La Reserva Federal anunció el lunes que comenzará a comprar bonos corporativos individuales. La medida se produce casi tres meses después de la primera presentación del servicio de Crédito Corporativo del Mercado Secundario y un mes después de que comenzó a comprar ETFs de crédito corporativo a través del programa. El banco central «creará una cartera de bonos corporativos basada en un índice de mercado amplio y diversificado de bonos corporativos estadounidenses», según su comunicado de prensa.
El anuncio de la Fed a fines de marzo de su movimiento hacia la compra de bonos corporativos estableció un piso para los activos de riesgo y según analistas, ayudó a las valoraciones a recuperarse de sus mínimos inducidos por la pandemia, pero aún hay riesgos importantes.
Adam Vettese, analista de eToro, menciona que “los inversores se han visto animados por los movimientos de la Reserva Federal, quien dijo que está expandiendo su programa de compra de bonos para incluir la deuda de empresas individuales. Hasta ahora, el banco central sólo había estado comprando ETFs para inyectar dinero en los mercados de bonos corporativos. El nuevo programa permitirá a la Reserva Federal comprar hasta 750.000 millones de dólares en deuda corporativa, y fue anunciado inicialmente en marzo. Bajo el programa, que comienza hoy, la Fed comprará bonos individuales de grado de inversión en el mercado secundario con vencimientos de cinco años o menos. El banco central también tiene un servicio de crédito primario que se centrará en la compra de bonos de grado de inversión directamente de las empresas, que todavía no está en funcionamiento. La compra de bonos, que ayuda a que los mercados funcionen sin problemas y proporciona a las empresas acceso al capital, es una de las diversas medidas que la Fed está adoptando para hacer frente al daño económico causado por la pandemia”.
Intercam señaló que «estos bonos deben cumplir con una serie de criterios especiales como el plazo, tendrán que ser bonos con vencimiento máximo a 5 años, tendrán que ser bonos nacionales y radicados en territorio norteamericano y con grado de inversión entre otras características», así como que el anunció afectó al dólar, pero que esperan se estabilice en el corto plazo.
Monex Europe, compartió esa perspectiva: «El dólar cerró la semana pasada con un impulso postrero, pero ayer volvió a mostrarse a la defensiva al publicarse informes sobre una nueva propuesta de estímulos de la administración de Trump y al incrementarse el número de casos de coronavirus en todo el mundo. En general, el dólar ha estado cotizando con una correlación negativa con respecto al apetito por el riesgo y a los mercados bursátiles estadounidenses, sobre todo ayer, con un movimiento definitorio del billete verde a la baja al repuntar las acciones estadounidenses tras el anuncio de la Reserva Federal de que empezaría a adquirir deuda corporativa. La Fed anunció su intención de comprar bonos corporativos hace ya casi tres meses, de forma que el anuncio de ayer hacía referencia únicamente a la fecha de inicio de este plan».
Por su parte, los analistas de Bx+ comentaron que «el mercado accionario estadounidenses finalizó la jornada al alza, derivado del anuncio de la FED respecto a nuevas medidas para estimular la economía, esto alentó a los inversionistas a pesar de que la reapertura ha traído un rebrote en contagios de COVID-19″.
Según los analistas de Invex, «en el caso de los estímulos la FED dejó clara su postura. Ante un panorama que visualiza de continua debilidad, mantendrá los estímulos el tiempo que sea necesario y, como lo demostró el día de ayer, está dispuesta a aumentarlos. De sobra esta indicar que está sola acción provocó un nuevo resultado positivo en los mercados, en especial de capitales».
No obstante, desde su punto de vista, «los inversionistas volvieron a mostrar una actitud de mayor aversión al riesgo, al observarse un repunte en los casos de contagio del COVID 19 en muchas ciudades de los Estados Unidos, así como de Pekín en China. Sin embargo, el Secretario del Tesoro Norteamericano declaró que, de darse una segunda ola de contagios, no se cerraría de nuevo a la economía norteamericana, ya que los efectos para el consumidor y las empresas serían mucho más perniciosos de lo que ya han sido».
Desde Invex anticipan que «se avecina el fin de muchos programas fiscales de ayuda temporal para consumidores, desempleados y pequeñas empresas; los cuales seguramente se tendrán que renovar en una segunda ronda de estímulos que tendrá que ser aprobada por el Congreso durante el verano».
Por su parte, Axel Botte, de Ostrum AM (Natixis IM), mencionó que hay desafíos “sin precedentes” a los que se enfrenta el banco central de EE.UU.: “El problema es que el balance de la Reserva Federal está ya en 7,2 billones y el banco central no tendrá más remedio que financiar el próximo paquete de estímulo fuera de Washington. Por lo tanto, la política de control de la curva de rendimiento (es decir, el objetivo de rendimiento) puede que no se aplique mientras persista la incertidumbre sobre las futuras necesidades de préstamos del Gobierno Federal. Por otra parte, la demanda extranjera de bonos del Tesoro de EE.UU. ha disminuido desde comienzos de año. Países productores de petróleo y últimamente las instituciones japonesas han vendido masivamente bonos del Tesoro de EE.UU. a lo largo de 2020. Por lo tanto, mantener los tipos a largo plazo bajo control todavía requerirá que la Fed intervenga, tanto más que el Tesoro ha aumentado significativamente los préstamos a largo plazo”.