Son tiempos complejos pero estimulantes, tiempos para aprovechar las oportunidades que surgen y, mediante el trabajo conjunto, tratar de mejorar el entorno del mercado de valores. Para Rodrigo Buenaventura, presidente la CNMV, “se nos presenta la oportunidad de construir una economía más resiliente, bajo criterios sostenibles y con un mercado más sólido y profundo que será un componente esencial en la cofinanciación de ese gran esfuerzo que hay que hacer en la economía española”. Para esa transformación económica, se necesitan 30.000 millones al año de inversión, algo que solo será factible combinando iniciativas públicas y privadas.
En este contexto, la CNMV resaltó el papel de los mercados de valores para financiar de forma privada esta transformación económica, en sus diferentes vertientes, bursátil, de deuda y capital privado, explicó Buenaventura en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, con el patrocinio del BBVA y el título ‘La economía de la pandemia’. Y también habló de retos que se presentan como un número creciente de fraudes en un entorno más digital.
El riesgo de fraudes
En la pandemia hemos tenido un escenario económico deprimido, una incertidumbre obvia sobre el futuro, un incremento del ahorro familiar, una limitada movilidad, un desarrollo de fuentes de información cada vez más rápidas e inmediatas, un desarrollo tecnológico que facilita la recepción de ofertas de inversión por los ciudadanos que, en un entorno de tipos bajos y con el miedo de los inversores de perderse algo, ha generado un incremento de las ofertas de servicios de inversión no reguladas e incluso episodios de fraude financiero o estafas. “Hemos detectado en la CNMV en los últimos meses un pico en las consultas y reclamaciones sobre este tipo de conductas y creemos que existe un caldo de cultivo que puede acelerar estos comportamientos, con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos, pero también de descrédito sobre el sector de servicios financieros”, advirtió Buenaventura.
“Tenemos ya varios casos en los tribunales, con daños reclamados de 800 millones de euros y, dado el riesgo real de que la situación se incremente, debemos responder para mejorar la protección de los inversores en este ecosistema cada vez más digital”, dijo.
Hasta ahora la CNMV, cuando detecta estas actividades, ha hecho tres cosas: advertir, educar (con programas de educación financiera) y cooperar con las fuerzas y cuerpos de seguridad y el sistema judicial. Pero quiere hacer dos cosas más: evolucionar, mejorar el modo en que hacen lo anterior, y además plantear actuaciones conjuntas con otras entidades públicas y privadas en esta materia. En este sentido, el presidente habló de un esfuerzo coordinado con los mecanismos legales que ya se tienen para mejorar la persecución de estas conductas. “El elemento más importante será el elemento divulgativo y educativo, de forma potenciada de forma conjunta con supervisores, sociedad civil y entidades reguladas”. Habló de mecanismos para educar, y también de detectar el fraude financiero antes de que adquiera una gran dimensión, y mejorar las propias herramientas que la CNMV ya tiene en materia de advertencias y difusión de mensajes hacia la sociedad en su conjunto, y con la colaboración de entidades reguladas, como bancos o cajas, para facilitar la autodetección de estas conductas.
Criptoactivos
Como ejemplos de esos fraudes, puso como ejemplo personas haciéndose pasar por la CNMV para pedirles las claves bancarias y solucionarles problemas, o entidades falsas. Pero también en muchos casos son ofertas de inversión vinculadas al activo del momento, que ahora son los criptoactivos, pero no hay que caer en el equívoco de asociar criptoactivo y fraude. “Estamos viendo inversiones totalmente lícitas que no generan preocupación”, destacó Buenaventura, si bien reconoció que sí están detectando problemas ligadas a estos activos.
“Desde la CNMV hemos mantenido un tono de alerta sobre la inversión en criptoactivos y hemos emitido un par de comunicados señalando los riesgos que tienen los criptoactivos como objetivo de inversión. Son un producto no regulado y no supervisado de momento hasta que entre en vigor el reglamento MICA de la UE y como tal los mecanismos de formación de precios no están sujetos a las normas en contra del abuso de mercado, por ejemplo, a diferencia de los activos financieros sí sujetos». Los criptoactivos además tienen riesgos de custodia y depósito importantes, riesgos suficientes para que la CNMV alerte de los mismos. «Hay un aspecto concreto, sobre la publicidad de las ofertas cuando se ofrecen como inversión: en ese ámbito sí tenemos una habilitación explícita normativa para desarrollar una circular que regule su publicidad cuando se ofrecen como inversión y estamos en proceso de consulta pública hasta finales de agosto”, recordó Buenaventura.
