La extraña conmoción sufrida por el mercado, con caídas en todas las clases de los principales activos en los últimos seis meses, no es la “nueva tónica general”, según Lukas Daalder, director de Inversión de Robeco Investment Solutions.
Debido a una conjunción de factores negativos, que van desde la incertidumbre económica en EE.UU. hasta el escándalo de Volkswagen, los mercados de renta variable han atravesado su peor periodo desde la crisis de la zona euro en 2011, y los bonos y el oro —que normalmente aumentan de valor en periodos complicados como éste— también cayeron.
Sin embargo, se trata de un hecho extremadamente raro, que no se daba desde hacía dos décadas, y que no representa el “Retorno a la normalización” que Robeco pronostica en su Informe “Expected Returns” para 2016-2020, según Daalder. Más bien “seguimos creyendo que es posible lograr una rentabilidad adecuada, y no pensamos todavía que esta evolución negativa en todos los frentes vaya a convertirse en la ‘nueva tónica general’. El principal riesgo para esta postura es que la economía mundial se vea inmersa en una recesión, pero las probabilidades de que eso suceda siguen siendo escasas”.
Cinco desencadenantes
Daalder considera que hay cinco catalizadores que han dado lugar a la volatilidad del mercado que llevan sufriendo los inversores los últimos seis meses, y cuatro de esos factores se encuentran interrelacionados:
- La incertidumbre sobre la política que adoptará la Reserva Federal estadounidense, tras su decisión del 17 de septiembre de no subir los tipos de interés, que suscita dudas sobre la solidez de la economía subyacente de EE.UU. y que en parte se debe a…
- El empeoramiento de los datos de producción industrial en EE.UU., que lleva ya sometida a presión dos trimestres seguidos, sobre todo a causa del crecimiento negativo en el sector minero (incluido el segmento de esquisto), que ha dado lugar a…
- La incertidumbre sobre la estabilidad financiera de diversas empresas petroleras y mineras tras las fuertes caídas de los precios del petróleo y otras materias primas a lo largo de este año, a la que se une…
- El empeoramiento del flujo de efectivo en los países productores de petróleo, que ha motivado que los saudíes, por ejemplo, hayan retirado de las gestoras patrimoniales de todo el mundo cerca de 50.000- 70.000 millones de dólares en los últimos seis meses, con el fin de sufragar su creciente déficit. Entre tanto…
- El escándalo de Volkswagen conmocionó a los inversores y, aunque no dio lugar a una venta masiva que afectara al conjunto del mercado, indudablemente ejerció un efecto negativo sobre la actitud general de los inversores, especialmente porque afectaba a un titán industrial que hasta entonces se percibía como impecable.
“La consecuencia lógica de que se susciten más riesgos e incertidumbre en los mercados financieros es que la rentabilidad de los activos de mayor riesgo se resiente, por lo que no es sorprendente que los mercados de renta variable y de créditos/deuda de alta rentabilidad se vean sometidos a presión como resultado de estos escenarios”, afirma Daalder.
“Pero lo más destacable es que, esta vez, parece no haber posibilidad de escapar de la presión de venta. En los últimos seis meses, ninguna de las categorías de activos principales (excluidos los recursos líquidos, claro) ha podido ofrecer rendimientos positivos.”
Únicamente tenemos constancia verificada de una ocasión en que haya sucedido esto mismo, y fue a principios de 1995, cuando la Fed llegó al final de un ciclo de subida de tipos y tanto los mercados de renta variable como los de renta fija cayeron, haciendo estragos en los mercados financieros de todo el mundo. “Quizás si tuviéramos datos que se remontaran a los terribles años setenta, cuando se produjo la infame ‘estanflación’, encontraríamos más periodos de pérdidas omnipresentes”, afirma Daalder. “Pero dado que la explosión de los precios del petróleo era lo que movía los mercados financieros en aquella época, es obvio que al menos había una categoría de activos que iba bien. Así pues, nos encontramos ante un suceso extraño, al menos según los datos que manejamos”.
¿Y qué pueden hacer entonces los inversores?
“La cuestión que se suscita es si este fenómeno se trata de un simple caso de mala suerte o de la ‘nueva tónica general’, algo que tenemos que acostumbrarnos a que suceda con más frecuencia en el futuro”, declara. “Lo cierto es que, en primer lugar, hemos escogido este periodo de seis meses un poco al azar. Si hubiéramos tomado los últimos nueve meses, observaríamos resultados positivos, por ejemplo, en el sector inmobiliario”.
“También hay que decir que la pérdida registrada en el mercado estadounidense de renta fija no lo es tanto: tras la publicación de varios datos macroeconómicos peores de lo esperado, los intereses de la deuda estadounidense a 10 años vuelven a situarse por debajo del 2%, por lo que su rentabilidad de los últimos seis meses vuelve a estar en terreno positivo. Es decir, en realidad fue una bajada transitoria”.
Sobreponderaciones en renta variable y bonos HY
No obstante, Daalder advierte de que estas bajadas transitorias pueden volver a suceder. “Si nos fijamos en las perspectivas de las distintas clases de activos para los próximos cinco años, veremos que la rentabilidad prevista es acentuadamente inferior, ya sea en comparación con el pasado reciente o con la media a largo plazo según el estado de equilibrio”, afirma. “Por definición, esto hace que aumenten las probabilidades de que muchas categorías de activos —si no todas— ofrezcan rentabilidad negativa a lo largo de un determinado periodo de tiempo. Esto tampoco significa que estemos pensando en transformar todos nuestros activos en dinero al contado. Va a haber intervalos de tiempo durante los que se pueda obtener un buen rendimiento en las diferentes categorías de activos.”
Apunta también que Robeco Investment Solutions, que gestiona una cartera multiactivos, efectivamente ha aumentado su partida de renta variable aprovechando la reciente oleada de ventas, “ya que no creemos que EE.UU. vaya a entrar en recesión ni que China vaya a sufrir un aterrizaje brusco. También hemos incrementado nuestra sobreponderación en bonos high yield, ya que la reciente ampliación de diferenciales ha dado lugar a oportunidades de compra mucho más interesantes».