La curva S, que muestra la trayectoria de crecimiento de una empresa que crea un nuevo producto o incluso una nueva industria puede ser un aliado o un enemigo para los inversores. Encontrar una compañía colocada en el extremo frontal de la curva S, a menudo significa que el inversor podrá tener las acciones durante todo el período de crecimiento explosivo. Invertir en la parte superior de la curva S, significa que perder gran parte del crecimiento.
“Es en ese momento -cuando ya han dejado atrás la mayor parte de su crecimiento- cuando muchas empresas deciden salir a cotizar en los índices bursátiles más grandes. Los gestores activos con más experiencia tratan de encontrar estas empresas mucho antes en la curva, con la mirada puesta en aprovechar la mayor parte del potencial de crecimiento”, explica Rob Almeida, MFS institucional portfolio manager.
Un ejemplo de esto, dice el gestor de MFS, fue la adopción de los ordenadores personales en los años 1980 y 1990, cuando el arranque de esta industria fue lento y los ordenadores eran caros y engorrosos. Pero una vez que se empezaron a ser más fáciles de usar, a principios de 1990, y comenzaban a realizar múltiples tareas, los precios cayeron con fuerza y pronto empezaron a verse en prácticamente todos los de escritorios de las grandes corporaciones. Los precios al por menor cayeron aún más, colocando el PC al alcance del usuario doméstico.
La introducción del navegador web a mediados de los años 90, desató de repente una fuerte demanda de ordenadores, software y productos relacionados que culminaron con la burbuja de las puntocom, que estalló tan memorablemente en la primavera de 2000. Con el tiempo, el mercado de los ordenadores personales maduró y se saturó. Se convirtieron en un producto básico de bajo margen, con poca diferencia entre una marca u otra.
“Los ordenadores personales generaron una industria que ha tenido un impacto sin precedentes en muchos aspectos de la sociedad, incluyendo la forma de trabajar, aprender y consumir contenido. Las repercusiones de la revolución del PC aún se dejan sentir, incluso aunque los propios dispositivos siguen evolucionado”, recuerda Almeida.
En escenarios de disrupción creativa, la oportunidad de inversión para los managerscualificadosproviene de:
- La comprensión de cuando una compañía está en su trayectoria de crecimiento junto con principales motores del crecimiento en una industria determinada
- La capacidad de reevaluar un mercado maduro. ¿Estamos en la adopción temprana o fase de la infancia, donde hay un gran potencial, pero se necesita paciencia? ¿Estamos en la fase de expansión, donde el crecimiento se acelera casi verticalmente? O en la fase de madurez, donde los competidores inundan el mercado, el producto se convierte en algo básico de consumo masivo y los márgenes se reducen?
“Como ha demostrado la historia, estos ciclos se repiten. En los últimos años el teléfono inteligente ha desplazado a los ordenadores personales. En lugar de almacenar los datos en disquetes, ahora almacenamos en la nube. En lugar de consumir contenidos de entretenimiento en el televisor de casa, cada vez consumimos más en un dispositivo móvil. La disrupción creativa es un proceso sin fin y crea oportunidades y riesgos a cada momento. Tener una plataforma de análisis integrada ayuda a los gestores cualificados a identificar las oportunidades y los riesgos y a adoptar medias en consecuencia”, explica.
Para Almeida, el mercado es una máquina de descontar toda la información disponible. “Lo que hacemos como gestores es tratar de determinar lo que el mercado ha descontado y si es correcto. Nuestro objetivo es reconocer una tendencia o un activo infravalorado y su ponderación de riesgo. Contar con distintos puntos de vista de todas la personas que forman parte de una firma, en cuanto a la exploración de oportunidades, tanto desde el punto de vista fundamental como cuantitativo, en distintas geografías y de los diferentes sectores, juega un papel importante en la toma de mejores decisiones de inversión y en la llegada de buenos resultados”, afirma en su último artículo en el blog de MFS.
“Una cultura de colaboración y una plataforma de análisis integrada pueden ayudar a los managers a entender el efecto dominó que crean las nuevas tecnologías disruptivas. Los equipos más talentosos y los analistas están en mejor posición para pensar en las ramificaciones a escala global que quienes se centran estrictamente en la tecnología o el producto en sí mismo”, concluye.