanda de bonos del Tesoro de EE.UU. sigue siendo sólida, en parte debido a la condición del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.
Por último, si los tipos de interés neutrales se mantienen bajos, esto podría mejorar las perspectivas fiscales de EE.UU. hasta cierto punto, incluso en medio de primas a plazo modestamente más altas. La solución más probable a largo plazo es, según PIMCO, alguna forma de consolidación de la deuda a través de reformas del gasto en prestaciones sociales o impuestos más altos. Si bien eso parece poco probable ahora, las actitudes pueden cambiar con el tiempo.
«El escenario base para la economía estadounidense es una senda de statu quo de aumento de la deuda que conduce finalmente a un giro hacia cierto grado de restricción fiscal, según el informe, aunque también consideran algunos escenarios de riesgo poco probables para ellos. En primer lugar, el caso más perturbador: una pérdida repentina y desordenada de credibilidad fiscal, con la demanda de bonos del Tesoro de EE.UU. agotándose y la prima por plazo aumentando bruscamente», apuntan y matizan que este escenario es altamente improbable para PIMCO.
En segundo lugar, un escenario de dominancia fiscal: las autoridades recurren a una inflación elevada para erosionar el valor nominal del saldo de la deuda. Esto también es poco probable. Y, según la gestora, en tercer lugar, una perspectiva más benigna: la senda de la deuda de Estados Unidos mejora gracias a un crecimiento notablemente mayor de la actividad real. Esto también es poco probable.
Conclusiones
En un contexto de elevada deuda y déficits, desde PIMCO, esperan una mayor volatilidad de los mercados en el futuro, a medida que los mercados financieros se se vuelven más sensibles a las perturbaciones fiscales y políticas. «Un espacio fiscal más limitado tenderá a limitar las políticas fiscales en futuras recesiones. Junto con la fatiga de la QE, se esperan políticas que contengan menos la volatilidad en los próximos años, lo que se suma a unas perspectivas macroeconómicas más volátiles», indica el informe.
Desde PIMCO esperan que los tipos de interés de los mercados desarrollados bajen en el horizonte secular. «Esto se debe, en parte, a que es probable que la política fiscal siga siendo restrictiva. La dinámica fiscal variable entre los países también crea oportunidades de valor relativo en la duración global. Los mercados de renta fija están preparados para generar rentabilidades competitivas y un menor riesgo en comparación con otras clases de activos», concluyen.