El senado argentino dio la aprobación definitiva al acuerdo logrado en febrero para pagar a los principales acreedores de los hedge funds, fondos de inversión que rechazaron reestructurar su deuda con Argentina. Claudia Calich, gestora del fondo M&G Emerging Markets Bond y especialista en mercados emergentes, comenta el hito que ha logrado el presidente argentino, Mauricio Macri, al llegar a un acuerdo con los “holdouts” y facilitar el camino hacia el pago de la deuda.
“La aprobación es un paso positivo en la normalización de las relaciones financieras con los mercados internacionales y prepara el terreno para la emisión al mercado de 12.000 a 15.000 millones de dólares de deuda soberana argentina. Aunque esta cifra es una cantidad enorme para ser asimilada en el corto plazo, una vez que los bonos sean absorbidos por los inversores, será una inversión interesante en el medio plazo y también permitirá a provincias y empresas seleccionadas emitir en el futuro”, comenta Calich.
La nueva ley aprobada, la ley de “Normalización de la deuda pública y recuperación del crédito”, deroga a las leyes “Cerrojo” y de “Pago soberano”, habilitando a Argentina para cerrar definitivamente el acuerdo con los fondos acreedores de la deuda. Aunque en el compromiso inicial, Argentina acordó en la corte del juez de Nueva York, Thomas Griesa, el pago de 4.653 millones de dólares, el gobierno argentino estima que el resto de bonistas con títulos en default aceptaran sumarse a la propuesta de pago ofrecida, con lo que el monto podría incrementarse hasta los 11.684 millones de dólares. Para hacer frente al pago, el gobierno planea emitir nuevos bonos por un monto de 12.500 millones de dólares.
Los beneficios de este acuerdo no se limitan a la renovada capacidad del país para endeudarse en los mercados internacionales, sino que tendrá repercusiones en las reservas de divisa extranjera, la inversión extranjera directa y el crecimiento económico del país. “También contribuirá a ayudar a incrementar las reservas en divisa extranjera de Argentina, las cuales han disminuido hasta alcanzar niveles precarios debido a que el país ha estado excluido de los mercados financieros por unos años.
Para que las perspectivas macroeconómicas mejoren, es importante que la inversión extranjera directa se recupere como resultado de la normalización de sus relaciones financieras. Esto llevaría a un crecimiento mayor, un tema crítico para la popularidad y gobernabilidad de Macri. El crecimiento económico también mejoraría las cuentas fiscales, preparando el camino para una subida en la calificación de la deuda hacia niveles de B”, apunta Calich.
Implicaciones para el resto de mercados emergentes
Mientras esta aprobación es positiva para Argentina, las implicaciones económicas para el conjunto de los mercados emergentes y otros emisores en incumplimiento es limitado. Claudia Calich señala los principales motivos: “Primero, Argentina es una economía pequeña en comparación con Brasil, China o Rusia, por lo que, en términos de impacto económico, el efecto sobre las relaciones comerciales y financieras es pequeño. En segundo lugar, la relación entre Argentina y sus acreedores de los “holdouts” es muy particular al caso argentino, aunque la ley actual de la corte de Nueva York podría hacer que las futuras reestructuraciones de bonos más antiguos, que no disponen de cláusulas colectivas activas (collection active clauses, o CAC, por sus siglas en inglés), sean más difíciles”.
Sin embargo, Argentina es uno de los pocos países en mercados emergentes que está mostrando un impulso positivo de reformas por el momento, incluyendo unas mejores relaciones con occidente y un movimiento hacia políticas económicas más ortodoxas, por lo que ha tenido un impacto en las políticas regionales de Latinoamérica, inclinando la balanza hacia la ortodoxia y dejando las políticas no-ortodoxas concentradas en menos países, siendo el caso más notable Venezuela.