El cambio climático es una fuerza disruptiva en la economía global. Aunque muchos de los efectos directos del cambio climático están localizados, la interconexión global de las economías y las cadenas de suministro suponen que una inundación o desastre en el sur de Asia pueden afectar directamente a la economía mundial, exponer a los países desarrollados a la escasez de bienes, provocar interrupciones de suministro, inestabilidad financiera y efectos negativos sobre la riqueza. “¿Quién habría pensado que una inundación en Tailandia afectaría a toda la industria de la computación y almacenamiento de datos personales en 2011?”, se preguntan los expertos de UBS AM en un informe sobre las repercusiones del calentamiento global en la economía.
La clase media se está adaptando a estas fuerzas. Sin embargo, explica el withepaper de la firma, en muchos de los países, la adaptación es aún modesta e insuficiente en comparación con la exposición real al cambio climático. “Muchas de las ciudades de más rápido crecimiento en el mundo (especialmente en Asia), donde reside la clase media del futuro, están expuestas significativos riesgos de inundación. El mundo desarrollado tiene tendencia a no estar debidamente asegurado contra las catástrofes, pero el mundo en vías de desarrollo está aún menos protegido porque los seguros no están disponibles o no son asequibles”, dice UBS AM.
Por otra parte, añade, la infraestructura de protección en estos países es débil o inexistente. La falta de protección aumenta las consecuencias económicas de los desastres provocados por el clima y este efecto puede tener implicaciones para la economía global. Por otra parte, el desarrollo económico aumenta la masa y el valor de las infraestructuras físicas, por lo que el efecto de las tormentas o inundaciones es mucho mayor, y por tanto más costoso a la hora de reparar.
De acuerdo con Pew Survey, la ciudadanía mundial cree que van a tener que cambiar su estilo de vida como consecuencia del cambio climático. En la encuesta llevada a cabo de UBS AM, la clase media en las ciudades más expuestas al nivel de riesgo de cambio climático ya lo está haciendo. Más miedo, menos divertido es cómo podríamos resumir. Gastan más en los costes relacionados con la vivienda (por ejemplo, conservación) y han recortado en bienes duraderos y servicios, entretenimiento, artículos de lujo y servicios financieros. El miedo se debe a que el intento de adaptarse crea un bucle de retroalimentación negativa. Durante los prolongados períodos de aumento de la temperatura, que sudecen cada vez con mayor frecuencia, la demanda de aire acondicionado requiere más electricidad.
La mayor demanda de electricidad puede provocar fallos en la red y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero, es decir, las mismas que provocan el cambio climático. En China, la generación de energía procede principalmente de fuentes limpias, pero esto no es así en la India, que está en camino de doblar su producción de carbón de cara a 2.020. “El miedo también se debe a que las infraestructuras inadecuadas y los sistemas de atención de salud aumentan la necesidad de depender de la ayuda de emergencia del Gobierno. En nuestra evaluación esto es muy probable, incluso en los países más ricos”, explica la gestora suiza.
La evolución económica de la clase media a la vista de lo que sucede con en el calentamiento global y la exposición de las ciudades de Asia a inundaciones significa que el mismo impulso que eleva los niveles de confort y nivel de vida a través del gasto de los hogares y la propiedad de la vivienda amplifica la posibilidad de pérdidas económicas catastróficas. Algunos de los efectos económicos pueden ser redistributivos en lugar de absolutos, pero de cualquier manera, la clase media es vulnerable al riesgo de consecuencias económicas adversas.
“La importancia política y social de la clase media significa que esta vulnerabilidad se debería traducir en una creciente presión hacia los políticos. La única fuerza que puede hacer retroceder en estas tendencias es un verdadero esfuerzo para limitar las emisiones de carbono y reducir el efecto invernadero. Por lo tanto, las fuerzas que hacen que la clase media sufra y deba adaptarse al cambio climático son las mismas fuerzas que probablemente están impulsando el activismo político entre la clase media. Llegamos a la conclusión de que los riesgos del cambio climático son reales en la clase media, y por esta razón, tenemos la esperanza de que esto se traduzca en una acción positiva, significativa y duradera para reducir las emisiones de carbono en todo el mundo”, concluye UBS AM.