La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, ha hecho un llamamiento a redoblar los esfuerzos para generar en la región nuevos pactos y coaliciones que permitan reconstruir mejor tras la crisis del coronavirus y transformar nuestras sociedades con igualdad y sostenibilidad.
Así lo ha asegurado durante un seminario virtual de alto nivel organizado por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), la Pontificia Academia de Ciencias Sociales (PASS), del Vaticano, y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
“En la CEPAL estamos convencidos de que, si se construyen las coaliciones y se alcanzan los pactos necesarios, recuperando la política como instrumento, con liderazgos transformadores que sepan escuchar y examinar errores y modificar conductas, se podrá lograr un cambio en el estilo de desarrollo que la actual coyuntura nos exige”, subrayó la alta funcionaria de la ONU en el webinar América Latina: Iglesia, Papa Francisco y escenarios de la pandemia, que contó con la participación especial del Papa Francisco mediante un mensaje por video.
La primera jornada del evento, que se prolongó hasta el 20 de noviembre, contó también con la participación del cardenal Marc Ouellet, presidente de la CAL; monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la PASS; monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del CELAM; y Carlos Afonso Nobre, premio Nobel de la Paz en 2007.
El COVID-19 ha puesto en evidencia los problemas e injusticias en Latinoamérica
Asimismo, el Papa Francisco subrayó que la pandemia del COVID-19 ha amplificado y puesto en mayor evidencia los problemas y las injusticias socioeconómicas que ya afectaban gravemente a Latinoamérica, con mayor dureza a los más pobres.
“No todos cuentan con los recursos necesarios para llevar adelante las mínimas medidas de protección contra la pandemia. Esto nos tiene que alarmar: ¿todos tienen techo seguro? ¿Acceso al agua? ¿Tienen recursos para higienizar los ambientes? ¿Trabajo estable? La pandemia hizo aún más visibles nuestras vulnerabilidades preexistentes”, señaló.
El Papa Francisco agregó que la pandemia ha tenido efectos devastadores que se seguirán viviendo por mucho tiempo, sobre todo en las economías, que requieren atención solidaria y propuestas creativas para alivianar el peso de la crisis.
“En el reino de Dios el pan llega a todos y sobra. Y la organización social se basa en contribuir, compartir y distribuir. No en el poseer, excluir y acumular. Todos estamos llamados a realizar nuestro trabajo y misión con responsabilidad, con transparencia y honestidad”, advirtió el Papa.
Asimismo, señaló que, junto con la pandemia, América Latina sufre por la falta de tierra, de techo y de trabajo. “Esto requiere una respuesta generosa y una atención inmediata. La profundidad de la crisis reclama una clase dirigente a la altura para buscar soluciones viables”, dijo el Papa.
Buscando una recuperación transformadora
En su intervención, Alicia Bárcena recordó que la CEPAL presentó hace pocas semanas a los 33 países de América Latina y el Caribe un conjunto de propuestas de política expresadas en el documento Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, durante su trigésimo octavo período de sesiones. El objetivo es concretar una recuperación transformadora del modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“Es una invitación que llama a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia y a recuperar, tal como dice la Encíclica Fratelli Tutti, la pasión compartida por una comunidad de pertenencia y de solidaridad. La esperanza es audaz, y si alguien cree que solo se trata de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y reglas existentes, está negando la realidad”, señaló Bárcena.
Además, recordó que la región de América Latina y el Caribe ha sido de las más golpeada por la pandemia del mundo en desarrollo y que, además, enfrenta su peor crisis económica en cien años, con enormes efectos y consecuencias sanitarias, económicas, ambientales, sociales y políticas. La caída de la actividad económica será de un 9,1%, acompañada de una contracción del comercio regional del 14% e intrarregional del 11%.
Según CEPAL, los niveles de desocupación alcanzarán a 47 millones de personas y una informalidad de más del 54%. Además, CEPAL estima para 2020 un aumento del número de personas en situación de pobreza de 45,4 millones, alcanzando un total de 231 millones (37,3% de la población) y un incremento de 28,5 millones en el número de personas en situación de pobreza extrema, alcanzando los 96,2 millones (15,5% de la población).
“El COVID-19 ha evidenciado y magnificado los problemas estructurales del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: desigualdades entrecruzadas, crecimiento mediocre, baja productividad, insuficiente diversificación de exportaciones, muy poco espacio fiscal y alto deterioro ambiental”, añade Bárcena.
Las siete propuestas de la CEPAL
La secretaria ejecutiva de la CEPAL indicó que la Comisión ha puesto sobre la mesa siete propuestas concretas para conectar la emergencia con la recuperación: extender el ingreso básico de emergencia por 12 meses a toda la población en pobreza, ampliar los plazos y períodos de gracia en los créditos a MiPymes y proteger la relación laboral de los trabajadores, crear una canasta básica digital para garantizar la inclusión digital de 40 millones de hogares que no están conectados.
Además, elaborar políticas fiscales y monetarias expansivas que sostengan un período más largo de gasto con instrumentos no convencionales nacionales e internacionales, motivar la solidaridad internacional para aliviar la deuda en el Caribe y el pago de intereses en Centroamérica y crear fondos subregionales de resiliencia, desarrollar planes de recuperación e inversión en torno a sectores dinamizadores con creación de empleo, sustentados en acción climática, sostenibilidad ambiental y construir pactos políticos para acordar de una vez por todas el cierre de brechas y alcanzar regímenes universales de salud y protección social.
“Necesitamos pactos que deben ser construidos con la amplia participación de muchos actores, que, mediante el diálogo y liderazgos transformadores, permitan avanzar hacia consensos para universalizar la protección social y la salud, y reorientar el desarrollo sobre la base de la igualdad con políticas fiscales redistributivas, industriales y ambientales para la sostenibilidad”, señaló la secretaria ejecutiva de CEPAL.
“Queremos otro futuro y en él la igualdad es un factor clave del crecimiento. Con nuestro reciente documento estamos concretando la urgencia de crecer para igualar e igualar para crecer. En él planteamos audazmente que es posible eliminar la pobreza hacia 2030 y reducir la desigualdad elevando el empleo y disminuyendo la huella ambiental, pero se requieren acciones decisivas hoy y un cambio de rumbo, explicó Bárcena.
Para ello, la experta apunta que se debe crecer a una tasa de, al menos, un 4% al año y realizar una fuerte redistribución del ingreso (de hasta 3% del PIB anual). Este crecimiento solo será posible, según Bárcena, si se supera la restricción externa al crecimiento mediante una competitividad auténtica basada en el desarrollo de capacidades humanas y tecnológicas nacionales.
Asimismo, Bárcena advirtió que la solidaridad regional e internacional será fundamental para reconstruir mejor, y que se precisan nuevas formas de gobernanza mundial para proveer colectivamente de bienes públicos globales, como la salud universal (una vacuna contra el coronavirus para todos), la seguridad climática y la protección de la atmósfera, la estabilidad financiera y la paz y los derechos humanos.