“En ocasiones esas ofertas se producen no estando acompañadas de advertencias sobre los riesgos que conllevan, porque no están regulados, y deben introducirse advertencias estandarizadas sobre riesgos, que la información sea clara y no engañosa, de forma que quien decida comprar criptomonedas lo haga con todo el conocimiento”, dijo. “Esperamos que esto aborde una parte del problema en espera del marco normativo MICA de la UE”, añadió.
Financiar la transformación económica
Además de las bolsas y la deuda, el presidente destacó el papel del capital riesgo en la economía, que en los últimos años ha aportado 5.700-6.000 millones de euros anuales, lo que supone un 5% de lo aportado por la bolsa a las cotizadas españolas. Ello supone que en cinco años, ha aportado 28.800 millones, frente a los 64.000 del mercado bursátil.
Pero para lograr esos 30.000 millones al año, aplicando una ratio de apalancamiento medio y teniendo en cuenta esa proporción entre capital riesgo y bolsa, el mercado bursátil deberá aportar cada año de los próximos nueve 10.000 millones de euros extra de financiación de las empresas cotizadas. “Hablamos de una aceleración muy significativa de la actividad en el mercado bursátil si queremos sostener y permitir ese esfuerzo de inversión y transformación de la economía española, es decir, hemos de acelerar en un 40% la captación de capital en bolsa para dar financiación a ese volumen de inversión y para ello hay que potenciar el mercado de valores”, destacó Buenaventura.
“Necesitamos más compañías cotizadas y más empresas pequeñas y medianas, y que coticen en España, no en Ámsterdam o en Nueva York, porque con el Brexit hemos aprendido la relevancia de tener un mercado activo y pujante en una plaza financiera propia para sostener una economía de gran relevancia como es la española. Por eso hemos de pensar en actuaciones para potenciar la actividad del mercado bursátil para sostener esa necesidad social de captar financiación vía recursos propios de la economía española”, añadió.
El papel institucional
En cuanto a la oferta de fondos, el presidente hizo una reflexión sobre el papel del mercado institucional, de fondos de inversión, aseguradoras, pensiones… “En el mercado europeo el peso de la inversión institucional alcanza el 70% del PIB en saldo, frente al 280% del PIB de la economía estadounidense. Esa fractura o división explica en gran parte por qué el mercado financiero estadounidense ha sido más exitoso a la hora de permitir la inyección de recursos para acelerar las recuperaciones económicas respecto a la economía europea”, indicó.
Sobre otra reflexión, la de repensar el papel del inversor minorista, Buenaventura defendió un mayor acceso a los mercados de valores, en contraposición a su inversión más tradicional, en inmobiliario o depósitos, que tiene ventajas pero también inconvenientes a medio plazo en términos de renta disponible de cara a la jubilación y maxificación de rentabilidad de las inversiones. “Esa conexión entre inversión minorista y mercados más activos debe estructurarse a través de la inversión colectiva como forma de diversificar”, defendió.
“Nos iría mejor si la inversión particular y la institucional mirasen más a los mercados de valores. También a las empresas les iría bien una demanda fuerte de fondos para financiar el volumen extra de inversión que han de hacer”, destacó.
La construcción europea
Esos puntos son la esencia de un debate: la iniciativa de unión de mercado de capitales, que evoca la idea de la unión bancaria en Europa, pero que no va de eso, sino del fomento del acceso al mercado de capitales de las empresas europeas y de los inversores particulares a este mercado. ¿Y por qué cuesta tener acceso a estos mercados? Según la CNMV, por factores de demografía empresarial europea y española, cultura empresarial, composición del accionariado en las empresas, legislación de compañías que van a cotizar, que está en proceso de revisión, cultura de inversión de los ciudadanos -su aversión al riesgo o preferencia por ciertos activos-, el régimen fiscal o la diversidad y el atractivo relativo de las distintas formas de captar capital o acceder al mercado. “Debemos ser imaginativos y repensar esos incentivos para que las compañías acudan al mercado y más inversores participen en el capital de las compañías, y respetando un equilibrio frágil, la protección del inversor minorista. Y esta dicotomía está presidiendo el debate en la UE en esta materia”, explicó el presidente.
En España ha habido iniciativas en estos años para favorecer el acceso al mercado de valores: se han facilitado las ampliaciones de capital, se han introducido acciones de lealtad, o voto doble para accionistas comprometidos a largo plazo, se han eliminado ciertos requisitos y se está considerando alguna fórmula como las SPAC, como alternativa a la salida a bolsa tradicional. Para Buenaventura, esta fórmula “no es ni mejor ni peor, cuenta con ventajas y riesgos claros, pero hay que analizarla y se está haciendo; desde la CNMV llevamos meses trabajando en esto y queremos tener capacidad de análisis si llegan folletos así, y forma parte de la necesaria apertura de mente sobre los mecanismos de financiación de las compañías y la captación de fondos propios”.