La disponibilidad de crédito barato ha proporcionado durante meses un papel clave en la actividad de fusiones y adquisiciones y los analistas de UBS recuerdan que, aunque los diferenciales han subido en los últimos meses, las tasas generales de endeudamiento de las empresas siguen siendo bajas en un contexto histórico.
No obstante, el aumento de los rendimientos de los bonos en Estados Unidos y, en menor medida, en otras de las principales economías, también puede servir como un aviso a los CFOs de las empresas de que la era del dinero barato no durará para siempre.
En ese sentido, puede haber un elemento de «ahora o nunca» para aquellos que deseen aprovechar la financiación barata. “Nuestra propia opinión es que los rendimientos nominales en el mundo desarrollado aumentarán solo muy gradualmente durante un período prolongado dadas las fuerzas deflacionistas estructurales. Aunque los bancos centrales han comenzado una normalización de las políticas monetarias a largo plazo, es probable que el dinero barato siga respaldando la actividad de M&A a medio plazo”, explica la gestora.
Posibles obstáculos
UBS recuerda que no hay que descartar el hecho de que también habrá obstáculos para la actividad de fusiones y adquisiciones. La incertidumbre económica y la volatilidad del mercado de capitales son actualmente bajas, pero pueden cambiar rápidamente.
“Las valoraciones de fusiones y adquisiciones no parecen excesivamente estresadas en un contexto histórico pero si aumentan representarán un obstáculo significativo para la creación de valor. Además, una mayor regulación sigue siendo tanto un riesgo como un catalizador para aumentar las fusiones y adquisiciones”, dicen.
Actualmente el mayor riesgo para esta actividad es para los analistas de la firma el aumento de los riesgos geopolíticos y del proteccionismo. La actual disputa sobre el comercio entre Estados Unidos y China probablemente reducirá las fusiones y adquisiciones entre los dos países ante la incertidumbre regulatoria y los temores sobre las perspectivas de las futuras relaciones entre ambos países.
Por eso, el argumento es que si la guerra comercial escala, aumentaría aún más la incertidumbre corporativa en un grado que podría perjudicar el flujo de fusiones y adquisiciones. Los inversores solo necesitan fijarse en el retraso de un año que acumula el regulador chino para pronunciarse sobre el intento de Quallcomm, que cotiza en los Estados Unidos, de adquirir el fabricante holandés de semiconductores NXP para ver cómo la política puede afectar potenciales fusiones y adquisiciones.
“En general, creemos que el argumento para las fusiones y adquisiciones globales durante el próximo año o más es convincente. En general, vemos la posibilidad de que aumenten las fusiones y adquisiciones como un factor negativo menor para el crédito investment grade, incluso aceptando que esto se verá parcialmente compensado por el impulso a los fundamentales crediticios de Estados Unidos de la repatriación del efectivo en el extranjero. Los diferenciales aquí ya son ajustados. Pero hay oportunidades”, concluyen.