Según el último Henderson Global Dividend Index, los dividendos mundiales aumentaron un 2,2% hasta los 218.400 millones de dólares en el primer trimestre de 2016, lo que refleja un incremento interanual de 4.700 millones de dólares. Este resultado ha situado el HGDI en 158,8, su nivel más alto en un año. Japón, Norteamérica y Europa ocuparon las primeras posiciones, mientras que Reino Unido, Asia y los mercados emergentes quedaron rezagados. Los tipos de cambio se han mostrado mucho más estables en los últimos tiempos, por lo que han tenido un efecto muy inferior a la hora de convertir los dividendos mundiales a dólares estadounidenses. En tasa subyacente, ajustada por las fluctuaciones de los tipos de cambio, los efectos temporales, los dividendos extraordinarios y las variaciones en el índice, el crecimiento de los repartos fue del 3,1%.
En 2015, el dólar protagonizó una marcada apreciación frente a prácticamente todas las monedas, lo que deslució el crecimiento de los dividendos en todo el mundo. En el primer trimestre de 2016, aunque el billete verde seguía siendo más fuerte en muchos casos que hace un año, el efecto de las fluctuaciones de los tipos de cambio ha sido el menor en casi dos años. Los dividendos extraordinarios prácticamente se duplicaron con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que elevó la tasa de crecimiento general casi cuatro puntos porcentuales; a este respecto, destacaron los cuantiosos pagos que se realizaron en EE. UU. y Hong Kong.
Europa empezó el año con muy buen pie, anotándose un crecimiento general de los dividendos del 10,8%. Corrigiendo el efecto positivo de unos dividendos extraordinarios más elevados —el mayor de los cuales fue el abonado por Vivendi en Francia— y algunos importantes efectos temporales, el crecimiento subyacente fue del 3,6%. Los patrones estacionales europeos hacen que más de un tercio de los dividendos del primer trimestre proceda de las farmacéuticas suizas Novartis y Roche. Estas dos empresas aumentaron sus pagos ligeramente, pero en general los dividendos suizos descendieron un 3,4% (en tasa general) hasta 13.900 millones de dólares debido a las leves caídas del franco suizo y al dividendo extraordinario que abonó Schindler en el primer trimestre del año pasado. En tasa subyacente, los dividendos suizos prácticamente no variaron y descendieron apenas un 0,1%. Los dividendos de Alemania, Francia, España y Suecia se situaron en todos los casos entre 4.000 y 5.000 millones de dólares.
Los dividendos alemanes crecieron un 3% en tasa general, lo que equivale a un 7,5% teniendo en cuenta las fluctuaciones de los tipos de cambio. Todas las empresas alemanas aumentaron sus dividendos, entre ellas la que más paga, Siemens, que incrementó sus pagos en euros un 6,1% interanual. En Francia, el crecimiento general del 51,3% se vio distorsionado por el pago extraordinario de 1.500 millones de dólares de Vivendi, pero el crecimiento subyacente del 5,3% señala una mejora frente a 2015 y todas las empresas francesas mantuvieron o aumentaron su remuneración en euros. El crecimiento de los dividendos del 5,1% en España se tradujo en el único descenso importante de Europa en tasa subyacente, un -5,6%, debido al fuerte recorte aplicado por Banco Santander, la empresa que más beneficios reparte en el país. En el resto de Europa, el aumento de la remuneración al accionista de Unilever y Solvay garantizaron el crecimiento de los repartos en Holanda y Bélgica.
Japón, Reino Unido y Australia
A escala mundial, Japón se sitúa en cabeza, con un acelerado crecimiento subyacente del 10,5% que ya no se ve empañado por la debilidad del yen. De hecho, la divisa nipona se ha apreciado y ha impulsado el crecimiento general de las distribuciones hasta el 21,1%. En Norteamérica, tanto Canadá como Estados Unidos arrojaron un crecimiento subyacente similar en lo que a dividendos respecta, del 6,3% y el 6,7% respectivamente. Todos los sectores registraron alzas, salvo el de las empresas vinculadas a las materias primas.
Entre las regiones con peor evolución, en Reino Unido los dividendos cayeron un 5% interanual en tasa general (0,7% en base subyacente) y se muestran orientados a la baja para el ejercicio completo, dado que las multinacionales mineras cotizadas en este país han recortado sus repartos en miles de millones de dólares, al igual que unos cuantos gigantes bancarios y de ingeniería.
Australia sigue los mismos derroteros que Reino Unido. Su divisa se ha depreciado frente al dólar estadounidense y también cuenta con grandes compañías de recursos que cotizan en sus mercados de valores. En el primer trimestre, los dividendos australianos cayeron un 29,7% interanual en tasa subyacente. Henderson prevé que los recortes en la remuneración al accionista de firmas petroleras y mineras resten un 12% a las distribuciones australianas este año. Los mercados emergentes tampoco vivieron su mejor momento en lo que a repartos se refiere y, aunque el primer trimestre no es muy relevante en este sentido, el marcado crecimiento de India no bastó para compensar los importantes recortes de dividendos en Brasil. Los dividendos de los mercados emergentes cayeron un 16,9% en tasa subyacente.
Henderson prevé que los dividendos mundiales aumenten un 3,9% hasta 1,18 billones de dólares este año, ligeramente por encima de los 1,14 billones pronosticados en enero por el HGDI, gracias al efecto de un dólar ligeramente más débil. Esto equivale a un incremento del 3,3% en tasa subyacente, lo que no supone variaciones con respecto a nuestra previsión de enero.
Alex Crooke, director del equipo de Global Equity Income de Henderson Global Investors, comentó:
«El primer trimestre es poco relevante en cuanto al reparto de dividendos en Europa, si bien ha mostrado indicios esperanzadores de cara al segundo trimestre, que sí resulta crucial puesto que es el periodo en el que las empresas europeas abonan la mayoría de sus dividendos anuales. Durante los últimos seis años, el crecimiento de los dividendos en Europa ha quedado muy rezagado frente a las demás regiones del mundo, dado que los efectos prolongados de la crisis financiera mundial y la dilatada crisis del euro posterior pusieron muchas trabas al crecimiento de las empresas. El panorama empezó a mejorar de manera notable en 2015 y confiamos en que seguirá progresando a lo largo de 2016.
Aplicar un enfoque mundial ayudó a los inversores europeos a seguir beneficiándose de un crecimiento acelerado de los dividendos mientras sus respectivos países estaban sumidos en el estancamiento. Este enfoque diversifica los riesgos, no sólo desde un punto de vista geográfico sino también sectorial.
De cara al resto del año, esperamos que el crecimiento de los dividendos mundiales sea ligeramente inferior en 2016 de lo que lo fue en 2015: los sólidos aumentos en los repartos de Japón, Norteamérica y Europa se verán parcialmente empañados por la debilidad de los de Reino Unido, Australia y el universo emergente».