El FMI desconfía de la adopción del Bitcoin como moneda de curso lugar en El Salvador y pide «discusiones adicionales» sobre el tema al gobierno local para otorgar el préstamo que la economía del país centroamericano está necesitando.
El Salvador se enfrenta a déficits fiscales persistentes que está financiando con emisiones de deuda.
«La emisión externa en dos partes de 1.000 millones de dólares en bonos soberanos el pasado mes de abril alivió las restricciones de financiamiento, reduciendo significativamente las amortizaciones externas hasta 2027 al financiar recompras de deuda y cerrar la brecha de financiamiento presupuestario de 2024. Un canje de deuda como parte de la reciente reforma de pensiones redujo aún más las necesidades de financiamiento en un 0,5% del PIB. Creemos que el gobierno seguirá financiando su presupuesto en el corto plazo a través del mercado de deuda local», dice en un informe Fitch Ratings, que califica la deuda soberana del país ‘CCC+’.
El costo de dicha emisión, con un fuerte descuento de precio y un cupón del 9,5% que resultó en un rendimiento del 12% sobre el bono tradicional, incentiva al gobierno a llegar a un acuerdo con el FMI para evitar pagos de intereses más altos.
Así, El Salvador llevará a cabo el ajuste fiscal que pide el FMI, un recorte para llegar al 3% o 4% del PIB.
Sin embargo, las perspectivas de un programa siguen siendo poco claras, en parte debido a las preocupaciones del FMI sobre los riesgos para la estabilidad financiera que podrían derivarse de la adopción del bitcóin como moneda de curso legal en 2021. La declaración del FMI de agosto indicó que había «un reconocimiento conjunto de que se necesitan más esfuerzos» en esta área. Mucho dependerá de la respuesta del presidente Nayib Bukele a las preocupaciones del FMI luego de su aplastante reelección en febrero.
Las previsiones macroeconómicas y fiscales de referencia de Fitch no suponen que se acordará un programa del FMI. La calificadora proyecta que la deuda del gobierno general/PIB aumentará ligeramente al 86,5% del PIB en 2026 desde el 84,9% del año pasado. Reemplazar el financiamiento de la deuda local con financiamiento del FMI podría mejorar los costos de endeudamiento y el perfil y la trayectoria de la deuda del gobierno. Sin el FMI u otro financiamiento multilateral, los altos costos de endeudamiento debido a las fuentes de financiamiento limitadas seguirán siendo un riesgo clave para la sostenibilidad de la deuda pública, al igual que la imposibilidad de mejorar el saldo presupuestario primario.
Un programa podría fortalecer el perfil crediticio soberano de El Salvador si condujera a mejoras en los indicadores de gobernanza. Sin embargo, llegar a un acuerdo puede ser un desafío debido al deterioro de estos indicadores en los últimos años.