El crecimiento económico en los mercados emergentes ha estado desacelerándose, pero la deuda empresarial, en comparación con otros activos emergentes, se ha mostrado resistente y seguirá siéndolo en 2015. Ya superó la venta masiva que siguió al anuncio de la Reserva Federal de sus planes para retirar el estímulo monetario en mayo de 2013, el primer impago de deuda onshore en China, el incumplimiento de deuda de Argentina, las dificultades económicas en Venezuela, el conflicto entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Oriente Medio, además de las elecciones en Brasil y Turquía, Indonesia e India y las salidas de capitales de la deuda de alta rentabilidad de EE.UU.
Para Alain Nsiona Defise, gestor de Pictet Short Term Emerging Corporate Bonds y Pictet Emerging Corporate Bonds, una de las razones de esta resistencia es que alrededor de dos tercios de estos activos está en manos de inversores institucionales, que tienden a comprar y mantener, independientemente de los cambios de sentimientoa corto plazo. Es el caso de los institucionales locales de Medio Oriente y Asia, que apoyan a sus regiones y proporcionan estabilidad. De hecho, sus fondos de pensiones necesitan ingresos estables y diversificacióny la deuda empresarial de los mercados emergentes añade además calificación crediticia de grado de inversión -70% del mercado, frente a un tercio hace un decenio-.
Es más, las valoraciones siguen atractivas, con diferenciales de rentabilidad a vencimiento que casi duplican los de la deuda de calificaciones similares del mundo desarrollado. De hecho, aun en condiciones económicas flojas, si el crecimiento sigue moderado y los tipos de interés bajos, el atractivo debe continuar intacto, dice el gestor.
Por otra parte, a medida que la economía de EE.UU. se ha ido recuperando y la Reserva Federal ha puesto fin a su programa de relajación cuantitativa, hemos asistido a un rally del dólar. Ello influye en los activos de mercados emergentes. En concreto las monedas de Sudáfrica, Turquía, Indonesia y Brasil son más vulnerables, aunque las de Hong Kong y países del Golfo-con tipos de cambio fijo- y países con grandes superávits por cuenta corriente, pueden resistir.
De todas formas la subida del dólar no es necesariamente negativa para las empresas en que invierten, explica, que incluye muchos exportadores, cuyos ingresos se generan principalmente en dólares pero sus costes en moneda local. Es el caso de las mineras –Brasil y Rusia– y las productoras de azúcar brasileñas. Sin embargo las industrias de medios de comunicación y telecomunicaciones generan ingresos sobre todo en moneda local y sus balances pueden verse sometidos a presión.
Además, aunque las emisiones de deuda de las empresas de emergentes hayan aumentado considerablemente con la disminución de los costes de financiación, sobre todo en Asia, los niveles de endeudamiento sobre su deuda total y recursos propios han seguido bastante moderados en términos absolutos y en relación con sus homólogas del mundo desarrollado, dice. “El ratio de apalancamiento bruto más elevado se da en Latinoamérica (tres veces), seguido de Asia (2,8 veces) y Europa emergente y Oriente Medio y África (1,6 veces) y sin incluir a los emisores cuasi soberanos las credenciales crediticias son aún más fuertes”. Además, los márgenes de beneficio de explotación son sólo algo inferiores al máximo histórico del 20% y la cobertura de intereses suficiente. De manera que el perfil crediticio debe permanecer estable. Incluso en calificaciones de alta rentabilidad el ratio de impago, estimado por JPMorgan, es del 2,7% para 2014, inferior al 3,3% de 2013.
¿Y ahora qué?
Ahora EE.UU. retira estímulos monetarios mientras otros bancos centrales de los mercados desarrollados hacen lo contrario. “Esta divergencia probablemente genere volatilidad los próximos trimestres. De hecho el aumento de tipos de interés pueden encarecer la refinanciación y en algunos casos elevar el riesgo de impago, pero la deuda de alta rentabilidad es una parte relativamente pequeña de este universo de inversión”, dice el gestor.
Además, aunque los tipos de interés domésticos en algunos emergentes aumenten, no debe tener un efecto importante, pues la deuda empresarial de estos mercados en general está denominada en dólares. De todas formas algunos sectores pueden verse afectados, en particular el financiero e inmobiliario. “Sin embargo vemos oportunidades en industrias, transportes y finanzas en Asia –especialmente China, Indonesia e India-. A ello se añade que en Oriente Medio hay crédito fuerte salpicado de forma injustificable por las turbulencias políticas de la región y hemos incrementado esta exposición. También sobreponderamos México, aunque hemos reducido exposición a Brasil y a los nombres más negativamente afectados por la caída de los precios del petróleo. En Turquía hemos llegado a sobreponderar valores financieros seleccionados”, resume.
Para 2015 el gestor espera que continúe la diferenciación por países y empresas que ha caracterizado 2014, teniendo en cuenta las diferentes condiciones macroeconómicas y financieras. Persistirán las discrepancias de valoración y la selección seguirá siendo clave.